jueves, 10 de julio de 2014

Replanteemos teorías sobre los sismos: Cinna Lomnitz


Difícil saber qué pasa exactamente antes de un movimiento telúrico, ya que los procesos ocurren a profundidades de 20 a 300 km, y a esas distancias nadie ha llegado y no creo que alguien llegue, señaló el sismólogo Cinna Lomnitz
Es de recordarse que Cinna Lomnitz es investigador emérito del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México y miembro de la Academia Mexicana de Ciencias.
Apunto que del año 2000 a la fecha el mundo se ha visto afectado por una serie de macro-terremotos que hacen pensar.
Cinna Lomnitz, pilar de los estudios sismológicos en México, dijo que estos movimientos no están relacionados con las famosas “brechas” y que esperar un sismo cuyo epicentro sea la zona en Guerrero, podría ser errático.
La región del planeta en la cual vive el hombre es la litósfera o un segmento de tierra y roca pero ésta no es uniforme, y está dividida en segmentos llamados placas tectónicas que se van sumergiendo hacia la parte interna de la Tierra, en un proceso conocido como subducción. Cuando alguno de estos segmentos se rompe debido a la fricción se produce un movimiento telúrico.
En 2004, uno de estos movimientos en el Océano Índico, bajo la placa tectónica de Burna, generó uno de los tsunamis más muertes de los últimos tiempos. Le siguieron los terremotos de Chile, en el 2010, y el de Japón, en 2011, este último provocando un tsunami y una crisis nuclear en la central de Fukushima.
Ante esta situación, los sismólogos revisan constantemente la velocidad de desplazamiento y la energía que liberan las placas en el proceso, y aunque no es algo exacto, se han hecho cálculos sobre la cantidad de energía acumulada en estos segmentos, así como las posibilidades de que se fragmente el terreno.
Sin embargo, existen partes de terreno en los que debería haberse generado una fragmentación (de acuerdo con los cálculos), pero en realidad no se ha presentado un movimiento telúrico de importancia desde hace tiempo, por lo que comienza a ser llamado “brecha”.
En el caso de México, la más conocida brecha es la que se ubica en Guerrero, entre los puertos de Acapulco y Zihuatanejo, donde no se ha generado un movimiento telúrico de importancia en los últimos 103 años.
Esta situación ha hecho que Cinna Lomnitz, investigador emérito del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México y miembro de la Academia Mexicana de Ciencias y de otras organizaciones nacionales e internacionales, considere que las cosas no funcionan del todo como se pensaba. En Japón, por ejemplo, la nación con más sismólogos en el mundo, se le ha dado mucho potencial a las brechas.
“Ellos –dijo el científico- identificaron una brecha sísmica al sur de Tokio e hicieron preparativos para detectar un eventual fuerte sismo proveniente de esa zona. Pero también señalaron cuáles eran las regiones con menor riesgo, entre ellas estaba Tohoku -un área geográfica al norte de la isla principal de Japón-, la misma donde se registró el epicentro del gran terremoto de magnitud 9, del 11 de marzo de 2011”.
En la geografía mexicana confluye el movimiento de cinco placas tectónicas: la de Cocos (frente a las costas de Michoacán, Guerrero, Oaxaca y parte de Chiapas), la de Norteamérica (que abarca casi todo el territorio nacional), la de Rivera (frente a Jalisco, Colima y Nayarit), la del Pacífico (donde está la Península de Baja California) y la del Caribe (que involucra a parte de Chiapas).
(Información y fotografía AMC)

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