La sexualidad en nuestra
sociedad está rodeada de mentiras y falsedades que impiden vivirla a plenitud,
señaló Julián Alcalá Ramírez, de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM.
A propósito del Día Mundial
de la Salud Sexual, que se conmemora hoy, 4 de septiembre, el académico, médico
sexólogo, miembro del Seminario Permanente de Género y Salud de la FM y maestro
en medicina social, enlistó una serie de mitos (entendidos como mentiras o
falsedades) que se conservan a nivel popular y que favorecen el desarrollo de
infecciones de transmisión sexual y embarazos no deseados.
Este 2016, el Día Mundial de
la Salud Sexual lleva como lema: “¡Rompamos los mitos!”, algo que Alcalá
considera positivo para vivir una sexualidad con bienestar.
“El desconocimiento o
falsedad se da en las sociedades más represoras, negando el derecho a buena
información, objetiva, científica, humana y basada en hechos”, apuntó.
Postulados falsos
Entre los mitos o mentiras
que se conservan en nuestra sociedad destacan algunos seleccionados sobre el
cuerpo y su función. “Por ejemplo, se dice que es mejor usar dos condones,
cuando no es así, pues aumenta la posibilidad de que se rompan”, alertó.
Desmintió que el pene más
largo proporciona más placer o que algunas vaginas “muerdan”. Tampoco es cierto
que las mujeres con busto o trasero más grande sean más fogosas. “El problema
es que algunas lo creen y viven en torno a esos estereotipos”, dijo Alcalá.
Sobre el ciclo de la vida
también hay mentiras que circulan popularmente como verdades. “Se dice que a
las mujeres con menopausia se les acabó la vida sexual”, y eso no es cierto.
Tampoco es verdad que “con menstruación, embarazadas o amamantando no puedan
tener relaciones sexuales porque causan impotencia en los hombres. Eso es
mentira y daña a las relaciones de pareja”, remarcó.
De igual manera, existen
varios mitos sobre la fecundación. “Se dice que lavarse después del coito evita
el embarazo, y que también lo impide sacar el pene antes de eyacular. Esto es
falso y por eso hay embarazos no deseados, pues hay líquidos previos a la
eyaculación que tienen la capacidad de fecundar”, sostuvo.
Otra creencia falsa es que
se evita el embarazo teniendo relaciones sexuales en la alberca o en la
regadera. Sobre la masturbación, Alcalá anotó que no quita la salud en los
hombres, no los deja impotentes, y no es verdad que las mujeres no la
practiquen.
Acerca de la orientación
sexual, aclaró que es una invención que “las lesbianas lo sean por falta de
sexo con un buen amante macho”, o que los homosexuales tengan esa orientación
por estar enfermos. “No es una enfermedad ni producto de problemas familiares”.
En cuanto a las disfunciones
sexuales y el VIH, citó que vulgarmente se refiere que “la eyaculación precoz
no existe, sino las mujeres frígidas”; que no hay mujeres con anorgasmia, sino
malos amantes; o que el VIH es de gays. “Los dos primeros son problemas de
salud sexual y el VIH-sida puede contagiarse entre la población sin depender
del género o de la orientación sexual”, sostuvo.
Otros mitos que hacen daño a
las relaciones sanas es creer que “si me cela es porque me ama”, que “el sexo
anal es de homosexuales” o que existen alimentos afrodisiacos. Todos son,
abundó, “mitos producto de la desinformación. Muchos favorecen las infecciones
de transmisión sexual, la culpa, el displacer y los embarazos no deseados”.
Para Alcalá, lo mejor
para atacar las mentiras es el conocimiento dentro de una cultura sin
represión, que incluya libertad y responsabilidad.
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