El asteroide 2004BL86 es un
objeto relativamente grande, por lo que ofrece una oportunidad única de
observar y aprender más.
Conocer la órbita de un
asteroide no significa que éste se moverá siempre en la misma trayectoria, lo
que hace de estos cuerpos un tema de constante observación y análisis, dice
Alejandro Farah, del Instituto de Astronomía de la UNAM.
Y este lunes 26 de enero se
producirá el mayor acercamiento del asteroide 2004 BL86 durante al menos los
próximos 200 años, se indició.
Es un objeto de medio kilómetro
de diámetro aproximadamente. El asteroide 2004 BL86 pasará relativamente cerca
de la Tierra el próximo lunes 26 de enero. Este acercamiento, a 1.2 millones de
kilómetros, no representará un riesgo para nuestro planeta, más bien será un
espectáculo para los amantes de la observación del Universo, pues dicho
asteroide sobrevolará la Tierra a una velocidad de 56 mil 420 kilómetros por
hora, y con ayuda de un telescopio convencional, incluso binoculares, se podrá
observar como un pequeño punto desplazándose lentamente.
La razón de por qué estos
grandes cuerpos se acercan a la Tierra tiene una explicación: como producto de
choques entre ellos y por interacción entre las gravedades de los cuerpos.
Normalmente los asteroides se encuentran viajando entre las orbitas de Marte y
Júpiter, y algunos llegan a colisionar produciendo el mismo efecto que ocurre
cuando chocan las bolas de billar, desviando a algunos de ellos del
conglomerado. Otros llegan a pasar cerca de un cuerpo más grande que los desvía
gravitatoriamente y los expulsa en dirección hacia el Sol, o nuestro planeta.
En muchos casos, explicó el
doctor Alejandro Farah, del Instituto de Astronomía de la UNAM, Júpiter
funciona como escudo de la Tierra porque es un planeta muy masivo y su gravedad
atrae con mayor fuerza a los asteroides, capturándolos en una órbita a su
alrededor y con el tiempo terminan estrellándose con el gigante planeta, sin
embargo, en otros casos esto no es así.
Cuando se desvían resulta
importante monitorearlos pues algunos podrían ser peligrosos para nuestro
planeta, sobre todo si son de gran tamaño y si tienen posibilidades de chocar
contra la Tierra y, debido a la velocidad con la que se mueven, sería un choque
con una gran liberación de energía. Esta tarea es un trabajo de tiempo
completo, ya que muchos de los asteroides no se pueden monitorear dado que son
pequeños y oscuros, hacerlo implicaría contar con instrumentos con capacidad de
hallarlos y seguirlos.
“Existen varias técnicas de
monitoreo, una de ellas cuando se reflejan o desintegran lentamente por la luz
del Sol como el caso del cometa Lovejoy, que alcanzó su distancia más cercana a
la Tierra el pasado 7 de enero; pero cuando no ocurre así, se utilizan técnicas
de ocultación, es decir, un asteroide que pasa frente a una estrella se vería
como un eclipse, esto sirve, sobre todo, para conocer sus dimensiones, además
de la información que ofrecen los satélites espaciales”, dijo integrante del
comité organizador de la Noche de las Estrellas, un programa de la Academia
Mexicana de Ciencias.
El investigador aclaró que
una vez que los asteroides son ubicados y observados por largo periodo,
entonces se puede deducir su órbita, y dado que las órbitas de los asteroides
son elípticas, se puede pronosticar si pasarán o no cerca de la Tierra y la
distancia en la que lo harán pues ya se sabe su trayectoria.
(Información AMC / Imagen NASA)
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