Jóvenes
suicidas
El suicidio constituye un
serio problema de salud pública a nivel global. Según la Organización Mundial
de la Salud, cada año se suicidan alrededor de un millón de personas en el
orbe, y por cada una de ellas se cometen muchos intentos de quitarse la vida,
con una repercusión no sólo para el individuo, sino también para la familia y
la sociedad en la que se desenvuelve.
En México es la tercera
causa de muerte entre los jóvenes y el país es el noveno país con muertes
autoprovocadas. La desesperanza en la que se encuentran ante la falta de acceso
a la educación, empleo y salario dignos, puede ser un detonador. Ante estos
problemas son urgentes las políticas de Estado que atiendan a este sector
vulnerable de la sociedad.
Paulina Arenas Landgrave,
académica de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM, apunta que es un
problema multicausal y complejo, en el que intervienen factores psicológicos,
sociales, biológicos, culturales y ambientales, que se manifiestan por una
variedad de comportamientos que van desde la ideación en sus diferentes
expresiones, pasando por las amenazas, los gestos e intentos, hasta el
suicidio; estos indicadores deben tomarse como signos de riesgo.
Resalta que en las últimas
décadas en México esta conducta registra un incremento constante entre jóvenes
de 15 a 29 años, y su consumación constituye la segunda causa de muerte
violenta en esta población, tanto en México como en el orbe.
Reportes de la Secretaría de
Salud dan cuenta de más de 14 mil intentos suicidas al año en México, motivados
por problemas de salud, escolares o laborales, la muerte de un ser querido,
violencia sexual, baja autoestima, estrés crónico, problemas económicos, bajos
ingresos y falta de pareja, entre otros.
Este no es un problema menor
y en gran medida la solución necesariamente debe pasar por la reactivación del
mercado interno, toda vez que una economía que crezca permitirá empleos bien
pagados para los jóvenes, y destinar más recursos a la educación.
El desconsuelo en que se
encuentran los jóvenes se refleja en que en México, las adolescentes entre 14 y
19 años son el sector con mayores intentos de quitarse la vida.
El 10 de septiembre, Día
Mundial para la Prevención del Suicidio, fomenta en todo el mundo compromisos y
medidas prácticas para evitar decesos por esa causa. Cada día, en promedio,
tres mil personas ponen fin a su vida, y por cada una que lo consigue, al menos
20 lo intentaron.
Textualmente
hay que decirlo: El suicidio de los jóvenes en México no se
puede encasillar a un problema de salud pública, toda vez que la solución a la
desesperanza en que se encuentran tendrá su solución en una atención global
para integrarlos a la sociedad con acceso a una educación de calidad en todos
los niveles, empleos y salarios dignos, acceso al deporte y recreación, a las
artes, así como a sus inquietudes.
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