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Educación de calidad para el crecimiento y desarrollo
Cualquier cosa que se haga hoy en
materia de educación, era para ayer; pero no es tarde para empezar, sólo que ya
no hay margen de maniobra, en la actualidad hay que incrementar los recursos y
al mismo tiempo crear y mejorar mecanismos de control, ofrecer actualización a
la planta docente, así como modernizar la infraestructura.
Cada año habrá entre 50 mil y 100 mil
aspirantes a la educación superior. Para las instituciones públicas ya
saturadas, crecer con calidad y menor presupuesto es materialmente imposible,
advirtió el rector de la UNAM, Enrique Graue Wiechers, en el marco de la
Conferencia Internacional ANUIES 2016.
Pero eso ya lo sabíamos desde hace
décadas: en primera, por la curva poblacional; en segunda por que se conocen
los niveles de eficiencia terminal de los alumnos en los diferentes niveles de
enseñanza básica, a lo que hay que sumarle la obligatoriedad de la instrucción
de nivel media superior.
En la zona metropolitana de la Ciudad
de México cada año vemos como suman más de cien mil aspirantes para ingresar a
la UNAM; 90 mil al IPN y más de 50 mil a la UAM.
Por lo que en este momento “las
carencias en educación son para los jóvenes el desvanecimiento de sus sueños”,
como bien lo señaló Graue.
Los focos rojo se encienden, porque
hoy más que nunca es momento de defender la universidad pública, que debe
conservar su carácter gratuito, caer en la tentación de imponer cuotas, a lo
único que abonaría es a encender conflictos de enormes dimensiones.
Y en el mismo foro Graue Wiechers
alertó sobre las consecuencias que pueden traer a la población mexicana las
reducciones presupuestales para el 2017 en educación superior, así como en
ciencia, tecnología e innovación.
Un mejor futuro para la nación pasa
necesariamente por una educación de calidad para millones de jóvenes, así como
su capacitación para eficientar sus cualidades y destrezas. Su participación en
la ciencia, tecnología e innovación también es fundamental. Vemos que talento
hay en las nuevas generaciones que sólo requieren de una oportunidad.
Para las instituciones públicas ya
saturadas, crecer con calidad y menor presupuesto es materialmente imposible,
se dejó en claro y en el caso de las instituciones privadas de educación
superior, mientras no crezca significativamente la economía familiar, aumentar
la matrícula es una meta difícil de alcanzar.
El mundo actual ha vuelto más
compleja la tarea de educar, exige de innovación para formar en las disciplinas
tradicionales, ordenar el flujo de información e impulsar la
interdisciplinariedad.
Textualmente hay que decirlo: lejos de pensar en recortes al
presupuesto de la educación superior, es momento de incrementarlo, al igual que
el de ciencia, tecnología e innovación; al mismo tiempo crear y operar
mecanismo de transparencia y uso eficiente de recursos, para asegurar su optima
utilización. Para México el camino del progreso empieza por educación pública
de calidad en todos los niveles.
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