sábado, 7 de noviembre de 2015

El INAH fortalece la lectura infantil con mitos y leyendas prehispánicos


Con el propósito de fomentar la lectura infantil y juvenil, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) saca a la luz los cuatro libros restantes de la colección de mitos y leyendas prehispánicos que adaptó para esta población.
La creación de la vainilla, El tlacuache que robó el fuego, La Tlanchana e Ixchel, diosa arcoíris de la fertilidad son los títulos de estos ejemplares editados por la poeta y narradora Catalina Miranda, que serán presentados este domingo 8 de noviembre, a las 11 horas, en el Centro Nacional de las Artes, ubicado en Río Churubusco y calzada de Tlalpan.
Con una redacción sencilla y directa, que en algunos momentos alcanza incluso un nivel literario poético, Catalina Miranda adentra al público infantil por un universo que refleja la manera de actuar, costumbres, imaginación y la razón de ser de quienes son mexicanos.
El objetivo es formar niños conscientes de la importancia y de la belleza de las tradiciones de México, que con goce estético y plástico valoren y conserven las riquezas que como mexicanos les pertenecen, a través de la lectura de los textos, explicó la poeta.
Con ilustraciones de Marco Antonio Campos Vega, la también periodista y editora describe en La creación de la vainilla —leyenda de origen totonaca— costumbres que se desarrollaban en el Totonacapan, señoríos situados en la zona central de la costa del Golfo de México (hoy estado de Veracruz).
El tlacuache que robó el fuego narra cómo ese animal, personificado en el ágil y experimentado Yaushu, llevó el fuego al gran Nayar, en los actuales estados de Zacatecas, Durango, Jalisco y Nayarit, donde habitan los huicholes, nahuas, tepehuanes y coras, y explica por qué ese cuadrúpedo tiene el rabo pelado.
Esta versión de la leyenda, precisó Catalina Miranda, ha sido traducida al inglés por Heather Dashner, quien ha colaborado con el INAH: “Heather tiene mucha experiencia y su lengua materna es el inglés, lo cual es muy importante en el trabajo de traducción”.
La leyenda maya Ixchel, diosa arcoíris de la fertilidad rememora la historia de amor de esta deidad luminosa del supramundo y del dios Itzamná, inventor de los libros y de la escritura, y de cómo él se convirtió en el dios sol y ella en la diosa luna.
En tanto, la leyenda nahua-otomí La Tlanchana, basada en la investigación de María Isabel Hernández González con ilustración de José Quintero, se sitúa en el sur del Valle de Toluca, Estado de México. En el texto se justifica la abundancia de animales lacustres y la escasez de ellos en la laguna de las Nueve Aguas, ubicada en ese lugar.
Para Catalina Miranda, cada una de estas leyendas tiene un preludio que da cuenta a los lectores del lugar donde sucedieron los hechos, muchos de ellos todavía poblados por comunidades indígenas que conservan sus tradiciones y mantienen un equilibrio con el ecosistema.
Los primeros ejemplares impresos fueron Hapunda, la joven que vivía en la isla de Yunuén (leyenda p’urhépecha con ilustraciones de José Quintero) y El vencedor del Sol (de origen mixteco con ilustraciones de Alejandro Herrerías), por iniciativa del INAH.
Los textos, en su conjunto, buscan dar a conocer a los niños una leyenda de distintas culturas del país, con las que los diversos públicos se sientan identificados al reconocer o reflejarse en lo que se cuenta, o interesados al leer historias no escuchadas.
Catalina Miranda aseguró que su trabajo con los mitos y las leyendas mexicanas lo hace de manera continua, pues son inagotables.

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