domingo, 11 de diciembre de 2016

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En educación hay que pasar del dicho a los hechos

Los recientes resultados de la evaluación PISA de la OCDE no dice lo que ya sabíamos, solo el 52 por ciento de nuestros estudiantes de educación básica logran aprendizajes mínimos en ciencias, el 43 por ciento en matemáticas y el 59 por ciento en lectura. Del total menos del uno por ciento se ubica en alto rendimiento.
Y desde hoy sabemos que para el 2018 los resultados no serán diferentes, porque desde el año 2000 que se aplicó por primera vez la evaluación, no vemos grandes cambios. Mientras que reformas van y viene, al igual que funcionarios.
En estos 15 años otros países tuvieron avances importantes, pero acá no la pasamos culpando al sindicato, a los maestros, pero las acciones son menores.
Además, en teoría la evaluación sirve para que profesores de secundaria y de Educación Media Superior de México sepan cómo está el país en comparación con otros, y cómo está su entidad federativa, pero las decisiones de lineamientos de cátedra y cambios a los planes y programas de estudio siempre salen de un cubículo o bien de una oficina, por lo que luego no corresponden a la realidad que se vive en las escuelas.
Ahora, el secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño, reconoce que nadie puede estar satisfecho con estos resultados, pero reiteró que esto requiere la reforma educativa, la cual, estimó, podría tomar al menos 10 años en rendir frutos, y lo mismo dijo otro funcionario hace una década.
Y es que para lograr la calidad educativa es necesario poner énfasis en el desarrollo profesional de los docentes y al mejorar su desempeño, por consecuencia lógica, se cerrará el círculo virtuoso con el mejor aprovechamiento de los alumnos.
Porque como también sabemos, los profesores son los que se quedan, los funcionarios terminan el sexenio y se van, los alumnos egresan, pero es el docente el que permanece en la escuela, como el verdadero formador.
La actualización permanente del docente y en general al trabajador de educación se requiere para tener calidad de enseñanza, lo que no se logra con leyes, sino con acciones concretas.
Ante los resultados de México en PISA 2015, el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) propone las siguientes acciones de política educativa: dar prioridad a una profunda reforma de la formación inicial de los docentes, garantizar que los mejores maestros ingresen al servicio,  que quienes tengan mejores capacidades de gestión escolar ocupen los puestos directivos y garantizar que la evaluación docente sea un factor que contribuya a mejorar la calidad educativa.
Textualmente hay que decirlo: En los últimos 15 años los resultados han sido los mismos y ya casi pasaron tres gobiernos federales, seis secretarios de Educación Pública, acuerdos, planes, reformas, leyes, pero seguimos igual. Creo que es momento de hacer las cosas de manera diferente, es necesario el compromiso de los servidores públicos, que dejen de trabajar para su capital político y emprendan acciones para la enseñanza pública de México.

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