Cifras alegres
Más allá de las cifras
alegres que da el Gobierno Federal en materia educativa, la realidad queda como
testimonio fiel de los que se vive en las escuelas y las condiciones en que
desarrollan su actividad académica alumnos y profesores.
Hechos son amores y no
buenas razones, decían las abuelas. Así en educación pública, lo medible y cuantificable
son los resultados.
Y hay que resaltar que en
los últimos años la Secretaría de Educación Pública (SEP) ha sido ocupada por
políticos, ocupados más en sus carreras políticas, con miras a la Presidencia
de la República, o bien, intereses de grupo o personales, pero: ¿por la
educación quién trabaja?
Está claro que la SEP le
hace falta un líder académico, un hombre comprometido con la enseñanza y la
educación pública. También es obvio que una evaluación al magisterio no mejora
la calidad de la enseñanza, ésta debe ir acompañada de acciones y
principalmente un proyecto, un objetivo claro y definido.
Aprender para qué, es la
pregunta que se hacen los estudiantes que logran ingresar a la educación
pública, cuya cobertura es limitada en los niveles media superior y superior.
En las últimas dos décadas
el Instituto Politécnico Nacional (IPN) redujo en más de siete mil lugares su
matrícula de nuevo ingreso a nivel medio superior; de acuerdo con las
estadísticas de la Comisión Metropolitana de Instituciones Púbicas de Educación
Media Superior (COMIPEMS) al realizarse por primera vez el llamado “examen
único” en 1996, el IPN tuvo asignados 26,590 estudiantes, con una demanda de
39, 242, para el sistema escolarizado. Este año el Politécnico tuvo una demanda
de 45,412 aspirantes pero sólo tuvo asignados a 19,068 estudiantes. Lo anterior
revela el crecimiento de la demanda, pero una drástica reducción en la oferta,
de más de siete mil lugares.
Además en materia de calidad
hay que recordar que la SEP presentó recientemente los resultados de la prueba
PLANEA, aplicada a los alumnos que concluyeron el nivel medio superior. El
panorama es complicado, la mitad que terminó el bachillerato se quedó en el
nivel I de matemáticas: sólo saben multiplicar o sumar con números enteros y
43.3% es incapaz de comprender información implícita en un texto.
Hay que empezar a considerar
que se trate de un “fraude educativo”, al tener jóvenes con certificado en
mano, pero que carecen del conocimiento necesario.
Textualmente
hay que decirlo: México requiere en la SEP de mujeres y hombres comprometidos con la
enseñanza pública, un político más que esté en la búsqueda de la Presidencia de
la República, se necesita un trabajo por la educación.
Sígueme en Twitter, me encuentras como @Villasana10
No hay comentarios:
Publicar un comentario