La diversión, el
entretenimiento y la tecnología como herramientas didácticas para recrear y
difundir el Juego de Pelota mesoamericano, práctica ancestral que guarda
secretos de índole matemática, geográfica y sobre la continuidad de la vida a
través de la lucha de los contrarios, fueron abordados en el II Congreso
Internacional El Patrimonio Cultural y las Nuevas Tecnologías, celebrado en el
Museo Nacional de Antropología (MNA).
Organizado por el Instituto
Nacional de Antropología e Historia (INAH), el encuentro reunió lo más novedoso
de las estrategias tecnológicas en conservación y difusión del patrimonio
cultural. Ahí se aludió al juego como instrumento de conocimiento para atraer a
los niños y jóvenes en la comprensión de saberes y concepciones que datan del
México antiguo.
En la mesa Juegos
Formativos, Alfonso Enrique Arredondo, arquitecto de la UNAM, presentó Buul Pok
Ta Pok. Simulador del juego de pelota mesoamericano, un prototipo a escala de
una cancha prehispánica.
El especialista explicó que,
a partir de una investigación en el Posgrado de la Facultad de Arquitectura de
la UNAM, concluyeron que el Juego de Pelota contenía información geográfica,
matemática y geométrica sobre cómo se concebía el México antiguo.
Los edificios, conocidos
como Tlachco, Ullama o Poktapok, eran los sitios donde se llevaba a cabo el
ajuste o renovación de las cuentas numéricas que regían la vida y la muerte de
las civilizaciones mesoamericanas, de acuerdo con Arredondo.
El arquitecto recreó, a modo
de un juego de mesa interactivo, una maqueta inspirada en canchas
prehispánicas, la cual está sostenida por tres pequeños bancos, como las
máquinas flippers o pinball (juego de lanzamiento de pelotas por laberintos).
Sobre un tapete, el jugador
en turno lanza una pelota hacia el centro de la mesa, donde se ubica un aro, en
el cual debe pegar el esférico. En la cancha hay ocho personajes, cuatro de un
color y el resto de otro, cuyos cuerpos están hechos con dados que llevan
diversas cifras.
La idea es que el
participante haga su lanzamiento con los codos, rodilla o caderas, y que la
bola, en su trayecto, tire los “dados humanos” para dar puntos que se
contabilizarán con banderas del color del personaje caído.
A semejanza del Juego de
Pelota —el cual reproducía escenarios que en realidad no estaban sucediendo en
el cosmos, pero se intuía o temía que pudieran acontecer—, Alfonso Enrique
señaló que en el simulador lúdico el balón y su rebote representan la
incertidumbre del suceso; el cálculo de los “puntos” significa lo contrario, ya
que el usuario puede modificar los parámetros de las series numéricas, que
llevan a la cuenta de los días en los calendarios agrícolas.
El objetivo es conducir al
personaje del juego, Kotali, a sitios académicos, culturales y de
entretenimiento. De esta manera el artefacto cumple con una función educativa y
preservadora del conocimiento matemático que practicaban diversas culturas en
Mesoamérica, concluyó el arquitecto de la UNAM.
Roberto Rochin, cineasta,
ideó el videojuego Poktapok: juego de pelota interactivo, con el cual recrea
este ritual antiguo en un nivel cotidiano y popular, a través de teléfonos
inteligentes, tabletas, pc y demás dispositivos móviles tecnológicos. Explicó
que, a partir de investigaciones exhaustivas para realizar su película Ulama: el
juego de la vida y la muerte (1986), pudo concebir el juego con una fidelidad
muy aproximada.
El cineasta afirmó que en la
actualidad es posible restablecer un puente entre el juego y la cultura
utilizando los medios digitales, en especial los dispositivos móviles y las
computadoras. “Poktapok: juego de pelota interactivo es una entrada al
conocimiento de las culturas prehispánicas”.
Hay tres tipos distintos de
este juego: el rápido (uno contra la máquina), el torneo (contra otros
competidores que selecciona el dispositivo) y el campeonato (por puntos). Se
puede escoger entre 12 personajes para que compitan en ocho canchas distintas,
basadas en sitios reales.
“La pelota debe mantenerse
en movimiento, pasando de lado a lado de la cancha y también por los aros, que
están colocados transversalmente; al lograrlo se obtienen puntos extras”. El
puntaje se juega a ocho rayas o puntos.
La labor creativa corrió a
cargo de un equipo de 30 personas: diseñadores, animadores, arqueólogos,
arquitectos, entre otros, quienes se basaron en campos de juegos de Yucatán,
Veracruz y Estado de México, por citar algunos.
Los personajes retoman
rasgos de seres míticos representados en códices y vestigios arqueológicos; un
ejemplo es Zotz (inspirado en el hombre-murciélago maya) o Tláloc,
representación del agua divinizada entre los mexicas.
Poktapok se diseñó para
todos los dispositivos móviles, teléfonos inteligentes iPad, iPhone, iPod,
tabletas, en las plataformas de iOS, Android y Windows; actualmente, Locomoción
3D, empresa de Rochin, está desarrollando una versión para Xbox 360, que usará
el sensor Kinect, de Microsoft, para darle vida a los personajes.
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