domingo, 1 de octubre de 2017

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Somos más los buenos

En los últimos días vimos muestras de los valores y el espíritu del pueblo mexicano, así somos en la gran mayoría, pero desafortunadamente unos cuantos mantienen en jaque a la población; en gran parte por la ineficacia de los sistemas de procuración e impartición de justicia. En medio de la tragedia conocimos como existe quien roba la tarjeta bancaria de una joven que murió y la vació en compras.
Lo anterior no es nuevo, hay gente sin escrúpulos que está al alza, porque actúa con total impunidad. La población desconfía de las “autoridades”, por ello no denuncia.
Y es que en la séptima edición de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción de la Seguridad Pública (ENVIPE), realizada por el INEGI revela: la tasa de incidencia delictiva por cada cien mil habitantes en 2016 fue de 37,017, cifra estadísticamente superior a la estimada en 2015 que fue de 35,497.
Después del robo o asalto en la calle o transporte público, la extorsión es el segundo delito más frecuente pues representa 24.2% del total de los delitos ocurridos durante 2016. Sin embargo, el pago del monto solicitado en la extorsión continúa con tendencia a la baja, al pasar de 4.7% en 2015 a 4.4% en 2016.
En 2016, el costo total a consecuencia de la inseguridad y el delito en hogares representó un monto de 229.1 mil millones de pesos, es decir, 1.1% del PIB. Lo cual equivale a un promedio de 5,647 pesos por persona afectada por la inseguridad y el delito.
Una vez más, es cuento de nunca acabar, la población para la ineficacia de un Estado que falla al brindar seguridad a la ciudadanía.
La cifra negra, es decir el nivel de delitos no denunciados o que no derivaron en averiguación previa fue de 93.6% a nivel nacional durante 2016, mientras que en 2015 fue de 93.7 por ciento.
Los principales motivos que llevan a la población víctima de un delito a no denunciar son circunstancias atribuibles a la autoridad, tales como considerar la denuncia como pérdida de tiempo con 33.1% y la desconfianza en la autoridad con 16.5 por ciento.
Asimismo, la sensación de inseguridad en los ámbitos más próximos a las personas se ha incrementado en 2017, llegando a 66.3% y 46.0% de la población de 18 años y más que se siente insegura en su municipio o delegación y en su colonia o localidad, respectivamente.
Textualmente hay que decirlo: el Estado mexicano, en sus tres niveles de gobierno ha fracasado en una de sus tareas principales que es la de brindar seguridad a la población. Encima sus policías y órganos de procuración e impartición de justicia no son confiables a los ojos de la población, por algo será.
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