lunes, 25 de noviembre de 2019

TEXTUALes Alerta nacional Día Naranja


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Adalberto Villasana

Alerta nacional

El año pasado asesinaron a diez mujeres por día en México, lo cual debe encender los focos rojos para las autoridades de los tres niveles de gobierno y, la sociedad en general.
Decían las abuelas que, a la mujer no se le pegaba ni con el pétalo de una rosa, sin embargo, los tiempos cambiaron y, hoy son una población vulnerable en todo el país. Si bien es cierto que, sólo en unas entidades se ha decretado la Alerta de Violencia de Género, el problema es generalizado en todo el país.
Ayer, ante la emergencia, las autoridades de la Ciudad de México accedieron hacer el anuncio, pero para que no quede en sólo un discurso político, se deben emprender acciones concretas, en todos los sectores y a todos los niveles.
Estadísticas a propósito del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer -que se será el próximo lunes 25 de noviembre- dadas a conocer por el INEGI, revelan la gravedad del problema.
De los 46.5 millones de mujeres de 15 años y más que hay en México, 66.1% (30.7 millones) ha enfrentado violencia de cualquier tipo y de cualquier agresor, alguna vez en su vida.
El 43.9% ha enfrentado agresiones del esposo o pareja actual o la última a lo largo de su relación y está más acentuado entre las mujeres que se casaron o unieron antes de los 18 años (48.0%), que entre quienes lo hicieron a los 25 o más años (37.7%).
Y, en 2018 se registraron 3,752 defunciones por homicidio de mujeres, el más alto registrado en los últimos 29 años (1990-2018), lo que en promedio significa que fallecieron 10 mujeres diariamente por agresiones intencionales.
Hay que recordar que hace 36 años fue celebrado en la ciudad de Bogotá, Colombia el Primer Encuentro Feminista de Latinoamérica y el Caribe, con el objetivo de intercambiar experiencias y analizar la situación de las mujeres de la región.
Textualmente hay que decirlo: hay que organizar actos contra la violencia que sufren las mujeres, pero además cada persona debe participar con acciones para erradicar está práctica que daña a la nación y al planeta. Es fundamental sensibilizar a la opinión pública respecto del problema, para hacer de este un mundo más seguro. Rechacemos la violencia de género en cualquiera de sus expresiones.
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martes, 19 de noviembre de 2019

Indignante ataque a la Universidad de la nación

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Por Adalberto Villasana

Indignante ataque a la Universidad de la nación

Reprobable actitud de un grupo de vándalos que, arrancaron la Bandera Nacional de la asta bandera, para luego quemarla en el acceso principal de la torre de Rectoría de la UNAM. Me queda claro, este grupo de encapuchados pretende vender una imagen que, no es la de la máxima casa de estudios.
Llama la atención su presencia en Ciudad Universitaria para dañar inmuebles y, tomarse la foto. Una burda provocación, a unos de que rinda protesta como rector, para un segundo periodo, Enrique Graue.
Hay que recordar que las instalaciones de la máxima casa de estudios están inmersas en el problema de inseguridad que se padece en todo el país. Asaltos, homicidios, feminicidios, vandalismo, son escenas que son parte, en este momento, de la vida de todos los mexicanos.
Respeto el derecho a la manifestación, toda la comunidad universitaria, con justa razón demanda el reforzamiento de la seguridad, dentro y fuera de las instalaciones universitarias.
Pero, está lejos de ser la imagen de que se pretendió vender de violencia, por un grupo de encapuchados que ataca a los intereses nacionales, porque son imágenes que se difunden rápidamente en todo el mundo.
Estaría en duda su pertenencia a la Universidad Nacional, cuyos estudiantes se habían manifestado minutos antes pacíficamente.
Hay que subrayar que la UNAM para el ciclo escolar 2020-1 cuenta con más de 356 mil estudiantes, de los cuales alrededor de 113 mil estudiantes son de educación media superior (bachillerato) y estudios propedéuticos, más de 214 mil de superior y, más de 30 mil de posgrado.
La UNAM es el proyecto, académicos, científico y cultural más sólido de la nación. Cuenta con 128 licenciaturas, 41 programas de posgrado que ofertan 92 planes de estudio (56 de maestría y 36 de doctorado), y 39 programas que abarcan 242 especializaciones, además de 37 carreras o salidas terminales técnicas.
Textualmente hay que decirlo: Es necesario cerrar filas y evitar que grupos violentos, que responden a intereses políticos ajenos a la institución, desestabilicen la vida de la Universidad Nacional.
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lunes, 11 de noviembre de 2019

