Educación
y solución
La educación es lo único que
le dejamos a los hijos dirían las abuelas, pero con el tiempo se perdió
desafortunadamente esa tradición, y para empezar, de los que están en la
escuela, no todos tienen la oportunidad de recibir una de calidad. En el caso
de las niñas son doblemente marginadas, porque no todas tienen la oportunidad
de ir la enseñanza escolar.
En contra de lo que quizás
creían nuestros ancestros, la educación de las mujeres es una parte vital para
el desarrollo de una sociedad, toda vez que al ser la primera educadora de sus
hijos y la que en muchos de los casos hace la tarea con ellos, el que goce de
una instrucción adecuada facilitará el proceso y llevará a las nuevas
generaciones a un éxito académico, salud adecuada y un mejor nivel de vida
social.
Es decir: si todas las
adolescentes en el mundo recibieran educación secundaria, se reduciría en un
49% la mortalidad infantil registrada en países de bajo y medio ingreso, como
lo aseguró el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), en el
marco del Día Internacional de la Niña.
Y es que México, el Censo de
2010 indicaba que casi dos millones de adolescentes de entre 12 y 18 años no
estudiaban ni trabajaban; es de resalar que las mujeres representaban el 64% de
ese rango de población.
El organismo internacional
apuntó que a pesar del progreso registrado en materia de educación, salud y
protección contra la violencia hacia niñas, niños y adolescentes a lo largo de
los últimos años, las adolescentes de entre 10 y 19 años no están recibiendo la
atención necesaria en la agenda global para el desarrollo.
Las mujeres viven
discriminación por género, condiciones todas que tienen consecuencias negativas
en ellas de por vida. En México, según datos de ENSANUT, en 2012, 624,500
adolescentes entre 10 y 19 años tuvieron un intento de suicidio, de los cuales
525,500 fueron de mujeres adolescentes, lo que indica una proporción alarmante
de 6 a 1.
Un informe de la UNESCO
reveló que en 2012, el 17% de las mujeres se casaron con edades comprendidas
entre los 15 y los 19 años de edad en todo el mundo. En México, según datos de
ENADID 2014, 15 de cada 100 mujeres entre 15 y 19 años se encuentran unidas
(casadas o unión libre). Por su parte, un análisis de UNICEF de 2014, señala
que cerca de 84 millones de adolescentes en unión formal en el mundo, han
experimentado alguna forma de violencia por parte de sus parejas y, que de no
reducirse la práctica de matrimonio infantil forzado, el número de niñas bajo
estas condiciones crecerá de 15 millones, a 16.5 millones para el 2030.
Resultados del Sistema
Nacional de Información de la Secretaría de Salud, en 2013 se registraron 191,
648 nacimientos en mujeres de 12 a 17 años. De este total, el 19.7% es menor de
15 años.
Textualmente
hay que decirlo: Hijos de madres más educadas tienen mayores
posibilidades de recibir vacunas, visitar médicos si enferman, y beneficiarse
en general de otras prácticas de beneficio común relacionadas como son la
enseñanza básica y más allá. Todo ello repercute en desarrollo social, por lo
que se requieren políticas públicas tendientes a apoyarlas.
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