Deuda
histórica II
La situación de los jóvenes
en México no mejora con los cambios de partidos políticos en el poder. A nivel
nacional no importa si es PRI o PAN la situación es la misma; mientras que en
los niveles locales con el PRD el caso de Guerrero y particularmente lo
sucedido en Ayotzinapa y lo que destapó, deja al descubierto muchas prácticas
de la llamada política nacional.
Vamos a los hechos:
estadísticas del INEGI establecieron que en el 2014 residían en México 31.4
millones de jóvenes de entre 15 y 29 años de edad, monto que representó el 26.3
% de la población, pero para el primer trimestre de ese mismo año, la tasa de
desempleo de los adolescentes de 15 a 19 años y de los jóvenes de 20 a 24 años
fue de 9.8 y 9.2 por ciento, mucho más alta de la media nacional; es decir no
se crean los empleos necesarios para que los jóvenes se inserten al mercado
laboral, claro está con un salario justo.
Durante 2012 el 32.7 % de la
población de 15 a 29 años de edad no estaba afiliada o inscrita a servicios
médicos, en buena medida por carecer de un empleo formal y/o estar fuera del
Sistema Nacional Educativo; lo que repercutió en la proliferación de
farmacias-consultorio, reflejado en el abandono del sistema de Salud Público y
la falta de acceso de los jóvenes que se convierten en un sector vulnerable sin
educación de calidad, atención sanitaria de calidad y sin un empleo justamente
remunerado. Lo que se refleja en el lento avance de la economía interna.
Quienes se dicen políticos
en México aprueban en el Congreso leyes que se estrellan con la realidad, por
ejemplo: hicieron obligatorio el nivel Medio Superior en educación y no todos
los adolescentes tienen acceso, porque no hay ni los planteles, ni el
profesorado y la infraestructura necesaria. Lo mismo pasó con el nivel
Preescolar.
Educación y empleo son los
desafíos emergentes para el desarrollo de cualquier persona, pero para los
jóvenes y la nación se vuelve e un tema estratégico, porque sin duda ellos
serán la palanca desarrollo de la nación, pero para ello hay que crear las
condiciones y eso es tarea del Estado, de los políticos de verdad.
Así, la Encuesta Nacional de
Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) apunta que los
temas que más preocupan a los jóvenes en México son la inseguridad y el
desempleo con 56.6 % y 49.2 % respectivamente.
La ENVIPE este año estima
22.8 millones de víctimas de 18 años y más, lo cual representa una tasa de
28,200 víctimas por cada cien mil habitantes durante 2014, cifra estadísticamente
equivalente a la estimada para 2013.
Pero lo situación es más
alarmante cuando vemos que la cifra negra, es decir el nivel de delitos no
denunciados o que no derivaron en averiguación previa fue de 92.8% a nivel
nacional durante 2014.
El documento estima que los
principales motivos que llevan a la población víctima de un delito a no
denunciar son circunstancias atribuibles a la autoridad, como considerar la
denuncia como una pérdida de tiempo con 32.2% y la desconfianza en la autoridad
con 16.8 por ciento.
Textualmente
hay que decirlo: La deuda histórica con los jóvenes en México
no se resuelve solamente con leyes, sino que hay que emprender acciones que
lleven a cambiar la realidad. La reflexión es: Qué hicimos, o qué dejamos de
hacer como sociedad, para que estemos en esta situación, jóvenes sin acceso a
la educación y servicios de salud de calidad, además de carecer de un empleo
con una remuneración justa.
En
Twitter @Villasana10
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