El registro de la forma y el
color de Los bebedores, realizado por especialistas del Instituto Nacional de
Antropología e Historia (INAH), se convertirá en una de las fuentes de
información más completas y detalladas sobre este mural, que desde su descubrimiento
hace 46 años en la Gran Pirámide de Cholula, Puebla, ha fascinado lo mismo a
científicos que a historiadores del arte.
Esta investigación lleva
aproximadamente el 80 por ciento de avance y permitirá apreciar y estudiar con
mayor precisión este patrimonio, explicó la restauradora perito Dulce María
Grimaldi, del Departamento de Conservación del Patrimonio Arqueológico In Situ
en esa zona arqueológica.
La labor dio inicio con la
fotografía de la totalidad de la pintura distribuida en seis paredes; sin
embargo, debido a lo estrecho del espacio donde se ubica la creación, las
fotografías abarcaron secciones pequeñas (cerca de seis tomas por m2),
integradas en un armado por muro.
Los armados fotográficos
sirvieron de base para realizar el dibujo a línea donde se plasmaron las
figuras que componen la obra de 60 m de largo por 2.25 m de altura.
Posteriormente, el trazado
fue enriquecido con detalles recuperados de calcas elaboradas a inicios de la
década de los 80, así como por fotografías históricas y, sobre todo, por los
pormenores que resaltaron durante las tareas de conservación de diferentes
sectores, momento en el cual la saturación facilitó observar aspectos
escondidos bajo concreciones de sales y tierra.
Con el paso del tiempo y
considerando que estos bienes culturales se exponen a distintos agentes de
deterioro, “la conjunción de esta información servirá como un punto de
comparación y testimonio material de cuanto existió, de modo que una selección
bien realizada puede brindar una idea del antes y el después de Los bebedores”,
expresó Dulce María Grimaldi.
En la actualidad, como parte
del proyecto impulsado desde la Coordinación Nacional de Conservación del
Patrimonio Cultural (CNCPC) del INAH, los dibujos obtenidos están siendo
sometidos a una última revisión in situ, para asegurarse de que se han
registrado todas las formas que componen el mural.
Para contar con una imagen
aproximada del original, se propuso un diseño que integrara figuras en los
espacios donde éstas se han perdido. “Como restauradores no pretendemos
interpretar la escena, sino precisar lo que estaba representado”, explicó Dulce
María Grimaldi.
De esta manera, ahora se
puede hacer un análisis profundo a partir de una serie de elementos ya
señalados. Por ejemplo, se sabe con exactitud que hay 103 personajes
representados y no 110, como aparecía en otras referencias; su distribución en
las zonas norte y sur, las características de sus tocados e incluso las
posturas que guardan (varios aparecen con una pierna abierta y otra doblada al
frente), etcétera.
Respecto al conocimiento de
los colores empleados en Los bebedores, su registro implicó llevar a cabo
dibujos en línea del mural, marcando el color que se observa a simple vista. El
resultado se cotejó de nuevo con las calcas elaboradas en los años 80, así como
con las fotografías históricas; esto ayudó a corregir tonos y formas que en su
origen fueron mal asentados.
Sin embargo, debido al
avanzado grado de deterioro que presentan varios sectores, resulta difícil
definir la paleta cromática empleada en la obra. Los colores se han alterado,
producto de la presencia de sales, pérdida de capa pictórica y proliferación de
hongos en superficie, anota Grimaldi.
Para tratar de tener mayor
claridad, se llevó a cabo una consulta de los colores empleados tal como se
anotaron en documentos e informes de las intervenciones previas por
arqueólogos, restauradores y científicos.
“Hay una paleta cromática
básica compuesta por dos tonos de ocre, dos de rojo, negro, verde y en algunas
secciones aparecen café y rosa; de estos últimos, no hemos definido si son
resultado de una degradación, producto de la aparición de sales”. Por ello se complementó
el estudio con la observación a través de microscopio óptico y colorimetría,
tareas cuyos resultados se están procesando.
Se espera que los resultados
de la investigación permitan proponer un dibujo coloreado de acuerdo con el
aspecto original. Asimismo, el registro se complementará en el corto plazo con
el análisis instrumental de la capa pictórica y el soporte de tierra para
definir la técnica pictórica empleada en este mural.
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