miércoles, 18 de noviembre de 2015

Origen de problemas de nutrición en México



El 20 % de las madres de familia en México no da ni una fruta al día a sus hijos, mientras que 27% no les da verduras, pero el 90 % considera que la dieta de sus hijos es saludable, reveló un estudio de opinión de la Universidad del Valle de México (UVM).
Así, el “Estudio sobre hábitos alimenticios en niños: la perspectiva del niño y su mamá”, presentado por Mercedes Poiré Romero, del Centro de Opinión Pública (COP) y Saby Camacho López, directora nacional de Nutrición de la UVM, apunta que el 91 % de los niños y jóvenes en México consume más de 5 porciones de bebidas azucaradas al día, mientras que en lo general los niños no consume ni una fruta al día en un 23 %, mientras que 29 % no consume verduras.
El trabajo del COP de la UVM, realizado durante los meses de septiembre y octubre del presente año, que una tercera parte de los niños y jóvenes en México no consumen ni una fruta, ni una verdura al día, mientras que tres cuartas partes come 4 o más porciones de cereales diariamente.
Al explorar la situación del consumo de bebidas azucaradas por parte de estos jóvenes a lo largo del día, vemos que 91% manifiesta tomar 6 o más porciones de este tipo de alimento (dato en el que la coincidencia de respuesta entre mamás e hijos es exacta). Si consideramos que una porción de bebida de este tipo puede contener entre 150 y 200 calorías, resulta que nuestros niños ingieren solamente por este concepto, más de 1000 calorías al día.
De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud y la Secretaría de Salud de nuestro país, cerca de 34% de los niños presentan sobrepeso u obesidad, atribuido tanto a la falta de activación física como a una dieta poco equilibrada.
Consciente de esta problemática, el Centro de Opinión Pública de la UVM en conjunto con la Escuela de Nutrición de la universidad, se dio a la tarea de entrevistar simultáneamente a 476 niños de entre 6 y 16 años de edad y a sus mamás para conocer sus hábitos de alimentación, activación, entretenimiento y algunas de las principales creencias que subyacen a estos comportamientos.
No cabe duda que hay mucha información en el entorno que lleva a las mamás y a los propios jóvenes a saber que hay una problemática en este sentido y a manifestar su preocupación por el tema. 64% de las mamás manifiestan conocer el plato del bien comer y cerca de 80% de ellas es capaz de mencionar los grupos de alimentos que lo conforman así como dar ejemplos concretos; sin embargo, una tercera parte menciona también grupos que no pertenecen al plato.
Tres cuartas partes de las mamás reconocen que el desayuno es el alimento más importante del día, mientras que una cuarta parte de los niños piensa que es la comida. No obstante, cerca de 1 de cada 10 jóvenes no desayuna cotidianamente, ya sea porque no le gusta o porque no les da tiempo de hacerlo.
El “lunch” o almuerzo escolar se convierte en todo un tema. A cerca del 18% de los niños no les preparan un lunch en sus casas, lo que se traduce en que se les proporciona dinero y compran comida en la escuela (que suele ser comida rápida: quesadillas, tacos, tortas, etc., 35%; frituras (24%) o agua de sabor (14%)).
Además de las comidas principales, 82% de nuestros niños y jóvenes consumen alguna colación entre comidas, que suele ser, de acuerdo a los propios niños: fruta 35%, cereal (21%), pan o pastelillo (18%), barrita energética (9%) o embutidos (8%).
El problema real parece ser un tema de porciones. Si partimos de la base del plato del bien comer, que recomienda el consumo de un alimento de cada grupo en cada una de las comidas, el número de porciones de proteína, por ejemplo, debería acercarse mucho a un promedio de entre 3 y 5 porciones al día (considerando tres comidas principales y 2 colaciones). Sin embargo, solo 41% de los jóvenes consume entre 3 y 5 porciones de proteína al día. Poco más de la tercera parte consume menos de 3 porciones diarias de este alimento.
Las mamás sienten que la alimentación de sus hijos es saludable y reconocen la importancia de equilibrar los grupos de alimentos; sin embargo, parecen no saber cómo traducir la información con que cuentan en conductas que favorezcan una mejor nutrición de los niños y jóvenes de hoy.
Si a esto le sumamos que en promedio 55% de los jóvenes pasa más de dos horas frente a la computadora, iPad o celular y 34% más de dos horas con videojuegos, resulta evidente la tendencia en el incremento de problemas de sobrepeso y obesidad y en el aumento de enfermedades crónicas no trasmisibles.  Sin embargo, cerca del 70% reconoce que los hijos hacen ejercicio adicional al que hacen en la escuela (30% no lo hace) que consiste principalmente en algún juego de equipo (37%) o correr (16%).
Parece ser que tener la información y proporcionar orientación no es suficiente. Necesitamos encontrar los detonadores que lleven a las madres de familia a actuar conforme a la información con que cuentan y, desde luego, a mejorar la calidad y comprensión de la información que ya tienen. El sobrepeso y la obesidad no son solamente un problema de salud pública, se empiezan a convertir en un serio problema económico para países como el nuestro.

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