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Daño hecho

Tardará años superar los efectos postraumáticos para casi 2,500 niños migrantes que fueron separados de sus padres en la frontera sur de los Estados Unidos, para ser confinados a jaulas: el daño está hecho.

Al ejercer su derecho de cerrar sus fronteras, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, violenta acuerdos internacionales y presenta rasgos autócratas.

Queda claro que el mandatario estadunidense “sacrifica familias por votos”, pero se ganó la condena mundial.

Me queda claro que hay que ser firmes y dignos con Trump, las reacciones tardías alimentan su ego. Incluso de momentos hay que ser viscerales con sus posturas, porque es lo que uno siente al ver actos fascistas.

Investigadores de la UNAM resaltaron que el próximo titular del Ejecutivo Federal en México debe alistar una estrategia integral para no repetir los mismos errores de la administración actual, que ha reaccionado tardíamente.

Ahora, Trump pretende matizar el decreto de Tolerancia Cero operado desde abril pasado, pero el daño está hecho: sobre todo para 2,342 niños que del 5 de mayo al 9 de junio, según cifras oficiales, estuvieron confinados al encierro en bodegas y/o jaulas metálicas.

“Ésta es una medida que Trump puso en marcha como programa piloto: sacrificar familias por votos, para saber qué tanto beneficio le traería. Al ver que el resultado no es favorable para el proceso electoral de noviembre próximo, matizó su proceder, porque es probable que el Partido Republicano pierda las dos cámaras. Pero esta acción no ocurre porque el mandatario estadounidense sea humanitario, sino porque es completamente pragmático”, acusó Martín Íñiguez Ramos, académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS).

Son políticos sin escrúpulos que responde al marketing electoral, pero desconocen la parte humana, la vida real.

“La actitud de Trump se entiende porque es un white supremacism, y es racista; en una situación que aunque pudiera ajustarse ya es funesta, una tragedia humanitaria de una política desalmada; sin duda han salido del clóset los racistas, que ahora tienen mucho más voluntad de hacerse presentes”, dijo Mónica Verea, del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN) de la UNAM.

Textualmente hay que decirlo: La política racista y proteccionista de Trump le dio popularidad, pero no sólo afecta a la Unión Americana, sino al mundo en general. Es sólo la punta del iceberg del retorno a gobiernos autoritarios, totalitarios, autócratas, nacionalistas y fascista, y éste no es el único caso en el mundo. Donde todos “piensan igual”, nadie piensa.

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