domingo, 10 de septiembre de 2017

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Zona de paz

El Estado Islámico (EI) es una amenaza global para la paz y la seguridad en el Medio Oriente. Los actos terroristas en todo el mundo demuestran que esta práctica pone en jaque a todos los países, independientemente de la estructura del estado y la religión de los ciudadanos.
Con sus aliados, al pueblo sirio, en los últimos meses alcanzó en su país, lo que la coalición occidental no pudo hacer bajo el liderazgo de los Estados Unidos en cinco años.
Rusia ayuda a Damasco en lo general; mientras que, en lo particular, Moscú contribuye con éxito a alcanzar el cese al fuego y a las negociaciones entre las partes en conflicto en una mesa de diálogo, con una oposición moderada. El objetivo principal es destruir a los grupos terroristas en Siria con el uso de aviones militares, a petición del legalmente constituido líder Bashar al-Ásad.
Así el Ejército sirio bloqueó las rutas de suministro de armas y municiones a los terroristas, así como la distribución del petróleo al mercado negro. Desde el comienzo de la operación de Rusia en Siria, el 30 de septiembre de 2015, la aviación rusa ha realizado 90 mil acciones exitosas de combate, con un resultado de 28 mil bajas al enemigo. Con un daño significativo al sistema de control y a la infraestructura de los terroristas.
Ahora hay cuatro zonas de paz, y el objetivo es detener realmente la guerra civil y estabilizar la situación en las partes central y meridional de Siria; al mismo tiempo que se fortalecen alianzas en actividades comunes. Se le proporciona un amplio apoyo político, incluidos los países miembros de la Organización de Cooperación de Shanghái y el grupo BRICS. Como resultado de este trabajo activo en el Oriente Medio, se establece buena base para la destrucción definitiva de las organizaciones terroristas, la solución de los problemas humanitarios en la región y la normalización del proceso político.


Al mismo tiempo, el Estado Islámico continúa representando una amenaza seria. Según los expertos internacionales, sólo en Siria hay ahora más de 9 mil fanáticos de esta organización terrorista. Consideran a Siria como un trampolín para la expansión en otros estados dentro del marco del concepto del “gran califato” y tratan de mantener los territorios capturados a cualquier costo. Hay otras formaciones de bandidos, cuyo número total supera a los 25 mil militantes.
En cuanto a los países occidentales, ahora están en la indecisión, debido a los cambios iniciados por la llegada de Trump a la presidencia de los Estados Unidos. Por supuesto, me gustaría esperar que todos los estados del mundo estén igualmente interesados en resolver la crisis siria. Y la comunidad internacional y los medios de comunicación occidentales, estén sinceramente preocupados por el pueblo sirio; deben apoyar el proceso de paz en ese país como un paso directo hacia la conciliación en la región.
Textualmente hay que decirlo: Para combatir el terrorismo, los esfuerzos de todos los estados son necesario. Esta es la única manera de derrotar a la red internacional del Estado islámico. Al mismo tiempo, la reconstrucción política interna de siria deber realizarse a la caída de los grupos de fanáticos y el triunfo de la buena voluntad del pueblo sirio.

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Publicado en el Periódico LA PRENSA el viernes 7 de septiembre de 2017

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