Hacer visibles los trayectos
nocturnos a bordo del sistema de propulsión humana más utilizado en el mundo, a
fin de salvaguardar la integridad del ciclista en un entorno público –que
privilegia al automóvil–, es la finalidad primaria de Safe Ride, el primer
chaleco inteligente creado en la UNAM, por Damián Real, estudiante de Física, y
Roberto Rivas, egresado de Matemáticas, ambos de la Facultad de Ciencias (FC).
“Es una prenda pensada para
los viajes nocturnos o de madrugada; nos hemos dado cuenta que necesitan mayor
visibilidad para evitar accidentes en la noche, entonces intentamos desarrollar
un chaleco que fuera cómodo, barato, simple y que permita usar el lenguaje que
utilizan los ciclistas para alertar sobre las vueltas a la izquierda o derecha
y así tener mayor luminosidad”, explicó Damián Real.
Cuenta con leds en la parte
trasera en forma de direccionales, que prenden intermitentemente cuando el
ciclista estira el brazo correspondiente para solicitar el paso a la
circulación; así avisa a los automovilistas, incluso a los peatones, de que
hará una vuelta o cambiará de carril.
“Una de las ventajas, con
respecto a otros productos similares, es que es inteligente, tiene un sensor
que se puede autocalibrar, es decir, se programó un algoritmo con el cual se
autoajusta el sensor, según la posición que adopte el ciclista. Nunca genera
ruido, es decir, no envía una señal falsa, y al estirar el brazo se prende la
direccional; incluso puede usarse bajo la lluvia y no tiene ningún problema”,
apuntó Roberto Rivas.
“Bici-vilidad”
Safe ride aparenta ser un
chaleco convencional con superficie porosa; su sencillez no es delatada ni por
la pila de litio de 3.7 voltios recargable, que alimenta su circuito a través
de un convertidor de corriente. El circuito consta de un ‘cerebro’ central y un
arreglo de leds; este último se halla en la parte trasera en forma de flechas
(direccionales), que se encienden si los sensores detectan el movimiento.
Sin embargo, va más allá: no
es sólo un artilugio luminoso, sino que cuenta con una conexión directa al
teléfono móvil; entonces, si la bicicleta sufre cambios de aceleración, permite
alertar a los usuarios suscritos vía Twitter.
Además, posee un
acelerómetro que tiene tres ejes; así, en el momento en el que sufre un cambio
en la aceleración del eje X, que podría ser el frontal, lo registra en el
‘cerebro’, que está programado para percibir los cambios.
Al sentir una variación,
manda con el módulo Bluetooth una señal al celular y este dispositivo móvil,
con la API (Application Interface) de Twitter, la envía a los usuarios
registrados con la geolocalización para saber dónde ocurrió. “No es sólo una
prenda, sino un sistema de alerta y seguridad”, abundó Damián Real.
No más bicis blancas
Las bicicletas blancas o
fantasmas se han convertido en un memorial para bicinautas que han perdido la
vida mientras circulaban; esa situación ha sido la raíz de una demanda de
respeto a peatones y ciclistas. Damián, como ciclista, y Roberto, como
automovilista, han decidido contribuir con su invento a que esto no suceda más.
“Una de las cosas que
también nos motiva es imaginar el futuro de la ciudad sin tantos automóviles,
con más transporte que no contamine; pero debe haber un lenguaje de
comunicación para los ciclistas, como lo hay para automóviles. Creo que estamos
en buen momento, el mercado de las bicis crece entre 10 y 20 por ciento
anualmente en la ciudad de México, esperemos que sea un producto útil”, dijo
Roberto Rivas.
En opinión de Damián Real,
la función primaria del chaleco ya está dada; ahora toca la etapa del mercado,
“que esperamos se concrete a finales de mayo y que la prenda unisex y unitalla
cueste alrededor de 600 pesos”.
El apoyo y el proceso de
licencia del producto están a cargo de la Coordinación de Innovación y
Desarrollo de la UNAM.
Ojalá que haya algún video en el que se pueda visualizar lo que aquí se describe. De antemano, el éxito está con este proyecto.
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