sábado, 3 de enero de 2015

La meta es el desarrollo económico y tecnológico con respeto al medio ambiente



Por Adalberto Villasana, enviado

·         Taiwán practica las 5 “erres” de la ecología

TAIPEI, Taiwán.- La hermosa isla de Taiwán se ha convertido en un increíble laboratorio de preservación del ambiente, en la que nada se desperdicia; así el reciclaje, infraestructura sustentable, comercio verde y reducción de CO2 forma parte de la nueva cultura de su población.
Es la prueba de que no hay pretextos para el desarrollo y la innovación con respeto al ambiente; así apostó por la educación como la clave del éxito; envió a sus jóvenes a prepararse en las mejores universidades y tecnológicos del mundo, los repatrió y hoy es líder mundial al desarrollar su propio conocimiento y técnica.
Para lograr sus objetivos se decidió la construcción de parques científicos e industriales sustentables, donde cohabitan universidades, institutos de investigación y las empresas, con el objetivo de alcanzar un desarrollo sustentable.
Taiwán participa en el concierto de las naciones con su poderío económico y tecnológico, así como con la fortaleza de su pueblo. Por ello su deseo de participar en las reuniones de la Conferencia Internacional (COP20) de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, para compartir sus experiencias.
Con una población de 23 millones de habitantes en un territorio donde las tres cuartas partes son montaña, se aprovechan al máximo todos los recursos naturales con la filosofía de la conservación ambiental.
Así el gran desarrollo tecnológico e industrial del pueblo taiwanés está regido por proyectos sustentables, al considerar al cambio climático como uno de los temas más urgente del orbe, por lo que además de firmar acuerdos en la materia, los practican cotidianamente.
Las 5 “erres”: reutilizar, reducir, reparar, reciclar y regular, forman parte de la educación ambiental, la que se realiza en un proceso inverso, toda vez que en las escuelas se instruye a los niños, y éstos al llegar a casa lo hacen con sus padres.
Educar para el cambio climático es en la actualidad prioridad en el mundo, por ello para sensibilizar al pueblo en Taiwán incorporaron en su enseñanza superior una serie de cursos académicos obligatorios sobre el tema, además de organizar talleres de adaptación para capacitar a profesores de escuelas de primaria.
Un ejemplo en la educación superior del programa medioambiental, es el edificio de The Magic School of Green Technologies, de la National Cheng Kung University, en Tainan, el cual posee un sistema de ahorro de energía y producción sustentable de la misma para su funcionamiento, a través de paneles solares, energía eólica y un sistema de ventilación a base de ductos.
Pen-Chi Chiang, profesor y director del Institute for Sustentable Energy (TAISE), en una plática ofrecida a reporteros de 25 naciones apuntó que son tres las claves para avanzar hacia el éxito de las medidas tendientes al cuidado del medio ambiente: En primer lugar, la que denominó "el palo", que son medidas coercitivas; en segundo lugar lo que llamó "la zanahoria", concepto para graficar los estímulos a quienes cumplan y fomenten las normas, y finalmente la tecnología.
"Se puede tener el palo y la zanahoria, pero ¿qué pasa si no tienes la tecnología adecuada para llevar adelante todo eso?".
La educación medioambiental (obligatoria desde la enseñanza básica hasta la superior), tiene un proceso inverso, porque ahora son los niños y jóvenes en edad escolar quienes transmiten esos conocimientos a los miembros de mayor edad en su familia, explicó Pen Chi-Chiang.
"Logramos, por ejemplo, que hace algunos años cada ciudadano producía 1.2 kilos de basura, ahora produce 0.4. ¿Dónde se fue el restante 0,8? Sólo se trata de concientizar"; explicó sobre el programa de fomento al reciclaje. De hecho, en las calles, la presencia de basureros es casi nula.
En el programa de incremento de sustentabilidad energética, participan 112 empresas, que representan el 83,5% del PIB de Taiwán.
Es de recordarse que Ilha Formosa o Isla Hermosa en español fue el nombre que le dieron los portugueses a Taiwán cuando la avistaron en el siglo XVI. Luego, españoles y holandeses, quienes fueron expulsados de la isla de 36.000 km², habitada en aquel entonces por pueblos de origen malayo-polinesio.
Desde entonces hasta hoy, Taiwán tiene sólidos avances económicos, con un PIB que en 2013 alcanzó los US$ 490.000 millones y un ingreso per cápita de más de US$ 20.000, para más de 23 millones de habitantes.
Para la historia occidental el origen de Taiwán data de 1624, cuando la Compañía Holandesa de las Indias Orientales establece una base en el sudoeste de la isla y emplea a trabajadores chinos para que laboren en sus plantaciones de arroz y caña. Siendo el hogar de los pueblos austronesios por muchos milenios; recibió breves visitas en los siglos anteriores de pequeños grupos de mercaderes, pescadores y piratas.
En 1943, Durante la II Guerra Mundial, el héroe nacional de Taiwán Chiang Kai-shek, se reúne con el presidente de los Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt y el primer ministro británico, Winston Churchil, en El Cairo, donde se acordó la desocupación de Japón, que se había establecido en la isla Formosa, hoy Taiwán.
A partir de ese momento Taiwán empieza una nueva historia y se convierte en un polo de desarrollo, primero como maquiladora y ahora como vanguardia en tecnología, entre los que se destacan proyectos de energía renovable, con los cuales se incentivan a la industria.
