En la actualidad, la
población mexicana consume 30 por ciento menos de verduras, 40 por ciento más
de bebidas azucaradas y 10 por ciento más de carbohidratos que hace 20 años,
según datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía
(INEGI) de 2013.
De acuerdo con información
de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2012, en México hay una
epidemia de obesidad, pues 71 por ciento de los adultos presenta este
padecimiento.
Además, el 30 por ciento de
los niños presentan gordura y en consecuencia pueden convertirse en adultos que
tengan graves problemas de salud.
En la actualidad, el 76 por
ciento de la mortandad de los mexicanos se debe a padecimientos relacionados
con el sobrepeso, entre ellos, diabetes tipo 2, hipertensión, enfermedades
cardiovasculares, hepáticas e incluso cáncer.
Y en este contexto, la
Facultad de Química (FQ) de la UNAM organizó el Coloquio Obesidad: Nutrición,
Genes y Microbiota Intestinal, un espacio creado para hablar sobre causas,
efectos y posibles curas.
Al inaugurar el evento,
Jorge Vázquez Ramos, director de esa entidad universitaria, afirmó que la
diabetes, el síndrome metabólico y el sobrepeso están unidos por redes internas
hereditarias, moleculares y ambientales.
Microbiota intestinal
Al hablar de la
Participación de la Genética y la Microbiota Intestinal en la Obesidad, Samuel
Canizales Quintero, profesor de la FQ, aseguró que se trata de un serio
problema de salud pública y México se encuentra entre los más afectados a nivel
mundial.
Más allá de una enfermedad,
es un síndrome, enfatizó. Por ello, es necesario trabajar para resolverla. Sin
embargo, no es tan fácil revertir una situación que empezó aproximadamente hace
60 años.
En el caso de las mujeres,
sostuvo, a partir de los años 30 presentaron una tendencia al aumento de talla
debido a una predisposición genética.
Aunque la herencia es un
detonante de incremento de grasa, se ha demostrado que estamos lejos de
explicar las causas, dijo.
Al referirse a la microbiota
–conjunto de microorganismos localizados de manera normal en el cuerpo humano-,
destacó que tiene funciones muy importantes, desde el metabolismo de ácidos
biliares, hasta la obtención de vitaminas, pues sin aquéllos no sería posible.
Así, el conjunto de
bacterias intestinales impactan en la vida de las personas, de acuerdo al tipo
que hospeden. Un dato curioso, añadió el investigador, es que un kilogramo de
nuestro peso se lo debemos a las bacterias.
De igual manera, Canizales
Quintero se preguntó si la microbiota es una causa o consecuencia de las
alteraciones metabólicas. Explicó que estudios realizados en 2006 con ratones
revelaron que al aplicarles flora de otro espécimen gordo aumentaron su talla.
No obstante, los investigadores todavía se cuestionan las causas de la
corpulencia en los individuos.
Una vida sana
Teresa Shamah Levy, jefa del
Departamento de Vigilancia de Nutrición del Centro de Investigación en la misma
área, del Instituto Nacional de Salud Pública, explicó el Panorama de la
Obesidad en México ¿Qué nos espera? Así, la especialista comenzó con el problema
del sobrepeso, un desequilibrio entre el consumo de calorías y cuántas puede
llegar a gastar el cuerpo.
Este padecimiento, reveló,
ocupa el quinto lugar como factor de riesgo para las causas de muerte. Además,
el 2.8 por ciento de los fallecimientos en la población adulta se asocian al
problema.
Con este contexto, continuó
Shamah, el 41 por ciento de las enfermedades se relacionan a diferentes tipos
de cáncer y, sobre todo, al de mama.
Una de las principales
problemáticas, añadió, es la vida sedentaria. “Hoy día el mayor ejercicio que
pueden realizar los niños es sentarse frente a una pantalla, ya sea la
televisión, la computadora o hasta un dispositivo móvil”.
(Información y fotografía
DGCS-UNAM)
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