El público tiene la
oportunidad de admirar los espléndidos ejemplares de la época colonial y de
escuchar piezas en una sala donde se reproduce el contenido de las obras.
Es así una exposición para
ver y oír. Magnificat. Los secretos de los libros de coro, está integrada por
19 de los 92 volúmenes que forman parte de la colección del Museo Nacional del
Virreinato. Se trata de obras de gran tamaño y belleza, creadas en España y
Nueva España durante la época colonial, que se utilizaban en las ceremonias
litúrgicas de catedrales, iglesias y conventos.
Además de admirar los
espléndidos ejemplares y poder adentrarse en la vida de los libros, desde su
creación, usos y desusos, hasta los procesos de conservación, el público
también tiene la oportunidad de escuchar algunas piezas en una sala donde se
reproduce el contenido de las obras.
Inaugurada hace un par de
meses, con motivo de la celebración del 50 aniversario del museo, la muestra
organizada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) permite
descubrir la historia, la época, la manufactura, el arte musical y los trabajos
de preservación que encierra cada volumen.
A través de seis unidades
temáticas, se ofrece un amplio panorama de los libros y la importancia de
conservar las obras por su valor artístico, técnico, simbólico e histórico. En
la sala introductoria el público puede escuchar fragmentos de dos composiciones
representativas del canto llano y del canto polifónico, con el fin de que
identifique sus principales características y las diferencias que existen entre
ambos estilos.
Los siguientes apartados
conducen al espectador por la historia, el uso, la elaboración, los agentes de
deterioro y la restauración de los libros (similares a los manuscritos
medievales y renacentistas).
Hechas en pergamino y con
bellos decorados e iluminaciones lo suficientemente grandes para que el coro de
una iglesia pudiera leerlas, estas piezas fueron creadas como instrumentos
litúrgicos que propiciaran la alabanza y la adoración solemne a Dios. Por ello,
su contenido responde a las festividades del calendario litúrgico: Natividad,
Pascua, tiempo cristológico y santoral de la Virgen María, mártires y santos.
En la Nueva España tuvieron
también una función catequística, ya que al entonar los salmos o las lecturas
del cabildo, los cantores y oyentes, que sabían latín, aprendían y reiteraban
los dogmas católicos, la vida de Jesús, sus acciones y enseñanzas. Además,
estos ejemplares eran utilizados como libros de estudio para los niños que
integraban el coro.
Una de las primeras
selecciones de los cantos que se entonarían en las iglesias, según el año
litúrgico, fue realizada por San Gregorio Magno (540-604 d.C.), por lo que son
conocidos desde entonces como cantos gregorianos. Su interpretación podía ser a
un solo ritmo o al de varias melodías entonadas en un mismo tiempo; al primero
se le denomina canto llano y al segundo, polifónico.
Una característica de las
páginas de los libros de coro son sus colores, pues las notas y los textos en
latín están iluminadas principalmente de color negro, en tanto que el rojo se
utilizaba para rúbricas, epígrafes, abreviaturas y asteriscos para indicar la
respiración a los cantores.
(Información y Fotografías INAH)
No hay comentarios:
Publicar un comentario