TEXTUAL-es
Adalberto Villasana
Buenos hábitos
Debemos mejorar los buenos
hábitos, eso nos debe dejar como enseñanza la pandemia, así como en salud
descubrimos nuestras deficiencias, también salieron a relucir en educación. La
enseñanza a distancia se complicó no sólo por la carencia de tecnología de la
población, sino también por el bajo nivel de comprensión lectora del alumnado.
Ayer, 12 de noviembre,
celebramos en México, el Día Nacional del Libro, en memoria del natalicio de
Sor Juana Inés de la Cruz, lo que nos lleva a reflexionar sobre la calidad de
lectores que somos.
De acuerdo con el Módulo de
Lectura (MOLEC) 2020 presentado por el INEGI, de los 38 millones de personas
alfabetas de 18 años y más, 16 millones declararon que, de febrero de 2019 a
febrero de 2020, leyeron algún libro. Cuatro de cada 10 dijeron leer al menos
un libro al año. En promedio se leen 3.4 ejemplares al año por persona. En
México, hay pocos lectores, este hábito aparentemente disminuye año con año, a
pesar de ser necesario y esencial, porque de él depende en mucho la calidad de
la enseñanza.
Resultados de la prueba PISA
2018 revelan que, en lectura, el promedio de la OCDE se encuentra en 487
puntos, mientras que el de México se encuentra en 420, lo que lo ubica cerca
del tercio inferior de desempeño. El promedio del porcentaje de alumnos con
bajo nivel de competencia en lectura es de 23% en la organización, en México es
casi la mitad, 45 por ciento.
Ahora que los niños se han
quedado en casa por la pandemia y están en la necesidad de completar su
enseñanza con lectura, la situación se agravó por un problema que debimos
resolver como sociedad hace tiempo.
México tiene sólo 6 millones
de personas lectoras mayores de 18 años. El INEGI apunta que la lectura de
libros guarda una estrecha relación con el nivel de escolaridad. Según datos
del MOLEC 2020, dos de cada tres personas de 18 años y más alfabetas con al
menos un grado de educación superior, leen libros (66 por ciento). Entre la
población alfabeta del mismo rango de edad, pero sin educación básica
terminada, solo 20% lee libros.
Textualmente hay que decirlo: En el
caso de fomento a la lectura, nunca es tarde para empezar; este país necesita
formar lectores, en primer lugar, como una forma de allegarse conocimiento y,
en segundo lograr que lo disfruten. En el confinamiento hay que acercarse a los
libros, para salir de esta como una mejor sociedad.
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