Para lograrla una cultura de
paz, se requiere de “una educación que tenga como fin el respeto a la otredad y
la consecuente posibilidad de disfrutar de los derechos fundamentales; derechos
que no sólo se deben difundir e implementar en las escuelas, sino en el núcleo
familiar y en espacios de convivencia y de educación no formal como los museos”,
expresó la especialista Mónica Martí.
La ciudad de Morelia fue
sede de la decimoquinta Camarilla de Experiencias Educativas Museos Diálogos
para una Cultura de Paz, organizada por la Coordinación Nacional de Museos y
Exposiciones (CNME) del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH),
en la que se reúnen casi un centenar de asesores educativos, custodios,
gestores culturales y responsables de la difusión, quienes tienen como objetivo
revalorar la función social que cumplen los museos.
Sobre el encuentro, que se realizó
en el Museo Regional Michoacano, la directora técnica de la CNME, Mónica Martí,
señaló que en el mundo permean situaciones de guerra y violencia, como
resultado de la intolerancia, de ahí la pertinencia de trabajar por una cultura
de la paz.
Mónica Martí consideró que
en esa dupla de educación y museos se genera una suerte de bisagra que abre
espacios para aprender a vivir con los demás, a resolver conflictos a través
del diálogo y la argumentación, a desarrollar el pensamiento crítico, así como
a reconocer y disfrutar de la diversidad.
En la decimoquinta camarilla
se ofrecieron tres días conferencias magistrales, talleres, cinedebates y
charlas de café, donde los asistentes escucharán experiencias educativas
relacionadas con proyectos que buscan la paz.
Entre los ponentes figuraron
especialistas de la Cátedra UNESCO, del proyecto Convivencia Escolar de la SEP
y de organizaciones no gubernamentales, así como asesores educativos de museos
del INAH, INBA y la UNAM.
La Camarilla siguió 4 ejes
temáticos vinculados con actividades educativas tendientes a fomentar: los
derechos humanos (como el derecho a la educación y a la cultura); acciones para
generar vínculos de cooperación entre las autoridades y las instituciones; la
elaboración de herramientas creativas que involucren al público a promover una
cultura de paz, la cooperación y la empatía ante diferentes culturas y
religiones.
Entre las
ponencias destacaron: Educación para la
paz. Museos y Cultura; Diálogo intercultural en el aprendizaje integral a
partir del patrimonio cultural y Aprender a ser. Por qué la educación para la
paz requiere un ambiente democrático.
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