A través de la fotografía,
los habitantes de las comunidades cercanas a las laderas del volcán
Popocatépetl “se apropiaron” de los ex conventos del siglo XVI ubicados en sus
localidades, en un ejercicio de resignificación sociohistórica, a propósito del
20 aniversario de la declaratoria de la UNESCO de este conjunto conventual como
Patrimonio Mundial.
Miradas ineludibles.
Imágenes históricas desde la actualidad del Patrimonio Mundial: los primeros
monasterios del siglo XVI en las laderas del Popocatépetl es el título de la
exposición integrada por 300 imágenes, que estará abierta al público del 8 al
30 de junio, en el Ex Convento de Santo Domingo de Guzmán, en Oaxtepec,
Morelos.
Los conjuntos conventuales,
edificados por las órdenes dominicas, agustinas y franciscanas —de los cuales
11 están en Morelos y tres en Puebla—,
fueron inscritos por la UNESCO en el listado internacional en 1994, por
constituir un testimonio del patrón arquitectónico creado para la
evangelización de un extenso territorio, cuya característica principal era el
uso grandes atrios, espacios abiertos que en las construcciones religiosas de
Europa no existían.
Organizada por el Instituto
Nacional de Antropología e Historia (INAH), a través del Centro INAH Morelos,
la muestra visual que conmemora los 20 años de este reconocimiento es resultado
del trabajo de 14 talleres de fotografía impartidos en el mismo número de
abadías, cuya iniciativa “nació de la inquietud de laborar con la gente que
vive en los lugares donde se encuentran estas edificaciones históricas, por ser
quienes tienen una relación cotidiana con ellas”, informó Frida Mateos
González, coordinadora del proyecto.
¿Cómo construir un foro
donde realmente se pudieran expresar los habitantes de estas comunidades? La
respuesta fueron los talleres de fotografía impartidos por un grupo
interdisciplinario de trabajo integrado por la antropóloga Alicia Viesca, los
fotógrafos Rafael Ortega y Viviana López, y Frida Mateos.
Desde mediados del año
pasado, este proyecto inició en los conjuntos conventuales ubicados en
Cuernavaca, Tepoztlán, Totolapan, Tlayacapan, Atlatlahucan, Oaxtepec,
Yecapixtla, Ocuituco, Tetela del Volcán, Hueyapan y Zacualpan de Amilpas, en
Morelos; Calpan, Tochimilco y Huejotzingo, en Puebla, donde se integraron
grupos con los que se trabajó dos días a la semana.
“El resultado fueron 38 mil
imágenes, de las cuales se hizo una selección para esta exposición, cuyo
título, Miradas ineludibles, invita a no hacernos a un lado. Hay que hacer
muchas otras ‘miradas’ en estos lugares, los cuales necesitan atención, y
trabajar en conjunto para mantener los ex monasterios”, explicó Frida Mateos.
La idea de los talleres era
romper los paradigmas mentales que se construyen respecto a trabajar con las
comunidades, por lo que se buscó una colaboración más horizontal, que les
enseñó, por ejemplo, que algunas de las personas participantes ni siquiera
habían recorrido completo su ex convento, detalló.
Para la selección de las
fotos, se decidió que todos los participantes tuvieran por lo menos una imagen
en la muestra. Aunque hubo 254 participantes, algunos destacaron por abordar
temas que la mayoría no tocaba, de ellos se optó por incluir una toma más.
La exposición se compone de
un sinnúmero de imágenes que no tienen que ver necesariamente con la
arquitectura; las hay de telarañas, de techos, del paso del tiempo en las
edificaciones, de todo lo que hay en esos lugares, y más allá de hacer un
juicio sobre la calidad estética de las fotos, los organizadores prefirieron
incluir esas miradas.
La mayor parte de las vistas
son a color, sólo hay dos en blanco y negro; todas fueron captadas con cámaras
digitales portátiles, aunque todos los talleristas practicaron con aparatos
profesionales proporcionados por los fotógrafos que impartieron el curso.
“La gente aquilató que se abriera un foro para
expresarse de manera artística. Más allá de la celebración del aniversario de
la declaratoria, concluimos que las expresiones artísticas deben acompañar el
desarrollo de los pueblos, de las sociedades”, finalizó Frida Mateos González.
Tras su paso por Oaxtepec,
la muestra visual recorrerá a partir de julio las poblaciones morelenses de
Zacualpan de Amilpas, Hueyapan, Tetela del Volcán y Ocuituco, y de ahí a las comunidades poblanas de Calpan, Tochimilco
y Huejotzingo.
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