Ante la crisis que se
avecina por la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos,
México debe asumir posiciones propositivas, replantear su rumbo de desarrollo y
reinventarse, sostuvo el rector de la UNAM, Enrique Graue Wiechers.
“Esta crisis debe ayudarnos
a ser un país más justo, equitativo,
tolerante y con un nuevo curso de desarrollo”, aseveró al inaugurar el
Seminario Grupo Nuevo Curso de Desarrollo En Defensa del Interés Nacional.
Allí el rector hizo
propuestas para una agenda que ayude a enfrentar la crítica coyuntura que
vivimos.
Si deporta a los
connacionales, prosiguió el rector, encontremos las mejores soluciones para
aprovechar su capacidad de trabajo, y si expulsa a los estudiantes mexicanos,
recibámoslos en las universidades nacionales.
“Si ignora a China,
aprovechemos la cuenca del Pacífico como un socio creciente en nuestra economía
y si está empeñado en construir su nuevo orden policiaco mundial, aprovechemos
su distanciamiento de Europa para crecer en nuestras exportaciones”, expuso.
Asimismo, planteó que si
Trump se empeña en detener la economía nacional, México debe hacer crecer en
forma urgente el mercado interno y mejorar el salario de los trabajadores.
Graue Wiechers añadió que la
actitud y propuestas de Trump son una seria amenaza a los derechos humanos, a
la dignidad personal y colectiva de los connacionales migrantes no sólo por su
condición migratoria laboral, sino también porque su acceso a la salud, la
educación e incluso su integridad personal están en riesgo ante las crecientes
muestras de discriminación y racismo.
El Tratado de Libre Comercio
y los tratados multilaterales son para Trump los responsables de los “males
norteamericanos”, por lo que su meta es doblegarlos y comerciar con ellos a su
entera satisfacción.
“La escalada ya ha iniciado y representa una
seria desestabilización para la inversión y el comercio que ya ha comenzado a
afectar nuestra economía”, agregó el rector.
El panorama global es
incierto y tal vez sí estamos al final de un ciclo económico que generó la
globalización desenfrenada, la desigualdad y dio lugar a que ciertos países se
abrigaran en un nacionalismo chauvinista el cual se creía había desaparecido.
Esto, expuso, permitió que
un extraño narcisista, racista y xenófobo, fuera electo, por un poco menos del
50 por ciento de la población estadounidense, que ignora el cambio climático,
se siente desprotegido del sueño americano, ignora la pobreza, teme a la
diversidad y desconfía de las razas broncíneas y asiáticas. “Ese 50 por ciento
lo escuchó y confió en quien hizo de nuestra denostación su campaña electoral”.
El rector indicó que en el
país los problemas estructurales como la violencia, la desigualdad, la
corrupción y la desconfianza de los ciudadanos en las clases políticas se han
agravado.
“La incidencia nacional de
la pobreza va al alza desde hace ocho años; la vulnerabilidad afecta a casi el
80 por ciento de la población, y la precariedad del mercado de trabajo ha
propiciado un índice de pobreza laboral superior al 40 por ciento.
“Las manifestaciones de
descontento frente al “gasolinazo” no sólo responden a un rechazo a la alza de
los precios, sino que demuestran un hartazgo de la ciudadanía que no siente que
sus intereses estén siendo cumplidos”, señaló en el Auditorio Jesús Silva Herzog,
del Posgrado de la Facultad de Economía.
Por ello, ante Cuauhtémoc
Cárdenas, presidente del Centro Lázaro Cárdenas y Amalia Solórzano, y Rolando
Cordera Campos, coordinador del Programa Universitario de Estudios del
Desarrollo, expuso que de cara a estas
adversidades, la UNAM abre espacios de diálogo como el seminario para proponer
soluciones viables y perdurables para el futuro de la nación.
Cárdenas coincidió en la
urgencia de cambiar el modelo de desarrollo nacional, aún más porque Trump está
cumpliendo sus amenazas, lo que ha provocado retiro de inversiones y, además,
abre la posibilidad de que miles de mexicanos sean deportados o se introduzcan
reglas que disminuyan las remesas que los migrantes envían a sus familias, ante lo cual el gobierno mexicano sólo ha
tenido tímidas respuestas y una actitud de sometimiento y aceptación.
“Es urgente cambiar el rumbo
de nuestro desarrollo. Nuestro país no puede seguir con este modelo de
exclusión social, de concentración de la riqueza en unos cuantos, de entregar
nuestros recursos naturales a intereses ajenos y cuyas repercusiones serían muy
graves en el presente y en el futuro”, aseveró.
Es necesario, agregó, volver
a tomar decisiones soberanas que permitan aprovechar las potencialidades de
desarrollo del país con equidad, y superar los problemas de pobreza, exclusión
social, violencia y delincuencia organizada.
Por su parte, Rolando
Cordera dijo que ante las promesas incumplidas de la globalización, la única
manera de sobrevivir y progresar es anteponiendo el interés nacional que no
puede definirse sólo en las cúpulas del poder y la riqueza: tiene que pasar por
propuestas y deliberaciones continuas en la
sociedad y cursar con el rigor de la evaluación y de la discusión
permanentes.
El Grupo Nuevo Curso de
Desarrollo, de la UNAM, presenta un primer
documento, pero llama a que los universitarios de todo el país
participen en la elaboración de la mejor de las versiones de esta coyuntura
histórica, que permita construir una real alternativa para el país.
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