martes, 12 de noviembre de 2013

TEXTUAL-ES


TEXTUAL-es

Por: Adalberto Villasana*

Discurso oficial lejos de la realidad

En materia educativa el discurso oficial, históricamente, está lejano de la realidad que se vive en las escuelas. Maestros, alumnos y padres de familia no saben de qué país habla la autoridad cuando se refiere a los planteles y la realidad que viven.
Textualmente hay que decirlo sí México no ingresará plenamente al desarrollo de su sociedad, si no rompe el dramático rezago que padece en el ámbito de la educación superior y de la investigación científica, este país no avanzará en el desarrollo.
Y lo que parece claro para el mundo académico, no lo ha sido en décadas para los sucesivos gobiernos del país. Falta poco para salir de dudas, y será el momento en que el Gobierno Federal y diputados decidan el presupuesto para educación, ciencia y tecnología en el 2014.
Hay que recordar que en reflexiones anteriores indicamos que la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) fue el último ejercicio serio que se hizo en educación superior, con todo respeto lo dijo.
Hace un par de semanas el doctor José SarukhánKérmez habló de este caso, y dijo: “La UAM cuenta con el ‘dudoso’ honor de haber sido la última universidad pública de México basada en la investigación hace 40 años, periodo en el que se han abierto otras universidades de diverso tipo, pero ninguna con el sólido basamento con que cuenta la Casa abierta al tiempo”.
Ello parece escandaloso toda vez que el papel de estas instituciones es toral en el avance social económico y cultural de un país, como venimos exponiendo en esta serie de reflexiones.
Dicha reflexión se hizo en el marco del Primer Congreso “La UAM a 40 años de su creación”.
“El honor lo califico como dudoso porque me ‘parece terrible’ que en todo este tiempo no se hayan impulsado nuevas instituciones de educación superior públicas basadas en la investigación con plantas académicas de alto nivel y en número suficiente para hacer más investigación y preparar mejores profesionales”, agregó.
Como ya dijimos en las escuelas y universidades se dan las condiciones óptimas para el desarrollo de la inteligencia, lo que permite que una sociedad tenga sentido de su propio destino.
Es reprobable que en México cueste trabajo entender que la investigación científica y tecnológica del país se desarrolla en gran medida en las instituciones de educación superior.
Textualmente hay que decirlo: El apoyo económico a este eslabón de la cadena educativa debería estar ligado a las funciones de formación del personal calificado que se insertará en un sistema industrial con planes y prioridades de desarrollo definidos; sin embargo, “esto tampoco ocurre en México”.

Inexplicable caso del petróleo

La mejor y más patética muestra de esta falta de definición de prioridades y de confianza en la propia gentees el “inexplicable” caso del petróleo, pues el país que desde hace seis décadas depende para sus finanzas y bienestar económico de los ingresos generados por sus yacimientos petrolíferos, no sólo no cuenta con un centro de investigación de clase mundial en todos los campos relacionados con los hidrocarburos, sino que depende del conocimiento tecnológico desarrollado en otros países.
Ahí queda de manifiesto la falta de identificación de necesidades del país; o bien, al ser mal pensados, de quién es el negocio de contratar empresas extranjeras, en lugar de desarrollar conocimiento propio.
SarukhánKérmezapuntó que el Instituto Mexicano del Petróleo (IMP), fundado hace casi medio siglo, no es ni cercanamente el generador de la gama de conocimientos que la industria requiere en la actualidad, y esto es responsabilidad de un Estado que no ha sabido impulsar un instituto a la altura necesaria y creer en la investigación y el desarrollo como palancas de cambio del país.
Y es que el IMP de momento es el lugar para darle trabajo a “los amigos”, y se dejan de lado los proyectos importantes para la nación.
Dentro del ir y venir de las reformas, en la que se hará de carácter energético se deberá definir claramente la finalidad del IMP y fijar proyectos claros y reales, todo ello con un importante vínculo con las Instituciones de Educación Superior para que investigadores y Petróleos Mexicanos (Pemex) trabajen en la misma dirección.
Textualmente hay que decirlo: Es necesario retomar el proyecto original del Instituto Mexicano del Petróleo, para que deje de ser un “elefante blanco”, y sus investigaciones y proyectos se reflejen en beneficios para la nación a través de Pemex, empresa que debe ser cien por ciento nacional.

*Adalberto Villasana, Jefe de Información de LA PRENSA
Premio Nacional de Periodismo 2005, que otorga el Club de Periodistas de México, en la categoría de Divulgación de la Educación, Ciencia y Tecnología.

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