Hallan restos de mamut en Tultepec, Edomex


Hallan, en Tultepec, Edomex, trampa para mamut de hace 15 mil años

Tultepec da la bienvenida a sus visitantes como “La tierra de la pirotecnia”, sin embargo, excavaciones sistemáticas emprendidas en años recientes por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), revelan que este municipio mexiquense fue ante todo y continúa siendo, “tierra de mamuts”.
El reciente descubrimiento de un contexto inédito de cacería y destazamiento de mamuts, con una antigüedad aproximada de 15 mil años, “representa un parteaguas, una piedra de toque sobre lo que hasta ahora imaginábamos fue la interacción de bandas de cazadores-recolectores con estos enormes herbívoros”, expresó Pedro Francisco Sánchez Nava, coordinador nacional de Arqueología del INAH, al dar a conocer esta “noticia de impacto mundial”, dada su trascendencia en lo que respecta a los estudios de la Prehistoria, particularmente de América.
En conferencia de prensa y en representación del antropólogo Diego Prieto Hernández, director general del Instituto, Sánchez Nava refirió que este hallazgo cambia esa escena “azarosa” y “eventual” que los libros de texto manejaban sobre la caza del mamut: la de un animal al que se atacaba únicamente cuando caía en un pantano. Por el contario, las excavaciones en San Antonio Xahuento, demuestran el aprovechamiento del medio y la organización social alcanzados por los primeros pobladores de la Cuenca de México para emprender esta actividad de cacería.


Como antecedente de este hallazgo, el coordinador nacional de Arqueología recordó la exploración hace tres años, en ese mismo poblado (San Antonio Xahuento), de la osamenta casi completa de uno de estos proboscídeos, con la cual se inauguró hace un año el Museo del Mamut, espacio donde se realizó el encuentro con los medios de comunicación.
El presidente municipal de Tultepec, el ingeniero Armando Portuguez Fuentes, relató que esa experiencia permitió avisar con oportunidad, a inicios de este 2019, de la aparición de restos óseos de mamuts en una excavación que se realizaba para el confinamiento de desechos. Al lugar acudieron la cronista del ayuntamiento, Juana Antonieta Zúñiga, y el arqueólogo Luis Córdoba Barradas, de la Dirección de Salvamento Arqueológico (DSA) del INAH, quien estuvo a cargo del rescate del citado esqueleto de mamut.
En tres de los perfiles expuestos por esa gran excavación (de 40 por 100 metros y 8 de profundidad), Córdoba observó distintos huesos de mamut, pero lo que llamó poderosamente su atención fueron unos cortes verticales en la disposición de los estratos o capas. Se trataba de dos fosas con paredes de casi 90 grados, de 1.70 metros de profundidad y 25 metros de diámetro, que fueron utilizadas como trampas destinadas a estos proboscídeos.
El arqueólogo precisó que del sitio denominado “Tultepec II”, donde se ha trabajado durante casi diez meses con el apoyo del ayuntamiento, se han recuperado 824 huesos, sin relación anatómica en su mayoría, correspondientes a 14 mamuts. Los restos de ocho proceden de las dos primeras unidades de excavación localizadas en la esquina suroeste del terreno; mientras que los vestigios de otros seis fueron rescatados al norte del mismo, en la tercera unidad de excavación.
Dentro de esas fosas, por debajo de los 3.50 metros, se han recuperado ocho cráneos, cinco mandíbulas, un centenar de vértebras, 179 costillas, 11 escápulas, cinco húmeros, además de ulnas (cúbitos de un hueso largo), pelvis, fémures, tibias y otros huesos “pequeños”.
Aunque los restos de 14 mamuts quedan por debajo de los registrados en sitios del norte y este de Europa —donde inclusive se han encontrado vestigios de 100 o 166 mamuts—, “Tultepec II” ya puede ingresar a la lista de los llamados Megasitios de Mamut, indicó.
Cauto, pero consciente de la trascendencia del hallazgo (solo existe el antecedente en Japón de trampas cónicas con 40 mil años de antigüedad, para mamíferos de mediano tamaño), Córdoba señala que posiblemente no sean las únicas trampas de mamut en el área. Gente de San Antonio Xahuento ha referido tres sitios próximos con más restos, por lo que se estaría ante una “línea de trampas”, estrategia que permitiría a los cazadores reducir el margen de error en la captura del ejemplar.


