A más de cinco años de haber
sido creada, Justina, robot de servicio diseñado por alumnos de distintas
licenciaturas y posgrados de la UNAM, se prepara para competir en otro certamen
internacional: la RoboCup 2015, a realizarse en Hefei, China.
El androide ganó este
derecho tras obtener el primer lugar en el Torneo Mexicano de Robótica 2015,
realizado en la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán, en la categoría
RoboCup Major @Home.
Jesús Cruz Navarro,
estudiante de maestría en Ciencia e Ingeniería de la Computación y team leader
del equipo ganador, explicó que Justina es capaz de desenvolverse en ambientes
domésticos y servir a los humanos en tareas cotidianas como limpiar la casa,
recoger la mesa y tender camas.
En una de las pruebas, el
autómata asistió a los convidados de una reunión al llevarles bebidas; lo logró
con ayuda de un programa para navegar en entornos dinámicos, lo que le permitió
desplazarse en lugares desconocidos, con muebles, obstáculos y personas en
movimiento. También le facilita reconocer objetos, personas y rostros.
Los comandos u órdenes deben
basarse en lenguaje o gestos normalmente empleados por los humanos. Las
instrucciones serán en inglés, porque las competencias convocan a concursantes
de todo el orbe. En este caso las reglas vienen del Torneo Internacional a
realizarse en China.
Aunque Justina ya ha
competido en diversos certámenes, el modelo actual tiene alrededor de un año y
todo se ha hecho en el Laboratorio de Biorrobótica del posgrado de la FI de la
UNAM. El proyecto es coordinado por Jesús Savage Carmona, profesor de esta
entidad académica, quien lleva más de 10 años de impulsar la robótica en
México.
“La preparación del conjunto
puma ha sido crucial en las competencias, porque aunque somos alumnos de
distintas carreras, nos hemos acoplado bien. Eso es una gran ventaja, pues ésta
es una actividad multidisciplinaria”, agregó.
Participar en estos
encuentros nos deja mucho aprendizaje a nivel profesional y, en lo personal, es
una satisfacción pertenecer a una escuadra tan bien coordinada, sostuvo.
Marco Antonio Negrete
Villanueva, doctorante en Ciencia e Ingeniería de la Computación, explicó que
él desarrolla la navegación, es decir, la habilidad de Justina para ir de un
punto a otro, lo cual requiere captar estímulos del ambiente, procesarlos y
generar respuestas.
Sobre su asistencia a este
tipo de certámenes comentó: “En cualquier momento uno puede intercambiar
experiencias y conocimientos con otros contendientes. La interacción entre
pares es enriquecedora. Una de las ventajas de estudiar en este posgrado es que
no sólo somos capaces de generar conocimiento teórico nuevo, sino de evaluar la
teoría con la práctica. En el diseño de Justina el ciclo se completa al probar
los modelos experimentalmente”.
En su oportunidad, Luis
Alfredo Juárez Blanco, estudiante de la maestría en Ciencia e Ingeniería de la
Computación y uno de los encargados del área de visión, refirió que en Justina
se han empleado cámaras RGB similares al Kinect. “Además de proporcionarnos
información de una imagen normal, nos brinda datos de profundidad”.
Eso se utiliza para instruir
al robot, por ejemplo, sobre qué hay en una mesa, saber si una persona está
sentada o parada o si se trata de un humano, precisó.
Trabajamos en el
perfeccionamiento del reconocimiento de objetos para reducir al mínimo el
margen de error, incluso en entornos sin iluminación favorable. Competir a
nivel internacional es un reto y una forma de decir que somos buenos al
medirnos con los mejores del mundo, concluyó.
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