lunes, 1 de diciembre de 2014


Primer tercio

La situación de los jóvenes en México se complicó en los dos últimos años. Al concluir el primer tercio de la actual administración federal existe un número indeterminado de desaparecidos, entre los que se encuentran los 43 normalistas de Ayotzinapa, Guerrero; los casi 200 mil alumnos del Instituto Politécnico Nacional (IPN) están en paro de labores, además de que persisten los rezagos históricos de acceso a la educación de calidad, así como a un empleo formal, con un salario justo.
Hoy vemos a los jóvenes manifestarse en las calles en demanda de justicia en el sentido más amplio. Situación que ha sido criminalizada en varias ocasiones.
Así, las detenciones arbitrarias contra jóvenes manifestantes se convirtió ya en una constante, que concluye al paso de los días con un: “Disculpe Usted”. Así los movimientos en redes sociales como el #YaMeCanse #JusticiaparaAyotzinapa #20Noviembre y #TodosSomosPolitecnico, por citar algunos casos son un grito de millones de jóvenes que no encuentran respuestas en la realidad que les tocó vivir.
Esta puede ser la mejor generación de estudiantes, con la peor de administradores públicos, de los tres niveles de gobierno, conjunción que es mala para el país, toda vez que las autoridades no sólo no brindan apoyo sino que complican la situación.
Persisten los fantasmas que aquejan a los jóvenes, los cuales se reflejaron en la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2013, en la que se asienta que el tema que más preocupa a los jóvenes (18 a 29 años) es la inseguridad (56.6%), por encima de temas emergentes como el desempleo (49.2%), pobreza (31.4%), educación (30%), corrupción (28.6%), salud (28.2%), aumento de precios (28.1%), entre otros.
Se estima que hoy en día, en México residen 20.2 millones de personas entre 15 y 24 años de edad y representan cerca de la quinta parte de la población total. Entre ellos, la mitad (10.4 millones) son adolescentes y el resto son adultos jóvenes (9.8 millones).
El estado que guardan actualmente las condiciones domésticas, educativas, sanitarias, laborales, sexuales y reproductivas de los jóvenes, así como su evolución futura, son determinantes en el aprovechamiento de lo que se conoce como el bono demográfico, sin embargo la realidad que se vive por el momento no hace ver un mejor horizonte.
Como ejemplo hay que retomar las repuestas de la Consulta de Tendencias Juveniles 2013 realizada por Instituto de la Juventud del Distrito Federal (InjuveDF), en la que se asienta que el 55.43% de jóvenes de la ciudad de México entre los 14 y 29 años de edad “no es feliz” y la situación prevaleciente en diferentes factores de su entorno y vida los hace sentirse “deprimidos” en 66.89%.
Así el sentir de los jóvenes en la capital del país no es muy distinto al de otras urbes, ni tampoco lo es de los que viven en zonas rurales, quienes además se ven en la necesidad de migrar para tener acceso a la educación, al empleo y otros aspectos.
Textualmente hay que decirlo: Hace falta mucho por hacer y aún no se empieza nada. Las promesa de una reforma educativa, que lleve a un servicio de calidad, y la reactivación del empleo formal están todavía en la imaginaria de los funcionarios, mientras que en cada fosa clandestina que se abre se encuentra muerto un joven que debió ser parte del futuro de la nación.

* Adalberto Villasana, Premio Nacional de Periodismo 2005, que otorga el Club de Periodistas de México, en la categoría de Divulgación de la Educación, Ciencia y Tecnología.


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