Con el propósito de fomentar
la lectura infantil y juvenil, el Instituto Nacional de Antropología e Historia
(INAH) saca a la luz los cuatro libros restantes de la colección de mitos y
leyendas prehispánicos que adaptó para esta población.
La creación de la vainilla,
El tlacuache que robó el fuego, La Tlanchana e Ixchel, diosa arcoíris de la
fertilidad son los títulos de estos ejemplares editados por la poeta y
narradora Catalina Miranda, que serán presentados este domingo 8 de noviembre,
a las 11 horas, en el Centro Nacional de las Artes, ubicado en Río Churubusco y
calzada de Tlalpan.
Con una redacción sencilla y
directa, que en algunos momentos alcanza incluso un nivel literario poético,
Catalina Miranda adentra al público infantil por un universo que refleja la
manera de actuar, costumbres, imaginación y la razón de ser de quienes son
mexicanos.
El objetivo es formar niños
conscientes de la importancia y de la belleza de las tradiciones de México, que
con goce estético y plástico valoren y conserven las riquezas que como
mexicanos les pertenecen, a través de la lectura de los textos, explicó la poeta.
Con ilustraciones de Marco
Antonio Campos Vega, la también periodista y editora describe en La creación de
la vainilla —leyenda de origen totonaca— costumbres que se desarrollaban en el
Totonacapan, señoríos situados en la zona central de la costa del Golfo de
México (hoy estado de Veracruz).
El tlacuache que robó el
fuego narra cómo ese animal, personificado en el ágil y experimentado Yaushu,
llevó el fuego al gran Nayar, en los actuales estados de Zacatecas, Durango,
Jalisco y Nayarit, donde habitan los huicholes, nahuas, tepehuanes y coras, y
explica por qué ese cuadrúpedo tiene el rabo pelado.
Esta versión de la leyenda,
precisó Catalina Miranda, ha sido traducida al inglés por Heather Dashner,
quien ha colaborado con el INAH: “Heather tiene mucha experiencia y su lengua
materna es el inglés, lo cual es muy importante en el trabajo de traducción”.
La leyenda maya Ixchel,
diosa arcoíris de la fertilidad rememora la historia de amor de esta deidad
luminosa del supramundo y del dios Itzamná, inventor de los libros y de la
escritura, y de cómo él se convirtió en el dios sol y ella en la diosa luna.
En tanto, la leyenda
nahua-otomí La Tlanchana, basada en la investigación de María Isabel Hernández
González con ilustración de José Quintero, se sitúa en el sur del Valle de
Toluca, Estado de México. En el texto se justifica la abundancia de animales
lacustres y la escasez de ellos en la laguna de las Nueve Aguas, ubicada en ese
lugar.
Para Catalina Miranda, cada
una de estas leyendas tiene un preludio que da cuenta a los lectores del lugar
donde sucedieron los hechos, muchos de ellos todavía poblados por comunidades
indígenas que conservan sus tradiciones y mantienen un equilibrio con el
ecosistema.
Los primeros ejemplares
impresos fueron Hapunda, la joven que vivía en la isla de Yunuén (leyenda
p’urhépecha con ilustraciones de José Quintero) y El vencedor del Sol (de
origen mixteco con ilustraciones de Alejandro Herrerías), por iniciativa del
INAH.
Los textos, en su conjunto,
buscan dar a conocer a los niños una leyenda de distintas culturas del país,
con las que los diversos públicos se sientan identificados al reconocer o
reflejarse en lo que se cuenta, o interesados al leer historias no escuchadas.
Catalina Miranda
aseguró que su trabajo con los mitos y las leyendas mexicanas lo hace de manera
continua, pues son inagotables.
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