Botín político
Para que los jóvenes sean la
palanca de desarrollo de México se tiene que ir más allá del “changarro” de Fox
a los “emprendedores” de hoy. Está claro que se requiere de un política de
Estado integral que les ofrezca educación de calidad y capacitación; sí el país
“se la va a jugar con ellos”, es necesario crear las condiciones, para en
primer lugar sacarlos del desánimo y la desesperanza.
Funcionarios públicos de los
tres niveles de gobierno –municipal, estatal y federal-, sólo ven en sus cargos
de atención a la juventud un peldaño político y se concretan a “becas”, en
muchos casos para reclutar jóvenes con fines propagandísticos, o bien para sólo
llenar el expediente.
En realidad los jóvenes son
vistos como botín por quienes aspiran a un cargo de elección popular y los
programas compensatorios son utilizados como herramienta para tenerlos corporativizados;
está hipótesis se confirmará o desmentirá muy pronto con el inicio de las
precampañas y luego campañas políticas, donde este sector de la población será
buscado para mítines y marcha de apoyo, así como para que den su voto, ya que
será decisivo en la próxima jornada electoral.
Se dice que hoy con la
Reforma Financiera apoyarán a los mexicanos de 18 a 30 años que quieran abrir
un negocio o hacer crecer el que ya tienen. Que “México se la va a jugar con
sus jóvenes, con sus ideas y sus proyectos”. Pero qué pasará su el proyecto
fracasa, tendremos jóvenes endeudados y desempleados, o esos recursos se irán a
fondo perdido con cargo al erario.
Para que la juventud
mexicana tenga nuevos caminos de éxito es necesario empezar desde abajo, con educación
y capacitación de calidad que les permita enfrentar los mercado de manera
competitiva.
El crecimiento del país está
ligado al nivel educativo de la población, por lo que es una sinrazón no contar
con acciones serias y decididas en el sector, que ha padecido ocurrencias
sexenales, así como programas y planes alejados de la realidad que se vive en
las escuelas
México ocupa la cuarta
posición internacional en desempleo juvenil, es decir, alrededor de una cuarta
parte de las personas de 15 a 29 años de edad está sin ocupación laboral. Mientras
la cifra general en el país de las personas que no tienen trabajo es de 4.1 por
ciento, en ese sector juvenil es de 9.4 por ciento.
En el informe Tendencias
mundiales del empleo 2014: ¿Hacia una recuperación sin creación de empleos?, de
la Organización Internacional del Trabajo (OIT), se advierte que en México la
tasa oficial de desocupación abierta se mantendrá prácticamente intocada hasta
2016, porque no se ven en el corto plazo acciones que reviertan esta tendencia.
Y el panorama se complica
aún más cuando, luego de años de estudio y de inversión pública, e individual,
un joven egresado no encuentra un desarrollo en lo que se formó.
La Comisión Económica para
América Latina y el Caribe (Cepal), dadas a conocer en diciembre del 2013,
establecen que entre más elevado es el grado de estudios de un joven tiene
menos probabilidades de encontrar empleo acorde a su formación profesional:
únicamente se ocupan 11 por ciento de las vacantes que se ofertan en las ferias
de empleo.
Textualmente
hay que decirlo: Sí México se la va a jugar con sus jóvenes
se requiere de acciones y políticas de Estado, de los tres niveles de gobierno,
para no hundirlos más en la desilusión y la desesperanza.
* Adalberto Villasana,
Premio Nacional de Periodismo 2005, que otorga el Club de Periodistas de
México, en la categoría de Divulgación de la Educación, Ciencia y Tecnología.
Sígueme en Twitter: @Villasana10
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