lunes, 6 de enero de 2014


Educación negocio para unos

La educación en México pasó de un sistema feudal a uno mercantil, en el que diversos grupos pretenden repartírselo y ganar dinero. Este proceso inició hace años con el impulso a las escuelas privadas de dudosa calidad, y los negocios de grupos dentro de las escuelas públicas.
Se pasó del tiempo en el que el poderoso político con características de “rey”, ordenaba a lugartenientes y señores feudales lo que se tenía que hacer en las escuelas de todo el país, a un “consejo mercantil” dónde grupos económicos fuertes buscan que su riqueza crezca al “invertir” su tiempo en el Sistema Educativo Nacional.
Así tenemos a las televisoras hablando del sistema educativo y “preocupados por la enseñanza” de los niños, lo cual es completamente opuesto a los programas y contenidos de estos que transmiten todos los días.
También tenemos a los bancos, qué ahora resulta, se preocupan por la educación de niños y jóvenes y piden que el pueblo deje su dinero en cajeros automáticos, o bien done su dinero en sucursales, para que ningún niño se quede sin escuela.
Sería interesante que esos grupos que demanda transparencia en el gasto educativo dieran cuenta pública de cómo se ocupa cada peso que el pueblo dona. Cuántos centavos de cada peso llegan a los niños y jóvenes, así como cuánto se queda en el alquiler y mantenimiento de lujosas oficinas, y salarios de “la gente noble” que “sin ningún interés” emprende una cruzada por la educación en México.
A lo mejor soy mal pensado y esas almas caritativas son altruistas, y sin recibir una remuneración dedican su tiempo a velar por una mejor educación, y de su bolsa pagan equipos de asesores, secretarias, alquiler de equipo de cómputo, etc.
Textualmente hay que decirlo: Se está lejos de que el Estado recupere la rectoría de la educación, toda vez que ahora es un socio más en el negocio que han convertido la educación pública.

A silenciarlos

Los grupos de poder pretenden una hegemonía en todos los sentidos y están dispuestos a acallar las voces discordantes, pero se equivocan, porque como dice el refrán: “donde todos piensan igual, nadie piensa”.
Así se decidió aplastar el campamento de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), movimiento que ha sido debilitado con una fuerte campaña de desprestigio; además de que los grupos del poder apostaron por el agotamiento del tiempo.
También es justo decirlo, el magisterio democrático se quedó anclado en viejos sistemas de lucha, y carentes de un sistema propagandístico adecuado se alejaron del pueblo.
Así los grupos de poder los exhibieron y los descalificaron, mientras el magisterio no fue capaz de transmitir su mensaje y posición a la gente.
Hoy más que nunca la CNTE nada contracorriente, resultado de su inactividad de fin de año y el abandono.
Dejaron de ver que con gobiernos cínicos las marcha y plantones dejaron de ser un instrumento de presión y lucha, y por el contrario hacen más daño al pueblo asalariado al que se le descuenta el día cuando llega tarde al trabajo, porque una marcha bloqueó una vialidad. Y ni recordar a la gente que perdió el avión, y quien murió porque no llegó la ambulancia.
Textualmente hay que decirlo: La educación pública en México va cuesta arriba, pero como siempre saldrá adelante gracias al maestro que está frente a grupo, por el padre de familia que impulsa a su hijo en la escuela, y por los niños y jóvenes que con ilusión ven en su formación una forma de superación. No será por un gobierno ni por lo que haga un banco o una televisora. Cada logro académico es resultado del esfuerzo particular de cada alumno con el apoyo de su profesor y padres, que nadie más se cuelgue esa medalla.


*Adalberto Villasana, Premio Nacional de Periodismo 2005, otorgado por  el Club de Periodistas de México, en la categoría de Divulgación de la Educación, Ciencia y Tecnología.

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