jueves, 23 de marzo de 2017

Joyas literarias resguardadas por la Biblioteca Nacional de México


La primera edición de la obra de Sor Juana Inés de la Cruz, con la redondilla que “Arguye de inconsecuentes el gusto, y la censura de los hombres que en las mujeres acusan lo que causan”; un incunable de la “Divina Comedia”, de Dante Alighieri, así como textos que pertenecieron a Carlos de Sigüenza y Góngora, son presentados al público por primera vez.
Los manuscritos son exhibidos con motivo de los festejos por el 150 aniversario de la Biblioteca Nacional de México (BNM) y los 50 años de la fundación del Instituto de Investigaciones Bibliográficas (IIB) de la UNAM, en la muestra “Tradición de tinta en la Biblioteca Nacional. Historia del libro en México”, inaugurada en el vestíbulo del recinto, ubicado en la zona cultural de Ciudad Universitaria.
Se presentan 27 de las joyas literarias que conserva la Universidad Nacional y que fueron clave en la conservación del saber a lo largo de los siglos.


En la inauguración, Pablo Mora Pérez-Tejada, director del IIB, comentó que la apertura de la muestra da inicio formal a los festejos. “La muestra exhibe los tesoros que la BNM con el fin de trazar un recorrido por los grandes momentos de nuestra cultura bibliográfica y apreciar la perfección técnica y bibliográfica del libro mexicano”.
Este año, las celebraciones incluyen tres exposiciones que muestran legajos del siglo XVI al XXI, y abarcarán la historia de tinta o del libro en México, informó el especialista en literatura hispanoamericana.
La primera contempla de los siglos XVI al XVIII y revela cómo la cultura del libro en el país alcanzó temprano su plenitud. “Ahora nos corresponde honrar estos siglos de esplendor literario por otros tantos siglos más”, subrayó.


En su oportunidad, el profesor emérito de la UNAM, José Pascual Buxó, indicó que la Biblioteca y el Instituto resguardan los textos y permiten interesar a las nuevas generaciones en los anales intelectuales del continente y una cultura que surge en un tiempo crucial que implicó la unión de las historias indígena y castellana.
Ambas entidades son fundamentales para mantener el patrimonio bibliográfico y documental, y el interés en el estudio de nuestra historia intelectual en sus más diversos aspectos, abundó el miembro de la Academia Mexicana de la Lengua.


Adicional a la exposición, se realizó una mesa redonda con el mismo nombre, donde los curadores de la muestra, encabezados por el investigador César Manrique Figueroa, explicaron el por qué fue seleccionado cada uno de los títulos.
Otras obras que se pueden apreciar de forma permanente en el vestíbulo de la BNM y que el público podrá ver por primera vez son el Diccionario bibliographico alfabetico (1753), de Antonio de la Rosa; los Cantares mexicanos, de 1628, que son un manuscrito misceláneo, en su mayoría en lengua náhuatl; la Bibliotheca Mexicana (1755) y las Tristes ayes de la águila mexicana (1760), entre otros.
“Tradición de tinta en la Biblioteca Nacional. Historia del libro en México”, estará disponible en el vestíbulo de la BNM hasta el próximo 30 de junio. El 1 de agosto serán inauguradas las otras dos exposiciones, correspondientes a los siglos XIX, una de ellas, y XX y XXI la otra, y podrán ser visitadas hasta el 8 de diciembre.

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