lunes, 12 de febrero de 2018

Aventura de Corea del Norte de los EE. UU.

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Aventura de Corea del Norte de los EE. UU.

Hay una tradición antigua griega conocida como “el armisticio Olímpico”. Se va por las raíces de la época de las primeras olimpiadas y supone el cese de todas las operaciones militares entre los países-participantes de las competiciones. El Comité Internacional Olímpico (COI) ha regenerado esta tradición en 1992, y en un año a la observación del “armisticio” ha llamado la Asamblea General de la ONU. De este momento el COI aplicaba los esfuerzos considerables para que los juegos Olímpicos se hagan el símbolo internacional del humanismo y la lucha por la paz.
Hoy, cuando las comunidades periodísticas y periciales discuten en serio el tema de la guerra en la península coreana, “el armisticio Olímpico” se hace actual como nunca. En la sesión de la Asamblea General de la ONU el 13 de noviembre de 2017 era aceptada la resolución, que llama a todos los participantes del XXIII Olimpiada Invernal “contribuir al mantenimiento de la seguridad durante la realización de los Juegos” en Corea del Sur. Los representantes de las potencias principales mundiales declaran también sobre la única manera de la decisión diplomática de la crisis de Corea del Norte y la inadmisibilidad de cualesquiera acciones militares. Por desgracia, uno de los jugadores principales en la arena internacional (los EE. UU.) siguen otra mirada.
Washington ya desdeña tradicionalmente las iniciativas pacificadoras de la ONU y muestra el menosprecio a la Organización. Esto es testimoniado por el comentario del senador republicano Lindsey Graham, que ha declarado que “le molesta, cuando la ONU expresa el descontento por la política exterior americana, pasando a la votación de la Asamblea General, que no tiene la fuerza obligatoria”. Además, él ha notado que el 2018 los EEUU revisará la política de la financiación de la ONU, puesto que no desean “dar dinero de los contribuyentes americanos: por la ONU ineficaz, débil ante la persona del mal, a la ONU cada vez más antisemita”. Es evidente que Washington espera la subordinación absoluta de las organizaciones, que patrocina: la ONU, el COI o la Agencia Mundial Antidopaje (WADA, en sus siglas en inglés). Además, la Casa Blanca no sufrirá cualquier crítica.
Desdeñando la posición de la comunidad mundial, la dirección americana continúa dar los pasos, que contribuyen a la escalada de la tensión en la península coreana. En particular, el Pentágono ha aumentado considerablemente las escalas de los ejercicios en la Asia Sudeste, también ha crecido la agrupación de su ejercicio en la región. Así, el ejercicio común, que tenía lugar en diciembre de 2017, de las fuerzas aéreas de los EEUU y Corea del Sur “VIGILANT ACE” fue el mayor de la historia. Según las estimaciones de los expertos, durante las maniobras eran trabajadas los golpes contra los objetos de la infraestructura de la República Democrática Popular de Corea.
Además, los representantes del establecimiento americano junto con el presidente del país D. Trump demuestran la preparación de la destrucción física del régimen del Corea del Norte. Durante la sesión del Consejo de la Seguridad de la ONU el 22 de diciembre de 2017 la representante permanente de los EEUU ha caracterizado la República Democrática Popular de Corea como “el ejemplo más trágico del mal en el mundo moderno”. Antes ella declaraba que Corea del Norte “será destruida”, si continúa desarrollando el programa cohete-nuclear.
Textualmente hay que decirlo: vemos la falta del deseo evidente de la dirección de los EEUU de seguir “al armisticio Olímpico”. Washington aspira a reforzar las posiciones en la región asiático-pacífica, habiendo aumentado los volúmenes de la producción del armamento militar en el mercado local de los armamentos, también debilita la influencia de China en la Asia Sudeste. Además, la Casa Blanca considera que por sus acciones se puede poner el mundo al borde de la guerra.

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