Para reducir sus niveles de contaminación, las políticas de gobierno están dirigidas desde la ciudadanía, hasta el impuso a empresas de reciclaje, que, de paso, incluyen en sus procesos productivos sustentables energéticamente.
La innovación, tecnología y calidad del sureste de Asia encuentran en Taiwán un superlativo, que tiene el plus de ser responsables con el ambiente.
Es un “monstruo de la tecnología”, el 85 por ciento de las computadoras portátiles del mundo se fabrican en la isla, que además es líder mundial en la producción de páneles solares en la empresa Neo-Solar, como una de las alternativas de producir energía limpia a bajo costo.
El cambio climático es un problema serio que requiere cambios en el actual estilo de vida, un fuerte compromiso de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), así como la participación y cooperación de todos los implicados.
Por ello Taiwán, a pesar de su exclusión de la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático (CMNUCC), procura reducir las emisiones de GEI a nivel nacional. Así, argumenta con hechos que deber incluírsele.
Como miembro responsable de la comunidad internacional, Taiwán ha anunciado voluntariamente objetivos de reducción de emisiones y está dispuesto a trabajar con la CMNUCC para contribuir más a la lucha contra el cambio climático de acuerdo con la legislación internacional.
Taiwán cumple con sus responsabilidades internacionales en el cambio climático. De acuerdo con las estadísticas mundiales de energía publicadas por la Agencia Internacional de Energía (AIE) en 2013, Taiwán se posicionó en 2011 como el 23º mayor emisor mundial de dióxido de carbono, con un total de 264,66 millones de toneladas, lo que representa el 0,84 % de las emisiones mundiales. También es el 21º mayor emisor de dióxido de carbono per cápita.
Desde 2008 hasta 2011, la cantidad anual de las emisiones de dióxido de carbono y la intensidad de la emisión de Taiwán experimentó una disminución promedio anual del 0,9% y 4.4%respectivamente, considerablemente mejor que el conjunto del mundo que experimentó un crecimiento promedio anual del 1,7% y 0,2%.
Actualmente, Taiwán participa en la CMNUCC bajo el nombre de una de las ONGs del país, el Instituto de Investigación de Tecnología Industrial (ITRI, siglas en inglés). Sólo un número limitado de participantes de la ONG puede asistir a la Conferencia de las Partes (COP, siglas en inglés). Como observador, Taiwán ampliaría su participación en las COP’s, y así mejorar el entendimiento sobre las tendencias importantes del cambio climático.
Pero los trabajos en la isla no se detienen, al contrario se aceleran para crear una economía verde y son cuidados todos los rubros y aspectos, como el de la infraestructura de comunicaciones y transporte, en donde destaca el impacto del tren de alta velocidad.
El cuidado medioambiental en lo que respecta al transporte, para reducir emisiones contaminantes y la congestión vehicular predomina el uso de motonetas y motocicletas, además, el gobierno implementó una medida para que los funcionarios públicos no usen sus autos una vez a la semana y se desplacen en el transporte público, como todos los ciudadanos, quien incumpla el mandato es multado.
Por ello se cuenta con una moderna red del Metro y el tren bala que comunican la ciudad y las ciudades del norte al sur y viceversa.
Tanto en su papel de contribuyente como de víctima del cambio climático, Taiwán experimenta una transformación socioeconómica para crear una economía verde y un desarrollo sostenible.
Taiwán lanzó en 2010 el Plan Nacional de Ahorro de Energía y Reducción del Carbono, que busca no sólo reducir sustancialmente las emisiones de carbono en el sector energético, manufacturero, de transporte, arquitectónico y de construcción, sino también cambiar los estilos de vida de las personas.
Sus proyectos cubren una variedad de áreas relacionadas con el cambio climático, como la seguridad alimentaria, la seguridad energética, la energía verde, la conservación de la biodiversidad, la gestión de los desastres naturales, la reconstrucción posterior a los desastres, la forestación, la protección ambiental, la gestión de los recursos hídricos, el alivio de la sequía y el alumbrado público con luces LED, termino del inglés “Light Emitting Diode”, traducido como diodo emisor de luz.
Este tipo de iluminación se basa en un cuerpo semiconductor sólido de gran resistencia que al recibir una corriente eléctrica de muy baja intensidad, emite luz de forma eficiente y con alto rendimiento.
Al poseer el mayor PIB entre las naciones insulares del Pacífico, Taiwán está dispuesto a compartir sus experiencias de adaptación al clima y sus métodos de gestión con otros países y a establecer asociaciones climáticas con la comunidad internacional.
En septiembre de 2014 organizó la Primera Conferencia Internacional del Pacífico sobre Adaptación al Cambio Climático, en la que participaron funcionarios, académicos y expertos de Taiwán, Estados Unidos y otros países de Sudeste Asiático. Actualmente Taiwán intenta posicionarse como facilitador para intercambios en la adaptación al cambio climático. De hecho planea establecer un centro de educación e investigación para la adaptación al cambio climático, así como organizar conferencias internacionales anuales sobre este tema.
[Publicado en los periódico de Organización Editorial Mexicana (OEM), El Sol de México y LA PRENSA]

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