Al hablar también canta,
nunca deja de hacerlo, es como la poesía escrita en prosa, enfatiza con la
mirada, el ceño y los gestos. Mención aparte poseen sus dedos: falanges
armónicos en un piano imaginario en el aire, blanco y negro que refrenda los
poco más de 50 años como educadora de voces, maestra de canto de generaciones
de universitarios.
Thusnelda Nieto, quien fue
directora de la Escuela Nacional de Música (ENM) de 1992 a 1996, hoy Facultad
de Música (FaM) de la UNAM, recibió el "Premio a la Docencia Artística"
por su trayectoria, galardón que otorga la Asociación Mexicana de Maestros de
Canto.
En 2015 le fue otorgada una
presea por sus 50 años de labor como educadora de voces en propedéutico,
licenciatura y maestría. Ahora la Asociación, que dirige Cecilia Montemayor, le
confirió su distinción, que recibió en el marco del Octavo Congreso Nacional de
Canto en Culiacán, Sinaloa. Nieto fue nominada por la FaM y apoyada por
Federico Ibarra, Luis de Tavira y Fernando Lozano.
La FaM, buena formadora de
músicos
Los músicos nacen en todos
lados y la escuela de la UNAM los forma bien. “Los alumnos necesitan tener
dotes especiales, pero somos una buena raza para el canto. Tengo alumnos
extraordinarios desde generaciones anteriores, con carreras internacionales, además
de muchos jóvenes que están surgiendo; hay razas o idiomas que no facilitan
esta actividad, pero México ha tenido cantantes de ópera de primer mundo”,
comentó Thusnelda.
Al lado de su piano Steinway
vertical, piensa en voz alta: “tenemos cantantes en todo el mundo, ¿qué los
caracteriza?: físicamente tener buenas cuerdas, buenos resonadores, medios,
agudos, y musicalmente, buen oído, ritmo… el cantante es el divo por
excelencia, porque tiene el instrumento en su propio cuerpo, es el único músico
que canta con su cuerpo”.
La universitaria (siempre lo
será) dijo tener recuerdos entrañables en su periodo como directora de la ENM,
y mencionó con nostalgia su jubilación institucional, no práctica, que fraguó
150 días atrás, en agosto de 2016.
No obstante, jóvenes y
cantantes (profesionales y en ciernes) reciben aún instrucción en su domicilio
al sur de la Ciudad de México. “Me dio tristeza jubilarme, a los 72 años de
edad, pero sigo ligada a mis alumnos, mi vida es dar clases, es muy importante;
me retiré de la FaM y se quedó en mi lugar Karla Madrid, una alumna mía”.
Formación desde la infancia
Con la autoridad de quien
educó su voz desde la infancia, Thusnelda Nieto señaló que los cantantes
requieren iniciar desde muy pequeños.
“Cursé la primaria en el
Colegio Alemán y ahí la música era muy importante; el coro marcó mi vida, y
estudiaba piano. Llegué a los 10 años a la ENM, me formé ahí con Juan de
Tercero, María Bonilla y Roberto Bañuelas. También estudié clavecín por mis
manos pequeñas. El teclado me ha ayudado a ser mejor maestra, porque puedo
acompañar a mis alumnos, el cantante tiene que saber piano siempre”, subrayó.
Sobre el papel que ahora
desempeña la música a diario, en lo cotidiano y la coyuntura social del país,
concluyó: “todo aquel que estudie música, no decir canto, sino música, es
siempre un mejor ser humano, y esto ya ennoblece; los artistas son mejores
seres humanos, lo puedo jurar.
“Estudiar música es
algo muy difícil, sobre todo sobresalir, se necesita una técnica
extraordinaria, buen instrumento, es una carrera compleja. Quien quiera
dedicarse a esto tiene que saberlo, es un camino difícil, pero una vez que lo
tomas no hay marcha atrás”.
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