sábado, 7 de noviembre de 2015

TEXTUALes


Deuda histórica II

La situación de los jóvenes en México no mejora con los cambios de partidos políticos en el poder. A nivel nacional no importa si es PRI o PAN la situación es la misma; mientras que en los niveles locales con el PRD el caso de Guerrero y particularmente lo sucedido en Ayotzinapa y lo que destapó, deja al descubierto muchas prácticas de la llamada política nacional.
Vamos a los hechos: estadísticas del INEGI establecieron que en el 2014 residían en México 31.4 millones de jóvenes de entre 15 y 29 años de edad, monto que representó el 26.3 % de la población, pero para el primer trimestre de ese mismo año, la tasa de desempleo de los adolescentes de 15 a 19 años y de los jóvenes de 20 a 24 años fue de 9.8 y 9.2 por ciento, mucho más alta de la media nacional; es decir no se crean los empleos necesarios para que los jóvenes se inserten al mercado laboral, claro está con un salario justo.
Durante 2012 el 32.7 % de la población de 15 a 29 años de edad no estaba afiliada o inscrita a servicios médicos, en buena medida por carecer de un empleo formal y/o estar fuera del Sistema Nacional Educativo; lo que repercutió en la proliferación de farmacias-consultorio, reflejado en el abandono del sistema de Salud Público y la falta de acceso de los jóvenes que se convierten en un sector vulnerable sin educación de calidad, atención sanitaria de calidad y sin un empleo justamente remunerado. Lo que se refleja en el lento avance de la economía interna.
Quienes se dicen políticos en México aprueban en el Congreso leyes que se estrellan con la realidad, por ejemplo: hicieron obligatorio el nivel Medio Superior en educación y no todos los adolescentes tienen acceso, porque no hay ni los planteles, ni el profesorado y la infraestructura necesaria. Lo mismo pasó con el nivel Preescolar.
Educación y empleo son los desafíos emergentes para el desarrollo de cualquier persona, pero para los jóvenes y la nación se vuelve e un tema estratégico, porque sin duda ellos serán la palanca desarrollo de la nación, pero para ello hay que crear las condiciones y eso es tarea del Estado, de los políticos de verdad.
Así, la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) apunta que los temas que más preocupan a los jóvenes en México son la inseguridad y el desempleo con 56.6 % y 49.2 % respectivamente.
La ENVIPE este año estima 22.8 millones de víctimas de 18 años y más, lo cual representa una tasa de 28,200 víctimas por cada cien mil habitantes durante 2014, cifra estadísticamente equivalente a la estimada para 2013.
Pero lo situación es más alarmante cuando vemos que la cifra negra, es decir el nivel de delitos no denunciados o que no derivaron en averiguación previa fue de 92.8% a nivel nacional durante 2014.
El documento estima que los principales motivos que llevan a la población víctima de un delito a no denunciar son circunstancias atribuibles a la autoridad, como considerar la denuncia como una pérdida de tiempo con 32.2% y la desconfianza en la autoridad con 16.8 por ciento.
Textualmente hay que decirlo: La deuda histórica con los jóvenes en México no se resuelve solamente con leyes, sino que hay que emprender acciones que lleven a cambiar la realidad. La reflexión es: Qué hicimos, o qué dejamos de hacer como sociedad, para que estemos en esta situación, jóvenes sin acceso a la educación y servicios de salud de calidad, además de carecer de un empleo con una remuneración justa.

En Twitter @Villasana10  

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