sábado, 29 de agosto de 2015

Reconocimiento al rector Narro Robles


He sido extraordinariamente afortunado al tener por casi ocho años la encomienda de intentar coordinar los esfuerzos de la comunidad académica y de trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México, afirmó el rector José Narro Robles, luego de recibir la Presea Sor Juana Inés de la Cruz.
“Me ha tocado representar a esa comunidad y tratar de decir lo que piensa, lo que siente y lo que hace. Me ha tocado defender los principios que caracterizan a los universitarios en esa institución y otras instituciones de educación superior. Acepto este reconocimiento porque sé que al entregarme esta presea se está haciendo un reconocimiento —como dijo la Rectora— a la trascendencia de la educación superior, a la importancia de la cultura, de la ciencia, de las artes en nuestro país y en todas las latitudes”, apuntó.
En el marco del Día de la Universidad, frente a unos 400 alumnos de la Universidad del Claustro de Sor Juana, le fue conferida la Presea Sor Juana Inés de la Cruz al doctor José Narro Robles de manos de su homóloga, la maestra Carmen B. López-Portillo Romano, Rectora de esa casa de estudios.
La maestra López-Portillo Romano apuntó que este año el Consejo Universitario decidió por unanimidad otorgarle al doctor Narro Robles la Presea Sor Juana Inés de la Cruz por su firme compromiso con la educación superior en México y porque ha sabido entregar su voluntad a la defensa de la educación pública, laica, gratuita, crítica, comprometida con la sociedad y a su servicio. El reconocimiento también es un homenaje a su trayectoria y a su labor al frente de la máxima casa de estudios (la UNAM).
“Hay algunos seres que son ejemplo de vida, porque han hecho más que otros, porque su forma de ser inspira la nuestra, porque es frente a su presencia que sabemos que no da lo mismo ser de una manera y no de otra. Hay que reconocer a aquellos seres que piensan y construyen a la universidad desde la conciencia crítica y el compromiso social, como es el caso que hoy nos convoca para entregar el máximo reconocimiento que el Claustro otorga”, dijo.
Reconoció que la universidad es el lugar donde se puede enfrentar la barbarie y la banalización a través de la reflexión y el diálogo. “La Universidad es la última garante de las condiciones para que el ejercicio público de la reflexión y la expresión del pensamiento puedan realizarse sin el sometimiento a los tantos poderes que operan hoy en día manipulando la realidad y la verdad”… en la actualidad “duele pensar que la única palabra, incluso en el ámbito de la educación, la palabra que pareciera darle sentido a la conciencia, es la de mercado. Son los parámetros del consumo los que miden el nivel de reconocimiento en nuestras sociedades. Por eso aplaudimos la insistencia del Rector de la UNAM cuando afirma que el mercado no debe decidir nuestro futuro”, señaló la maestra López- Portillo.
Antes de finalizar su discurso, la Rectora de la UCSJ afirmó que no se pueden olvidar los objetivos estratégicos de equidad social y de justicia. “Coincidimos con el Rector en que no puede haber desarrollo para todos si no se gana la batalla por la educación. José Narro ha afirmado que si queremos corregir la pobreza, la desigualdad, la corrupción y la impunidad, es necesario apoyar la educación para fortalecer la libertad, la democracia y la ciudadanía”.
Por su parte el doctor José Narro Robles agradeció esta distinción y expresó que para él es un orgullo estar en la selecta lista de personalidades que lo han recibido. “Les comento que he sido extraordinariamente afortunado al tener por casi ocho años la encomienda de intentar coordinar los esfuerzos de la comunidad académica y de trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México”.
Dijo a los presentes que seguirá empeñando la lucha por los valores y los principios, “por esos campos del quehacer de los seres humanos que nos permiten trabajar por la dignidad de las personas, avanzar en la educación, en la cultura; para que a partir de ahí se puedan resolver problemas fundamentales de nuestro país”.
Terminó su discurso al decir: “no puedo saber qué me depara el destino después de haber tenido esta extraordinaria oportunidad de servirle a mi país y a mi universidad, pero lo que sí puedo decir y comprometerme es que seguiré empeñado en esta lucha a favor de la educación y seguir trabajando para disminuir esas desigualdades. Tratar de contribuir —aunque sea de manera muy discreta— de resolver algunos de los problemas que aquejan a nuestra sociedad.

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