Por Adalberto Villasana,
enviado
· Taiwán practica las 5 “erres” de la ecología
TAIPEI, Taiwán.- La hermosa
isla de Taiwán se ha convertido en un increíble laboratorio de preservación del
ambiente, en la que nada se desperdicia; así el reciclaje, infraestructura
sustentable, comercio verde y reducción de CO2 forma parte de la nueva cultura
de su población.
Es la prueba de que no hay
pretextos para el desarrollo y la innovación con respeto al ambiente; así
apostó por la educación como la clave del éxito; envió a sus jóvenes a
prepararse en las mejores universidades y tecnológicos del mundo, los repatrió
y hoy es líder mundial al desarrollar su propio conocimiento y técnica.
Para lograr sus objetivos se
decidió la construcción de parques científicos e industriales sustentables, donde
cohabitan universidades, institutos de investigación y las empresas, con el
objetivo de alcanzar un desarrollo sustentable.
Taiwán participa en el
concierto de las naciones con su poderío económico y tecnológico, así como con
la fortaleza de su pueblo. Por ello su deseo de participar en las reuniones de
la Conferencia Internacional (COP20) de la Convención Marco de Naciones Unidas
sobre el Cambio Climático, para compartir sus experiencias.
Con una población de 23
millones de habitantes en un territorio donde las tres cuartas partes son
montaña, se aprovechan al máximo todos los recursos naturales con la filosofía
de la conservación ambiental.
Así el gran desarrollo
tecnológico e industrial del pueblo taiwanés está regido por proyectos
sustentables, al considerar al cambio climático como uno de los temas más
urgente del orbe, por lo que además de firmar acuerdos en la materia, los practican
cotidianamente.
Las 5 “erres”: reutilizar,
reducir, reparar, reciclar y regular, forman parte de la educación ambiental,
la que se realiza en un proceso inverso, toda vez que en las escuelas se
instruye a los niños, y éstos al llegar a casa lo hacen con sus padres.
Educar para el cambio
climático es en la actualidad prioridad en el mundo, por ello para sensibilizar
al pueblo en Taiwán incorporaron en su enseñanza superior una serie de cursos
académicos obligatorios sobre el tema, además de organizar talleres de adaptación
para capacitar a profesores de escuelas de primaria.
Un ejemplo en la educación
superior del programa medioambiental, es el edificio de The Magic School of
Green Technologies, de la National Cheng Kung University, en Tainan, el cual posee
un sistema de ahorro de energía y producción sustentable de la misma para su
funcionamiento, a través de paneles solares, energía eólica y un sistema de
ventilación a base de ductos.
Pen-Chi Chiang, profesor y director
del Institute for Sustentable Energy (TAISE), en una plática ofrecida a
reporteros de 25 naciones apuntó que son tres las claves para avanzar hacia el
éxito de las medidas tendientes al cuidado del medio ambiente: En primer lugar,
la que denominó "el palo", que son medidas coercitivas; en segundo
lugar lo que llamó "la zanahoria", concepto para graficar los
estímulos a quienes cumplan y fomenten las normas, y finalmente la tecnología.
"Se puede tener el palo
y la zanahoria, pero ¿qué pasa si no tienes la tecnología adecuada para llevar
adelante todo eso?".
La educación medioambiental
(obligatoria desde la enseñanza básica hasta la superior), tiene un proceso inverso,
porque ahora son los niños y jóvenes en edad escolar quienes transmiten esos
conocimientos a los miembros de mayor edad en su familia, explicó Pen
Chi-Chiang.
"Logramos, por ejemplo,
que hace algunos años cada ciudadano producía 1.2 kilos de basura, ahora
produce 0.4. ¿Dónde se fue el restante 0,8? Sólo se trata de
concientizar"; explicó sobre el programa de fomento al reciclaje. De
hecho, en las calles, la presencia de basureros es casi nula.
En el programa de incremento
de sustentabilidad energética, participan 112 empresas, que representan el
83,5% del PIB de Taiwán.
Es de recordarse que Ilha
Formosa o Isla Hermosa en español fue el nombre que le dieron los portugueses a
Taiwán cuando la avistaron en el siglo XVI. Luego, españoles y holandeses,
quienes fueron expulsados de la isla de 36.000 km², habitada en aquel entonces
por pueblos de origen malayo-polinesio.
Desde entonces hasta hoy,
Taiwán tiene sólidos avances económicos, con un PIB que en 2013 alcanzó los US$
490.000 millones y un ingreso per cápita de más de US$ 20.000, para más de 23
millones de habitantes.
Para la historia occidental
el origen de Taiwán data de 1624, cuando la Compañía Holandesa de las Indias
Orientales establece una base en el sudoeste de la isla y emplea a trabajadores
chinos para que laboren en sus plantaciones de arroz y caña. Siendo el hogar de
los pueblos austronesios por muchos milenios; recibió breves visitas en los
siglos anteriores de pequeños grupos de mercaderes, pescadores y piratas.
En 1943, Durante la II
Guerra Mundial, el héroe nacional de Taiwán Chiang Kai-shek, se reúne con el
presidente de los Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt y el primer ministro
británico, Winston Churchil, en El Cairo, donde se acordó la desocupación de
Japón, que se había establecido en la isla Formosa, hoy Taiwán.
A partir de ese momento Taiwán
empieza una nueva historia y se convierte en un polo de desarrollo, primero
como maquiladora y ahora como vanguardia en tecnología, entre los que se
destacan proyectos de energía renovable, con los cuales se incentivan a la
industria.
