sábado, 11 de abril de 2015

Libertad en Los Tuxtlas




Fueron liberadas 28 guacamayas rojas en la Reserva de la Biosfera Los Tuxtlas, en Veracruz. La directora del proyecto, Patricia Escalante, explicó que en los últimos tres meses las aves recibieron entrenamiento para valerse por sí mismas.
La guacamaya roja (Ara macao), ave sagrada para las culturas originarias de México –como la maya y la mexica–, que como el sol sale temprano a buscar su alimento y regresa al atardecer, voló alrededor de los árboles; su plumaje multicolor brilló con los rayos solares iluminó la Reserva de la Biosfera Los Tuxtlas.
Se liberó el segundo grupo de aves donadas para la reintroducción de la guacamaya roja en Veracruz, y ahora la Reserva Ecológica Nanciyaga –que forma parte de la primera– cuenta con 28 nuevos habitantes, que llegaron el 9 de diciembre desde el aviario del Parque Ecoarqueológico Xcaret, listos para los retos de la vida silvestre.
A diferencia de junio pasado, cuando se llevó a cabo la primera acción de este tipo, esta vez todo salió perfecto “porque ya tenemos más experiencia y corregimos errores; por ejemplo, ahora no las espantamos para salir del aviario, porque la vez anterior sí lo hicimos por la presión de tomar las imágenes; entonces cinco desaparecieron de la zona y nos costó mucho trabajo localizarlas; a dos no las pudimos recuperar”, relató la directora del Proyecto en Los Tuxtlas e investigadora del Instituto de Biología (IB) de la UNAM, Patricia Escalante Pliego.
La mitad del nuevo grupo son ejemplares jóvenes, es decir, exploradores y curiosos, y fueron los primeros en salir; para el siguiente día ya lo habían hecho todos. Seguramente durante abril entrarán y saldrán del aviario, explorarán la reserva y encontrarán sitios que les gusten.
Algunas de las aves de mayor edad que tienen pareja quizá empiecen a buscar sitios para anidar y “tendremos que ayudarles un poco, porque aunque en Nanciyaga hay muchos árboles altos, no sabemos si hay suficientes con huecos donde puedan hacer sus nidos”.
En los últimos tres meses recibieron entrenamiento para valerse por sí mismas, como los ejercicios de acecho por parte de humanos y mamíferos terrestres; se les presentó alimento natural de las ramas de los árboles para que lo reconozcan y consuman, y se les incitó consistentemente a ejercitarse a fin de que tengan una mejor condición física, que requerirán para mantenerse a salvo fuera del aviario de preliberación, cuando enfrentarán nuevos peligros.
Portan un chip de identificación y un anillo cerrado, así como una etiqueta de reconocimiento a distancia en el ala. Algunas llevan radiocollares. También se cuenta con muestras de sangre para su detección por ADN en caso de que se requiera para perseguir algún delito. “La captura y comercio de guacamayas, loros y pericos están prohibidos en México porque las poblaciones naturales están diezmadas y es necesario dejar que se recuperen o se perderán para el país”.
(Información y fotografías DGCS-UNAM)

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