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Voto
jovenEl día que los jóvenes descubran el poder de su voto México cambiará. Al sufragar tienen la capacidad de colapsar el sistema de partidos, el cual es señalado de corrupto y perverso, razón por la cual el 75 % de este sector de la población se niega a participar en las elecciones.
Hoy están de moda los
candidatos independientes y el voto juvenil puede ser un factor determinante
para sacudir un sistema de partidos que hunde los esfuerzos por alcanzar la
democracia y la justicia social.
Y es que en tres jornadas
electorales anteriores los ciudadanos dejaron de votar y todo continúo igual;
anularon su voto y nada cambio.
Qué pasaría al cambiar el
voto radicalmente ante la falta de credibilidad de los partidos políticos.
Así, el voto de castigo se
puede convertir en el voto útil, que represente un golpe sobre la mesa de los
ciudadanos cansados de promesas incumplidas. Una llamada de atención a una
administración que tiene paralizado el mercado interno donde la clase
trabajadora paga desde los salarios de funcionarios que no funcionan, hasta las
frivolidades de sus familias.
Los jóvenes pueden hacer
valer sus casi 25 millones de votos y cambiar todo el panorama, acabar con un
sistema de partidos caduco, enseñarles que en tres años pueden hacer lo mismo,
por lo que los que llegan se verán obligados a cumplir, a dar resultados o se
irán al basurero de la historia.
Para el 2009, las elecciones
intermedias la lista nominal fue de 77.470,785 ciudadanos, con una
participación del 44.61 %, es decir 55.39 %, más de la mitad, mientras que los
votos nulos sumaron 1,867,729, lo que representó el 2.41 % del total.
En el proceso anterior,
2012, cuando llegó Enrique Peña Nieto a la Presidencia de la República, la
lista nominal se conformó por 70,49,286 ciudadanos, con una participación en la
jornada electoral del 63.08 %, es decir 36.92 % de abstencionismo y 1,236,857
votos anulados, lo que representa 1.75 % del total.
Desde mi punto de vista la
conclusión es muy simple: Al dejar de votar nada cambiamos, de anular el
sufragio las cosas siguen igual.
Hay que hacer lo que los
partidos políticos no esperan, el voto de castigo al que no cumple, sacar del
poder cada tres años a los que no sirven y no dejarlos regresar jamás.
Textualmente
hay que decirlo: Es momento de hacer del voto un arma de la
democracia, darle garras y dientes, castigar al que no cumplió, colapsar un
sistema de partidos anquilosado que sólo sirvió para enriquecimiento de unos
cuántos.
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