La música y la danza
coreanas, mezcla de ánimo festivo y espiritual, sonoro pero también
contemplativo, amenizaron la apertura de la renovada sala permanente dedicada a
Corea en el Museo Nacional de las Culturas, donde más de una centena de piezas,
entre ofrendas funerarias, indumentaria de la realeza y del común, instrumentos
musicales, pinturas y porcelana semejante al preciado jade, hablan por sí
mismas de La tierra de la calma matutina.
Carlos Vázquez Olvera,
director del Museo Nacional de las Culturas, y el Excmo. Sr. Chun Bee-ho,
embajador de la República de Corea en México, fueron los encargados de abrir
este nuevo espacio en que las aportaciones culturales de esta nación asiática
peninsular son recreadas a través de tres ejes: Ceremonias del ciclo de la
vida, Costumbres tradicionales y Aportaciones: Tecnología, ciencia y expresión
artística.
Dos años de trabajo por
parte de un equipo de especialistas del Instituto Nacional de Antropología e
Historia (INAH), coordinado por la curadora Silvia Seligson, investigadora del
museo, conformó un discurso que abarca un amplio lapso del devenir de lo que
hoy es Surcorea, desde el Neolítico hasta principios del siglo XX.
El Excmo. Sr. Chun Bee-ho,
embajador de la República de Corea en nuestro país, se congratuló que la
instalación de la sala permanente de Corea en tan importante museo, ubicado en
el corazón de la Ciudad de México, se dé en el marco de los 53 años del
establecimiento de relaciones diplomáticas entre ambas naciones. A lo largo de
este tiempo —dijo— han “consolidado una estrecha colaboración en diversos
ámbitos que tienden a crecer.
“La cultura extiende puentes
de comunicación y entendimiento entre los pueblos y un museo conserva sus
patrimonios históricos y culturales; también es un potencial espacio creativo
de nuevas tradiciones. Por ello, las piezas que aquí se exponen representan una
parte de la cultura coreana y proyectan la esperanza de su pueblo por
interactuar con cada uno de los mexicanos y extranjeros que se acercan a
conocer su cultura a través del arte”.
El montaje parte de acervos
provenientes del propio espacio museístico, donados en 2000 por la Fundación
Corea. En ese año abrió una sección dedicada a este país, la cual ahora ha sido
trasformada en forma y fondo como parte del proyecto de actualización y
rehabilitación integral, arquitectónica y museográfica, del Museo Nacional de
las Culturas.
Y el director Carlos Vázquez
Olvera recordó la misión educativa del museo a su cargo, ésta “consiste en
conocer a los otros en el marco de la diversidad y la unidad de los seres
humanos, proveer información pertinente vinculando y contextualizando sus elementos
de tal manera que motiven la curiosidad, el análisis, la crítica y la
creatividad”.
Los anteriores fueron los
pilares para emprender la innovación de la sala permanente de Corea “que si
bien sólo presenta un segmento de la cultura coreana, brinda la oportunidad al
público mexicano de conocer y apreciar manifestaciones artísticas que
constituyen la identidad de los coreanos. Así como de reforzar los lazos de
amistad entre ambos pueblos”.
Museo Nacional de las
Culturas: Moneda No. 13, Centro Histórico. Martes a domingo de 10:00 a 17:00
hrs. Entrada libre al público en general.
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