domingo, 4 de junio de 2017

Atmósfera poético-visual en la obra de José Luis Cuevas


Imágenes, figuras e ilustraciones que irradian un diverso y delirante juego de formas, volúmenes y lenguajes integran Homenaje a José Luis Cuevas, cuya imaginación incesante y lenguaje estético de gran alcance recrean la realidad con una atmósfera poética-visual.
En una conjugación de color, trazo, luz y sombra, esta retrospectiva –resultado del esfuerzo conjunto de la Unidad Lerma de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y el ayuntamiento de ese municipio del Estado de México– presentó cerca de 140 obras para rendir tributo a uno de los pilares de la plástica mexicana.


Cuarenta y seis dibujos, 25 esculturas, 20 grabados y cinco pinturas de una de las figuras representativas del arte contemporáneo nacional e internacional fueron expuestos junto con 43 fotografías de varios autores, en las que el artista aparece con personajes de la cultura.
La muestra incluyó una sección erótica y estuvo abierta al público hasta el 31 de mayo en el Museo Zanbatha del Valle de la Luna, como parte del 5to. Festival Martín Reolín Varejón, testimoniando la prolífica trayectoria del creador de La giganta que este año cumplió 86 de vida y más de seis décadas de producción artística.
En cada pieza permanecen latentes las inquietudes del Doctor Honoris Causa por la Casa abierta al tiempo, algunas de las cuales son “la soledad del hombre contemporáneo y su incapacidad para comunicarse”, así como la distorsión y la transformación de la figura humana.


Miembro relevante de la Generación de la Ruptura y del neofigurativismo, Cuevas hurga en las contradicciones humanas y revela la frágil condición de los sujetos en la sociedad, mientras juega con los materiales: papel, lienzo, bronce, aguafuerte, lápiz, aguatinta o acrílico para establecer perfiles sutiles y a la vez desgarradores.
El también Doctor Honoris Causa por las universidades autónomas de Sinaloa y Aguascalientes, Veracruzana, el Instituto Superior de Arte y la Casa de las Américas, de La Habana, Cuba, ha sido distinguido con los premios Internacional de Dibujo de la Bienal de Sao Paulo, 1959; Internacional de la VII Mostra Internazionale di Bianco e Nero, de Lugano, Suiza, 1963; Nacional de Ciencias y Artes en Bellas Artes, 1981, y a la Mejor Ilustración, 1985, que confiere la Sociedad de Ilustradores de Estados Unidos, entre otros.

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