Un escenario de cambio climático
Para comprender a profundidad este descubrimiento, el arqueólogo, quien además es cronista del aledaño municipio de Tultitlán, abundó en los cambios del máximo glacial, al final del Pleistoceno, una época de gran inestabilidad climática en que los polos se congelaron ocasionando la bajada del nivel del mar en todo el planeta y ambientes más secos en varias regiones, caso de la Cuenca de México.
En ese sentido, las trampas prehistóricas de Tultepec, fueron excavadas en la arcilla del fondo del Lago de Xaltocan, hace aproximadamente 15 mil años, cuando sus niveles descendieron y dejaron expuestas grandes llanuras. Este fenómeno mundial coincidió con uno local: la gran erupción del Popocatépetl hace 14 mil 700 años, que motivó una gran movilización de animales y seres humanos hacia el norte de la Cuenca de México, donde la caída de ceniza volcánica fue menor.
La deposición de finas capas de ceniza, entre y por encima de varios de los huesos de mamut recuperados, así como la presencia de bentonita (arcilla del lecho lacustre) sobre otros, permite fechar tentativamente este contexto y especular su uso continuo a lo largo de 500 años. No obstante, el registro de más restos por encima de las fosas, es evidencia de que una vez recuperado el nivel del lago y rellenadas las fosas con la descomposición de tules, carrizos y demás vegetación acuática, esta zona continuó siendo un “cementerio de mamuts”.
Con toda esta información obtenida de primera mano, el arqueólogo Córdoba brinda una escena más compleja y completa de cómo debió ser la cacería del mamut en la Cuenca de México, donde grupos de entre 20 y 30 cazadores, azuzaban a la manada con antorchas y ramas, hasta separar a algún ejemplar y dirigirlo a estas trampas. Una vez allí, era rematado desde fuera y luego venía un largo proceso de aprovechamiento del animal.


Beneficio y rito
La cantidad y el volumen de los huesos recuperados han sobrepasado los cuartos de la Casa de Cultura “Víctor Urbán Velasco” —complejo que alberga el Museo del Mamut—, usados como bodegas. En pisos, mesas y estantes se aprecian fémures, pelvis, escápulas y defensas (incisivos superiores muy desarrollados) con vendas de yeso, e incluso con armazones de madera que fueron elaborados in situ, para su extracción y traslado.
Sobre una mesa, el investigador del INAH ha colocado los escasos restos recuperados en “Tultepec II” que no corresponden a mamuts: dos vértebras y una mandíbula de camello, así como un molar de caballo. El que este sitio fuera utilizado exclusivamente para la caza y el destazamiento de estos proboscídeos, machos y hembras, de tallas y edades distintas, lo convierten en fuente inagotable de conocimiento, toda vez que —como señaló— los estudios de Prehistoria en México habían estado limitados al establecimiento de tipologías líticas como prueba de la presencia humana en estos contextos.
El espacio, donde todavía se trabaja en una franja de 130 m², revela a los grupos prehistóricos de la Cuenca de México, como verdaderos actores de su circunstancia, lo suficientemente organizados para conseguir estas grandes presas y sacar el mayor provecho de ellas, pero también capaces de rendir cierto “honor” a estos gigantes que permitían su subsistencia, como lo demuestra el acomodo y ausencia intencional de algunos huesos.


Como ejemplo de este conocimiento práctico, Luis Córdoba precisó que las costillas de estos animales, como se aprecia en las marcas de cinco, eran usadas para recargarse y cortar la carne; también se encontró el extremo de una ulna que sirvió de herramienta de pulimento, posiblemente para retirar la grasa de la piel. Asimismo, los órganos se consumían, incluida la lengua que podía pesar hasta 12 kilos, razón por la que sus cráneos suelen encontrarse invertidos.
Pero el rito también estaba presente. El especialista de la DSA destaca que un mamut del que se han recuperado dos terceras partes, fue objeto de un arreglo especial: sus escápulas fueron sobrepuestas y colocadas del lado izquierdo del cráneo, y por debajo de éste —paralela a las defensas— se introdujo una vértebra dorsal de 60 cm. Rodeando esta composición se encontraba la defensa de otro mamut, con una curvatura de tres metros.
Este ejemplar tiene una marca de ataque y se advierte que su defensa izquierda, más corta que la derecha, se regeneró tras una fractura; indicios de que los cazadores-recolectores lo vigilaron e intentaron cazarlo por años, “por eso debieron considerarlo valiente, feroz, y le mostraron su respeto de esta manera, con este acomodo particular”, expresa Luis Córdoba.
Otro aspecto interesante, es que, de seis escápulas registradas, todas son derechas, lo que podría apuntar indirectamente a la existencia de un ritual donde, izquierdo y derecho, poseían connotaciones distintas para los antiguos pobladores del área lacustre.


