La Biblioteca Nacional de
México (BNM) de la UNAM celebra 150 años de vida. Con uno de los acervos más
ricos del mundo, y de los más importantes en América Latina, este espacio
universitario fomenta el intercambio de conocimientos entre especialistas.
Su misión es integrar,
custodiar, preservar y poner a disposición, para su consulta, las colecciones
que resguarda, así como realizar investigación sobre sus colecciones.
Coloquios internacionales, un
proyecto de norma para conservación de material bibliográfico y mayor presencia
nacional e internacional, son parte de los festejos, informó Pablo Mora
Pérez-Tejada, director del Instituto de Investigaciones Bibliográficas (IIB).
“Queremos que todos sepan que
tenemos una de las bibliotecas más ricas del mundo, que la mayor parte de
nuestro patrimonio bibliográfico-documental, nuestra memoria, está resguardada
en la Biblioteca Nacional de México, un lugar abierto al público en general”,
dijo.
El recinto cuenta con un Fondo
Reservado, cuyo objetivo es preservar y organizar los acervos de la BNM que,
debido a su rareza, limitación de ejemplares o valor, requieren resguardo
especial. Se organizan en cuatro colecciones: Obras Raras y Curiosas, Fondo de
Origen, Archivos y Manuscritos, y Colecciones Especiales.
En agosto de 1993, los materiales
bibliográficos que se encontraban en el antiguo templo de San Agustín, en el
centro histórico de la Ciudad de México, fueron trasladados a su nueva sede, en
Ciudad Universitaria. Aquí se protegen fondos y colecciones (libros, archivos y
manuscritos, principalmente) que por su valor, características y trascendencia
son de consulta restringida.
En tanto, el Fondo
Contemporáneo está integrado por obras monográficas impresas, modernas y
contemporáneas, que ocupan tres pisos de depósitos y áreas de lectura, además
de seis salas especiales y una sección, distribuidas en dos niveles del edifico
principal de la institución.
Aquí se ubican la Colección
General, Revolución Mexicana, Sala de consulta, Sala de Bibliografía, Sala de
Mapoteca, Sala de Fonoteca, Sala de Tiflológico, Sala de Materiales Didácticos
y Sala de Videoteca.
Entre las joyas de la BNM se
pueden mencionar colecciones especiales como Boris Rosen y Javier Sánchez
Gámiz, o los fondos Gilberto Bosques y Ángel María Garibay, además de
ejemplares como la primera edición de la obra de Sor Juana Inés de la Cruz; un
incunable de la “Divina Comedia”, de Dante Alighieri; o textos que
pertenecieron a Carlos de Sigüenza y Góngora, entre otros.
Norma mexicana
El festejo por el 150
aniversario de la Biblioteca es compartido con el IIB, que celebra 50 años de
su creación, lo que motiva a su comunidad a trabajar para mejorar los sistemas
de preservación de materiales, no sólo en papel, sino digital, así como crear
una norma mexicana de preservación documental.
“Apostamos por la
consolidación de los formatos impresos y digitales, pues ambos son parte de la
sociedad y tenemos que garantizar que ese patrimonio se transmita por
generaciones”, enfatizó Mora Pérez-Tejada.
Adriana Gómez Llorente, jefa
del Departamento de Conservación y Restauración de la BNM, y coordinadora del
encuentro, añadió que a través de la norma se espera que exista una gestión,
con programas y proyectos, para la protección de los materiales, pues
“independientemente de que haya libros electrónicos, y otro tipo de tendencias,
el impreso difícilmente pasará de moda o desaparecerá”.
Desde 2010, la UNAM trabaja en
la elaboración de la norma. Ahora, tras revisar una serie de detalles de
formato, a finales de 2017 se entregará el documento a la Cámara de Diputados
para que sea revisado y, en su caso, aprobado.
“Si bien no será una norma
obligatoria, hará recomendaciones a instituciones que tienen acervos
documentales sobre cómo actuar para el cuidado de sus colecciones”, subrayó.
Continúa “Tradición de tinta”
“Tradición de tinta” sigue
presente en la BNM. En esta exposición se muestra la historia del libro a
través de las colecciones de la Biblioteca, y obras que nunca antes se habían
exhibido.
La primera parte fue
inaugurada en marzo pasado, con ejemplares únicos de los siglos XVI y XVIII; la
segunda, dedicada al siglo XIX, abrió sus puertas en agosto; y el 11 de
septiembre habrá una actualización, en la que se sumarán los siglos XX y XXI.
“Vale la pena que la gente se
acerque, porque representa el auge de la cultura impresa a nivel mundial.
México participó a través de una tradición de gran arraigo y con la
incorporación de grandes impresores como Ignacio Cumplido, Mariano Galván y
Reyes Espíndola”, expuso Mora Pérez-Tejada.
Los visitantes podrán
apreciar, en un solo espacio, la historia del libro mexicano y europeo, a
través de las colecciones que resguarda este espacio, remarcó.
Finalmente, comentó
que la BNM ha comenzado a trabajar con la Federación Internacional de
Asociaciones de Bibliotecarios y Bibliotecas (IFLA, por sus siglas en inglés),
a fin de tener mayor presencia en catálogos colectivos.
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