TEXTUAL-es
Adalberto Villasana
Obesidad y mala nutrición
Debe dejarnos la pandemia un
momento de reflexión y propósitos para el futuro; uno de ellos debe ser cuidar
nuestra salud y la de quienes más queremos, los niños. Más allá de los
problemas económicos que enfrentamos, primero está el bienestar físico y
mental, la prevención es la mejor medicina.
El panorama del Covid-19 se
agudiza con el desorden alimenticio, ajeno a nuestra tradición. Ahora, México
enfrenta un doble reto: malnutrición y obesidad.
Y es que a pesar de los
enormes avances que en general ha experimentado México en los últimos años, la
desnutrición -por un lado- y la obesidad infantil -por otro-, son un problema
por solucionar.
Éramos un pueblo heredero de
una gran cocina con platillos sabrosos y nutritivos, pero, llegó la comida
chatarra.
El panorama se agrava cuando
se sabe que la diabetes infantil aumentó en un 35 por ciento en los últimos
años.
Ahora, la infancia mexicana
está más cautiva de la publicidad de comida chatarra durante el confinamiento
preventivo en casa; los menores son víctimas de las estrategias publicitarias
de la industria de alimentos y bebidas ultra procesados, que busca incrementar
la venta de sus productos que promueven la obesidad, principal causa de
comorbilidad en las muertes por Covid-19.
Alejandro Calvillo, director
de El Poder del Consumidor; Ana Munguía, investigadora del Centro de
Investigación en Nutrición y Salud y, Carola García Calderón, de la Facultad de
Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, en el foro Exposición de niñas y
niños a la publicidad de comida chatarra durante el confinamiento, alertaron de
la situación.
Porque el consumo de bebidas y
alimentos ultraprocesados es una de las principales causas de la obesidad,
diabetes e hipertensión que afecta la salud de millones de mexicanos, en un
entorno donde 4 de cada 10 niños ya tienen problemas de sobrepeso y obesidad. Carola
García advierte que la publicidad está enfocada a los niños.
Con base en la Encuesta
Nacional de Salud y Nutrición ENSANUT 2012, en los niños en edad escolar, a
nivel primaria -es decir entre 5 y 11 años-, la prevalencia combinada de
sobrepeso y obesidad es del 34.4%.
Mientras que la prevalencia de
sobrepeso es del 19.8%, la de sobrepeso en niñas 20.2%; en niños 19.5%;
mientras que la prevalencia de obesidad es del 14.6%, por género: obesidad en
niñas 11.8%; en niños 17.4%.
Hay casos, incluso de niños
con sobrepeso y malnutridos. Como sociedad debemos emprender acciones que
lleven a mejorar las condiciones de vida de las futuras generaciones, los
menores de edad son nuestra responsabilidad.
En el grupo de edad de cinco a
catorce años la desnutrición crónica es de 7.25% en las poblaciones urbanas, y
la cifra se duplica en las rurales. El riesgo de que un niño o niña indígena se
muera por diarrea, desnutrición o anemia es tres veces mayor que entre la
población no indígena.
Hay que resaltar que tanto
obesidad como sobrepeso pueden ser detonantes de la diabetes; además de otras
enfermedades.
Al paso de los años la
situación no cambia mucho, la misma ENSANUT nos indican que uno de cada tres
adolescentes de entre 12 y 19 años presenta sobrepeso u obesidad. Para los
escolares, la prevalencia combinada de sobrepeso y obesidad ascendió un
promedio del 26% para ambos sexos, lo cual representa más de 4.1 millones de
escolares conviviendo con este problema.
Textualmente hay que decirlo: La
Federación Mexicana de Diabetes, A.C. nos indica que el incremento en actividad
física, dieta adecuada y reducción de peso, disminuyen el riesgo de desarrollar
diabetes entre 34% y 43%, efecto que puede durar de 10 a 20 años después de
concluida la intervención. La pandemia del Covid-19 nos confrontó con el espejo;
nos volvimos vulnerables por basar nuestra dieta en alimentos procesados,
muchos chatarra. El sedentarismo es otro problema. Cuando salgamos de este
reto, hay que tener claro el comer sano y el hacer ejercicio. Como lo era
históricamente el pueblo mexicano.
En Twitter @TXTUALes y
en Instagram @villasana10
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