Por
Adalberto Villasana, enviado
TAOYUAN,
Taiwán.- Los alquimistas “transforman”
la basura en riqueza. Del desperdicio industrial recuperaron un promedio
mensual de 300 kilos de oro en 2013, así como otros metales, además de
convertir el sobrante en artesanías comercializadas con éxito en el mercado,
con un proceso sustentable que cumple con todas las normas de preservación del
ambiente.
Así,
Taiwán ofrece una solución al reto de la obsolescencia programada del mercado
de los residuos electrónicos y de computación, con Super Dragon Technology Co.,
Ltd, (SDTI).
Y es
que se denomina obsolescencia programada u obsolescencia planificada a la
determinación del fin de la vida útil de un producto, que luego del tiempo
calculado de antemano por el fabricante se torna obsoleto, no funcional, inútil
o inservible.
Ken
Wu, gerente general de SDTI, resalta que es la primera compañía que se dedica
al tema, en un mercado donde se tiene cada vez más desperdicio tecnológico, al
cambiar constantemente de aparatos.
Incluso
existe la posibilidad de convertir a la fábrica en una atracción turística, con
la idea de fomentar la educación del reciclaje. “Esperamos que la gente venga a
apreciar las obras de arte hechas con los materiales reciclados y se sienta
orgullosa de tener una de ellas, como si fuera un tipo de declaración
ecológica, si le parece”, expresó uno de los ingenieros de la planta.
Esta
compañía, con la asistencia técnica del Instituto de Investigación de
Tecnología Industrial (ITRI), se ubica en uno de los tres grandes parques
tecnoindustriales de Taiwán.
Así
recibe los residuos tecnológicos y recupera algunos elementos para su
reutilización o para repuestos de otros. El resto, lo pulveriza y forma materia
prima para fabricar tejidos resistentes (Nike es principal cliente para sus
tejidos térmicos y resistentes), o para artesanías previa desintoxicación.
También prepara bases para construcción (pisos, paredes, techos,
alcantarillas).
Los
interesados llegan con su cargamento y SDTI analiza y plantea un monto tentativo
de lo que se obtendrá con é; ambas partes firman un acuerdo y al final del
proceso se establece el monto obtenido y cada actor recibe el porcentaje
acordado de las ganancias.
Se
rescatan metales y no metales con los que se elaboran artesanías en una fábrica
con un concepto ecológico, en un inmueble en que varias de sus partes fueron
elaboradas con material reciclado, donde se aprovecha la energía con fotoceldas
solares colocadas en el techo, así como recuperación y tratamiento de aguas
residuales.
Super
Dragon Technology Co., Ltd fue fundada en septiembre de 1996; se dedica
principalmente a la refinación y venta de metales preciosos como el oro y la
plata, el tratamiento de los metales de desechos mixtos, así como el reciclaje
de residuos.
Los
productos recuperados son oro, plata, hierro, cobre, aluminio, materiales
artificiales construcción, entre otros, que se aplican en la fabricación de
adornos, materiales de construcción, productos semiconductores y periféricos
informáticos.
Se
resalta que el proceso de fabricación de microprocesadores y conectores
requiere de oro en las conexiones del circuito, al ser éste un excelente
conductor eléctrico.
Con
la tecnología apropiada, este oro se puede extraer del soporte físico
desechado. Cada tonelada de desechos de computadora rinde cerca de 100 gramos
de oro.
“Otro
metal precioso minado de la basura, el paladio, también tiene valor suficiente
como para hacer meritorio el proceso de extracción. El paladio y sus aleaciones
se pueden utilizar en filtros para la purificación del hidrógeno, joyería,
contactos eléctricos e instrumentos quirúrgicos”, explicaron ingenieros de la
planta de reciclaje.
Por
otra parte la basura no-metálica, como cubiertas de cristal o de resina, se
muele en un polvo extremadamente fino y se utiliza para producir ornamentos,
ladrillos y mármol sintético.
En
esta planta, el proceso de molienda es lo que hace las operaciones de la
compañía favorables al medio ambiente, ya que los procedimientos usuales para
ocuparse de esta basura son quemarla —un proceso que lanza dióxido de carbono y
dioxinas a la atmósfera— o tirarla en botaderos, pero se corre el riesgo de
contaminar el suelo y los químicos peligrosos podrían invadir la cadena
alimenticia.
Super
Dragon procesa los desechos industriales de sus corporaciones clientes.
Productos que no llenan las medidas de control de calidad, mercancías
almacenadas y basura líquida, todos deben ser reciclados. “Entre nuestros
clientes tenemos a cerca de 100 compañías de tecnología informática, lo que nos
asegura una fuente constante”, se informó en un recorrido por las
instalaciones.
Y
simultáneamente se tiene el mercado de ornamentos y los materiales de
construcción hechos del soporte físico reciclado.
Así
en Taiwán se ofrece una alternativa a la generación de residuos electrónicos,
lo cual constituye ya un serio problema mundial, debido a la obsolescencia programada.
Y en
esta hermosa isla se dio el primer paso con la instalación de esta empresa
autónoma que aprovecha hasta los nanoelementos de un equipo electrónico
Ahora
se busca revertir el concepto de “comprar, tirar, comprar” de la obsolescencia
programada, toda vez que ello genera cada vez más residuos de equipos e
implementos electrónicos, que no se sabía qué hacer con ellos.
Así
con la filosofía de “ganar, ganar”, Super Dragon es la única planta de
reciclaje en el mundo dedicada al tratamiento apropiado de estos residuos
electrónicos, que incluye las baterías de fuente energética diferenciado (de
litio, mercurio, etc.), conforme explicó su presidente y fundador, Ken Wu Sr.
Así
en Taiwán existe el compromiso de no convertir en basurero a países en
desarrollo y a reducir el espacio que ocupan en el mundo estos desechos,
principalmente de semiconductores industriales, de la industria óptica y
metalúrgica, entre otros.
Bajo
el concepto de que nada se pierde y todo es reutilizable se desarrollan todas
las actividades en Super Dragon.
Así
esta empresa familiar ofrece una alternativa de solución para canalizar la
basura producto de la tecnología informática (IT, siglas en inglés), la cual,
como se dijo desde el inicio se ha convertido en un serio dolor de cabeza
ambiental.
Y es
que ecologistas en el mundo luchan para establecer reglamentos que obliguen a
las compañías para que las piezas de las computadoras sean reutilizables y
economicen energía.
En
años recientes la idea del reciclaje entró en auge, pero no se practica
adecuadamente.
Pero
en Taiwán hay programas de incentivos para reciclar computadoras los cuales se
desarrollan desde hace cinco años.
Hoy
la gente sabe que las piezas no deseadas de la computadora llegarán a
convertirse en algo útil o valioso. Así los abultados monitores de computadora,
impresoras y tableros de circuitos impresos (PCBs, siglas en inglés), fueron
convertidos en ornamentos decorativos, placas de mármol e incluso oro puro.
[Publicado en los periódico de Organización Editorial Mexicana (OEM), El Sol de México y LA PRENSA]
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