Para reducir sus niveles de
contaminación, las políticas de gobierno están dirigidas desde la ciudadanía,
hasta el impuso a empresas de reciclaje, que, de paso, incluyen en sus procesos
productivos sustentables energéticamente.
La innovación, tecnología y
calidad del sureste de Asia encuentran en Taiwán un superlativo, que tiene el
plus de ser responsables con el ambiente.
Es un “monstruo de la
tecnología”, el 85 por ciento de las computadoras portátiles del mundo se
fabrican en la isla, que además es líder mundial en la producción de páneles
solares en la empresa Neo-Solar, como una de las alternativas de producir
energía limpia a bajo costo.
El cambio climático es un
problema serio que requiere cambios en el actual estilo de vida, un fuerte
compromiso de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), así
como la participación y cooperación de todos los implicados.
Por ello Taiwán, a pesar de
su exclusión de la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio
Climático (CMNUCC), procura reducir las emisiones de GEI a nivel nacional. Así,
argumenta con hechos que deber incluírsele.
Como miembro responsable de
la comunidad internacional, Taiwán ha anunciado voluntariamente objetivos de
reducción de emisiones y está dispuesto a trabajar con la CMNUCC para
contribuir más a la lucha contra el cambio climático de acuerdo con la
legislación internacional.
Taiwán cumple con sus
responsabilidades internacionales en el cambio climático. De acuerdo con las
estadísticas mundiales de energía publicadas por la Agencia Internacional de
Energía (AIE) en 2013, Taiwán se posicionó en 2011 como el 23º mayor emisor
mundial de dióxido de carbono, con un total de 264,66 millones de toneladas, lo
que representa el 0,84 % de las emisiones mundiales. También es el 21º mayor
emisor de dióxido de carbono per cápita.
Desde 2008 hasta 2011, la
cantidad anual de las emisiones de dióxido de carbono y la intensidad de la
emisión de Taiwán experimentó una disminución promedio anual del 0,9% y
4.4%respectivamente, considerablemente mejor que el conjunto del mundo que
experimentó un crecimiento promedio anual del 1,7% y 0,2%.
Actualmente, Taiwán
participa en la CMNUCC bajo el nombre de una de las ONGs del país, el Instituto
de Investigación de Tecnología Industrial (ITRI, siglas en inglés). Sólo un
número limitado de participantes de la ONG puede asistir a la Conferencia de
las Partes (COP, siglas en inglés). Como observador, Taiwán ampliaría su
participación en las COP’s, y así mejorar el entendimiento sobre las tendencias
importantes del cambio climático.
Pero los trabajos en la isla
no se detienen, al contrario se aceleran para crear una economía verde y son
cuidados todos los rubros y aspectos, como el de la infraestructura de
comunicaciones y transporte, en donde destaca el impacto del tren de alta
velocidad.
El cuidado medioambiental en
lo que respecta al transporte, para reducir emisiones contaminantes y la
congestión vehicular predomina el uso de motonetas y motocicletas, además, el
gobierno implementó una medida para que los funcionarios públicos no usen sus
autos una vez a la semana y se desplacen en el transporte público, como todos
los ciudadanos, quien incumpla el mandato es multado.
Por ello se cuenta con una
moderna red del Metro y el tren bala que comunican la ciudad y las ciudades del
norte al sur y viceversa.
Tanto en su papel de
contribuyente como de víctima del cambio climático, Taiwán experimenta una
transformación socioeconómica para crear una economía verde y un desarrollo
sostenible.
Taiwán lanzó en 2010 el Plan
Nacional de Ahorro de Energía y Reducción del Carbono, que busca no sólo
reducir sustancialmente las emisiones de carbono en el sector energético,
manufacturero, de transporte, arquitectónico y de construcción, sino también
cambiar los estilos de vida de las personas.
Sus proyectos cubren una
variedad de áreas relacionadas con el cambio climático, como la seguridad
alimentaria, la seguridad energética, la energía verde, la conservación de la
biodiversidad, la gestión de los desastres naturales, la reconstrucción
posterior a los desastres, la forestación, la protección ambiental, la gestión
de los recursos hídricos, el alivio de la sequía y el alumbrado público con
luces LED, termino del inglés “Light Emitting Diode”, traducido como diodo
emisor de luz.
Este tipo de iluminación se
basa en un cuerpo semiconductor sólido de gran resistencia que al recibir una
corriente eléctrica de muy baja intensidad, emite luz de forma eficiente y con
alto rendimiento.
Al poseer el mayor PIB entre
las naciones insulares del Pacífico, Taiwán está dispuesto a compartir sus
experiencias de adaptación al clima y sus métodos de gestión con otros países y
a establecer asociaciones climáticas con la comunidad internacional.
En septiembre de 2014
organizó la Primera Conferencia Internacional del Pacífico sobre Adaptación al
Cambio Climático, en la que participaron funcionarios, académicos y expertos de
Taiwán, Estados Unidos y otros países de Sudeste Asiático. Actualmente Taiwán
intenta posicionarse como facilitador para intercambios en la adaptación al
cambio climático. De hecho planea establecer un centro de educación e
investigación para la adaptación al cambio climático, así como organizar
conferencias internacionales anuales sobre este tema.
[Publicado en los periódico de Organización Editorial Mexicana (OEM), El Sol de México y LA PRENSA]
No hay comentarios:
Publicar un comentario