lunes, 27 de abril de 2015

#TEXTUALes


Voto razonado

El voto debe ser razonado al ser una decisión con causa y efecto, por lo que sería mejor tomarla con el mayor nivel de información posible y análisis sobre la actuación de los actuales gobernantes. En las próximas elecciones 18 millones de jóvenes ejercerán este derecho ciudadano por primera vez en medio de un escenario de crisis de acceso a la educación superior de calidad y de empleo remunerado justamente.
Con la participación decidida de los jóvenes al ir a votar el próximo 7 de junio el país cambiará, puede despertar una vez que se cambie el mapa político de México y se colapse el sistema de partidos, viciado desde hace muchos años, o quizás desde su origen.
Y es momento de que los jóvenes ejerzan su derecho ciudadano del voto como arma de la democracia y castiguen a quién no cumplió, que nadie vote por un “chapulín político” de esos que brinca cada tres años de un cargo a otro.
Desde mi punto de vista lo mejor es votar. Como expuse en columnas anteriores al presentar las cifras del abstencionismo y el voto nulo, estas prácticas no han provocado ningún cambio. Por lo que es momento de hacer algo diferente y sí en tres años no cumplen a los que se les brinda la confianza hoy, también sacarlos y mandarlos al basurero de la historia.
Es momento de acabar con los “chapulines”, las “parejas imperiales” y los cacicazgos regionales que sólo afectan el bienestar de la población, al responder as intereses personales y/o de grupo y dejar de lado los justos reclamos de la ciudadanía de empleo digno y justamente remunerado; acceso a la educación de calidad, así como un transporte público seguro y eficiente, entre otros aspectos.
Hoy los jóvenes deben ser cuidadosos al emitir su voto, buscar a los candidatos y partidos que capaces de responder a los problemas de empleo y educación, que eleven la calidad de vida y de salud, motiven promesas reales para vivir en la certidumbre beneficiosa de todos los seres humanos, aun de los no nacidos.
Los jóvenes se darán cuenta con el tiempo de que hay promesas tramposas que al final resultan decepcionantes porque nunca se concretan, sólo son instrumentos de la demagogia para que los partidos alcancen las tan anheladas cuotas de poder, de las que son verdaderos vividores a costa de la pobreza del pueblo.
Los jóvenes pueden cambiar la historia, hacer algo diferente para tener resultados diferentes. De los 82 millones de ciudadanos registrados en el Padrón Electoral, el 30 por ciento son jóvenes entre 18 a 29 años.
Por ello son un sector atractivo en lo electoral, pero muchos partidos no desearían que despierte y voten en contra de quienes incumplieron promesas en campañas anteriores.
Textualmente hay que decirlo: Suman millones de jóvenes en el país, llenos de esperanzas y anhelos, que lucha por un mundo mejor y un país más justo donde sus reclamos y carencias sean atendidas; son jóvenes capaces de construir un futuro mejor, en quienes se vislumbran oportunidades magníficas para acabar con la corrupción e injusticia lacerantes. Con su voto pueden hacer mucho.


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