Luego de que en 2004 se le
viera por última vez en libertad, fue encontrada en Ciudad Universitaria una
zorra gris, viva y adulta.
El hallazgo ocurrió dentro de
la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel (REPSA), un espacio único con
237 hectáreas, y sucedió mientras universitarios realizaban muestreos de sus
proyectos de investigación.
“Biológicamente abre más
preguntas que respuestas, y significa que el ecosistema de la Reserva puede
estar mucho mejor de lo que esperábamos”, indicó Luis Zambrano González, investigador
del Instituto de Biología (IB) y secretario ejecutivo de la REPSA.
Hipótesis
Los científicos manejan tres
hipótesis acerca de la aparición de la zorra gris dentro de la REPSA. La
primera, sostiene que estaba ahí desde hace mucho tiempo y nadie la había visto
porque estaba escondida y deprimida por los perros ferales (salvajes). “Al
bajar un poco la población de estos perros tal vez se expandió y entonces la
pudimos ver de nuevo”, señaló Zambrano.
La segunda hipótesis indica
que tal vez llegó sola del sur de la Ciudad de México, de zonas como Tlalpan o
el Ajusco, donde aún viven estos animales. “Las zorras, aunque son de campo,
son capaces de sortear obstáculos urbanos como las calles. En tal caso tuvo que
cruzar el Periférico o Insurgentes, pudo hacerlo de noche (pues son animales
nocturnos) y evitar que la atropellaran. Luego encontró la Reserva y se quedó
aquí”, añadió.
La tercera hipótesis es que
fue introducida. “Es posible que alguien la haya metido, quizá no sabía qué
hacer con ella y en vez de reportarla a las autoridades la trajo aquí. Nos ha
pasado con otras especies como cotorras, tucanes y mapaches, que no son
especies de este ecosistema, pero la gente no lo entiende”.
Reintroducción de la zorra
gris
El proyecto de reintroducción
de la zorra gris en la REPSA tiene varios años y ya han realizado un análisis
de riesgo para saber si se puede hacer o no. “Antes de hacer la reintroducción
apareció esta zorra, así que se aceleró el proceso”, subrayó Zambrano.
Actualmente, el científico
está armando un proyecto con expertos en el tema, tanto del IB como de la
Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ). “Queremos saber de dónde
llegó, qué come, por dónde se mueve, si está sana o se enfermará”.
Con ese objetivo se reúne
equipo para hacer un seguimiento del animal, un mamífero carnívoro de la
familia Canidae, distribuida en el continente americano, desde el suroeste de
Canadá hasta Venezuela.
En México se encuentra en todo
el país
Es un animal pequeño —más que
un coyote—, con una longitud total que va de los 80 a los 112 centímetros, y un
peso de dos a cuatro kilogramos. Usualmente, es gris con un mechón negro en el
dorso de la cola, con el pecho y la garganta blancos y una mancha café en los
costados.
Se sabe que su dieta es
omnívora, consume vegetales y sus presas preferidas son conejos, ratones,
tuzas, aves, lagartijas e insectos. Ocasionalmente devora carroña, y si está
cerca de asentamientos urbanos come desperdicios.
Habita en una gran variedad de
sitios, pero prefiere lugares con una cubierta arbustiva densa. Se encuentran
desde bosques templados hasta en matorrales xerófilos.
Vigilancia con fototrampas
El monitoreo del ejemplar
servirá para saber si es hembra o macho y si está solo o con otros. “Son
animales que viven en familia”, resaltó Zambrano.
Para vigilarla, se pondrán
fototrampas, que son cámaras que se encienden cuando pasa algo o alguien frente
a ellas. “Las estamos consiguiendo, para ver si la zorra regresa a donde fue
vista”.
La zorra gris es considerada
por los expertos una especie “bandera”, pues su existencia significa una larga
cadena de vida animal y vegetal. Si vive en la Reserva, significa que existen
15 o 20 especies en la región, comenzando por sus presas (desde pequeños
mamíferos hasta insectos).
“Es una especie clave porque
es un depredador punta, es decir, es capaz de modificar el sistema en que vive
de arriba hacia abajo. La zorra demuestra que Ciudad Universitaria puede ser
punta de lanza en conservación urbana”.
Para ello, debemos respetar al
animal y al ecosistema. “Podemos visitar las zonas autorizadas de la Reserva
Ecológica del Pedregal de San Ángel, pero hay que hacerlo con respeto”,
finalizó.
(Información e imagen DGCS-UNAM)
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