Finalmente, Salvador Pulido, director de Salvamento Arqueológico del INAH, opinó que las excavaciones en “Tultepec II” representan “la punta del iceberg” para comprender lo acaecido en la Cuenca de México durante el Pleistoceno: “aquí tuvimos la oportunidad de contar con perfiles de decenas de metros, por eso advertimos que estábamos literalmente dentro de trampas prehistóricas. Podríamos plantear que en otros salvamentos arqueológicos hemos estado en un contexto similar, pero los límites de las excavaciones solo nos dejaban ver estratos horizontales”.
Por eso, dijo, valdría la pena realizar prospecciones con georradar para descartar o validar la hipótesis de que se encuentren más fosas en la zona, incluso llevar a cabo sondeos arqueológicos en las faldas del Cerro de Tultepec, donde debieron estar los campamentos de los cazadores-recolectores. En tanto, los materiales recuperados permitirán ampliar la exposición del Museo del Mamut y tratar temas poco abordados, como las enfermedades que aquejaban a estos colosos que deambularon miles de años atrás, en la ahora caótica conurbación de la Ciudad de México.
(Información INAH / Fotografía INAH Melitón Tapia - Edith Camacho)


miércoles, 6 de noviembre de 2019

TEXTUALes Sin paz ni justicia en México

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Por Adalberto Villasana

Sin paz ni justicia

Están los mexicanos atrapados en una espiral de impunidad, en la que no hay ni paz ni justicia. Lo mismo sucede en la Ciudad de México, las autoridades de velar y procurar la seguridad no logran acreditar la culpabilidad de los presuntos criminales y, el juez los deja libres o, bien, en el caso extremo grupos armados a sangre y fuego liberan a una persona capturada.
Lo cierto es que la “estrategia” de combate al crimen no da resultados, mientras que los cuerpos de inteligencia de las instituciones de seguridad pública no logran llevar ante la justicia a quienes rompen la ley.
Hay operativos improvisados, o mal planeados, por parte de los cuerpos de seguridad pública, lo cual genera desesperanza y frustración entre la sociedad. Porque son muy pocos los casos ilícitos en los que hay detención y, de esos la mayoría de los presuntos delincuentes salen libres por una u otra razón. Alguien miente, hay fallas y la impunidad crece.
Los jueces argumentan que las instituciones de procuración de justicia y los cuerpos policiacos no cumplen con los protocolos legales ni los procedimientos, mientras que los otros cuestionan la labor de los jueces.
Explicaciones van y vienen, pero lo cierto, la realidad que se padece día a día en las calles de la Ciudad de México las señala Semáforo Delictivo e indica que los delitos de extorsión (63%), Narcomenudeo (28%) y Violencia Familiar (24%) tuvieron un repunte considerable en el tercer trimestre del año.
Otros delitos que tuvieron un alza fueron: feminicidio (18%), robo a negocio (17%), homicidio (16%), violación (10%) y robo de vehículo (1%); y mucho de este incremento se debe al mal desempeño del primer trimestre del año.
La organización no gubernamental reportó que los delitos a la baja son: secuestro (-30%), lesiones dolosas (-8%) y robo a casa (-6%).
Y, las alcaldías con mayores tasas de homicidio fueron Venustiano Carranza, Cuauhtémoc, Tláhuac, Iztapalapa y Gustavo A. Madero.
Santiago Roel, director de Semáforo Delictivo considera: "Mientras el gobierno federal no regule drogas será muy difícil combatir esto de raíz”.
Textualmente hay que decirlo: hasta este momento los criminales son los que han impuesto sus condiciones, por lo que urge hacer un análisis serio en el tema de seguridad y, establecer estrategias y tácticas eficaces.
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