Con la instauración de la
Primera Mesa Redonda de Tenochtitlan, que se efectuará la semana entrante en la
sede de El Colegio Nacional, el Instituto Nacional de Antropología e Historia
(INAH) continúa con la tradición de establecer encuentros del más alto nivel
dedicados a las civilizaciones mesoamericanas, en este caso a la mexica, la más
poderosa en esta parte de América a la llegada de los españoles.
La primera edición de las
mesas redondas de Tenochtitlan —encuentro que será trienal— abarcará los
aspectos más novedosos surgidos de las excavaciones realizadas por el Proyecto
Templo Mayor (PTM) y el Programa de Arqueología Urbana (PAU) en los últimos
años y que se han enfocado en el propio Templo Mayor, el Cuauhxicalco, el
Calmécac, el Templo de Ehécatl, el Juego de Pelota y el Huey Tzompantli.
El encuentro tendrá lugar en
el Aula Mayor del recinto ubicado en Donceles 104, en el Centro Histórico de la
Ciudad de México, y comenzará el lunes 30 de noviembre con una remembranza
sobre la fundación del PTM por parte del maestro Eduardo Matos Moctezuma,
precursor de este equipo de investigación que ha generado medio millar de
publicaciones a lo largo de casi 38 años.
El doctor Leonardo López
Luján, quien ha sucedido a Eduardo Matos en esta empresa, dirigiendo las cinco
últimas temporadas del Proyecto Templo Mayor, comentó que este proyecto de
investigación se coordina y complementa con el PAU, dedicado a rescates y
salvamentos en predios del primer cuadro de la ciudad.
“El éxito de ambos equipos
no radica en el ejercicio de grandes presupuestos, sino en la continuidad de
los trabajos arqueológicos durante décadas y en la gran oportunidad de laborar
de manera ininterrumpida a lo largo de todo el año en su área de estudio: el
Centro Histórico, donde subyacen los restos de la antigua capital mexica.
“Generaciones sucesivas de
especialistas han sumado sus esfuerzos, añadiendo paulatinamente ‘piezas’ a un
gigantesco ‘rompecabezas arqueológico’, el cual somos conscientes que nunca se
logrará completar”.
Con las mesas redondas de
Tenochtitlan, el Museo del Templo Mayor (sede de estos equipos de expertos)
“será un polo internacional respecto a la investigación, el intercambio
académico entre especialistas y la difusión de los resultados de estudios
referentes a la sociedad mexica y a sus contemporáneos”.
Al igual que las mesas
redondas de Palenque, Monte Albán y Teotihuacan, que pese a llevar el nombre de
grandes capitales prehispánicas están dedicadas a áreas culturales enteras, el
objetivo del presente encuentro de Tenochtitlan es traspasar los límites de
esta isla que abarcaba 13.5 km2 y fue habitada por 200 mil habitantes en su
época de máximo esplendor (1486-1520, periodo en que gobernaron Ahuízotl y
Moctezuma Xocoyotzin), alojando en su territorio dos ciudades hermanas:
México-Tenochtitlan y México-Tlatelolco.
“Tenochtitlan era una ciudad
cosmopolita, pluriétnica y multicultural”, refieren Leonardo López Luján y la
maestra Ximena Chávez Balderas, integrante también del PTM y coorganizadora de
esta reunión, al igual que el arqueólogo Raúl Barrera Rodríguez, supervisor del
PAU.
“Esta capital insular dejaba
sentir su poderío dentro de los límites de su vasto imperio y más allá,
influyendo en la vida de sus aliados, sus súbditos y sus enemigos”. A pesar de
haber dominado un territorio que iba de la frontera tarasca a los actuales
límites con Guatemala y de océano a océano, “los mexicas nunca lograron
subyugar a los tlaxcaltecas ni a los huexotzincas, ni a la gente de Yopico ni
del Estado tarasco”.
Además, con el reciente
hallazgo por parte del PAU del Huey Tzompantli, “se dispondrá de abundante material
osteológico que ayudará a responder cuestiones relacionadas con el sacrificio
humano”, explicó Ximena Chávez, especialista en bioarqueología.
Nuevas tecnologías,
metodologías y teoría son los factores que permiten abordar problemáticas en
las que hace 20 o 30 años hubiera sido imposible profundizar, expresó el
director del PTM.
Ximena Chávez brinda dos
ejemplos: “Los trabajos de la bióloga Belem Zúñiga sobre los materiales
malacológicos permiten vislumbrar una correlación entre la expansión del imperio
en la época de Ahuítzotl y la llegada a Tenochtitlan de nuevas especies de
conchas y caracoles. Esto significa que en esta etapa de esplendor es notorio
el incremento de animales provenientes del océano Pacífico.
“En cuanto a técnicas
novedosas, los análisis de isótopos radiogénicos estables de estroncio
realizados por el arqueólogo Alan Barrera para conocer el origen de las
víctimas sacrificiales nos ha permitido saber que no era gente local, sino
extranjeros, que es otra forma de corroborar esta relación con las provincias y
la expansión mexica”.
Las actividades
inician este lunes 30 de noviembre y concluirán el 4 de diciembre. Las 38
ponencias que componen la Primera Mesa Redonda de Tenochtitlan se desarrollarán
a lo largo de cinco días, en el Aula Mayor de El Colegio Nacional (Donceles
104, Centro Histórico). La entrada es libre. Habrá transmisión en vivo vía
internet a través del portal: colnal.mx, de El Colegio Nacional.
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