Calidad
educativa
México enfrenta el gran
fraude educativo, cuando, con título en mano, los egresados de Instituciones de
Educación Superior (IES) no cuentan con los conocimientos necesarios para
desempeñar la profesión para la cual, dicen, los formaron. Esta situación tiene
mucho que ver con la idea de trabajar por la cobertura y no atender la calidad
de la enseñanza.
Y para muestra un par de
botones: el 48.9 por ciento de los egresados de educación superior carece de
los conocimientos necesarios para desempeñar su profesión, de acuerdo con el
Ceneval, mientras que la OCDE señala que un niño pobre de Shanghái, China,
recibe mejor educación que un niño rico de México.
Textualmente hay que
decirlo, ya no se trata sólo de cobertura y meter a unos cuantos jóvenes en las
aulas para que no estén en las calles, hoy es imprescindible trabajar en la
calidad, más allá de los trámites administrativos a los que se enfrenta el
docente, al que responsabiliza de todo, y las autoridades se lavan las manos y
evaden responsabilidades.
Hoy más que nunca, todas las
instituciones públicas deben rendir cuentas públicamente, como lo hace la UNAM.
En la pasada sesión del
Consejo Universitario, el rector de la UNAM, José Narro Robles, alertó que: “sin
inversión en educación seguiremos en la medianía”; es cierto, pero también hay
que cuidar los recursos y verificar que se apliquen adecuadamente.
Hechos son amores y no
buenas razones, decían las abuelas, y por más que los gobiernos federal y
locales se digan comprometidos con la educación, los resultados señalan lo
contrario, y toda vez que las autoridades son las que establecen las políticas
educativas, los planes y programas de estudio, no pueden evadir su
responsabilidad ante los resultados y esconderse detrás del magisterio.
De acuerdo con los
resultados del Examen General de Egreso de la Licenciatura (EGEL) del Ceneval,
en 2013 fueron evaluados 137 mil 133 egresados de 37 licenciaturas, de los
cuales 67 mil 156 no aprobaron el examen, lo cual representa un 48.9 %; además,
sólo 9 % obtuvo un resultado sobresaliente mientras el 41.8 por ciento logró un
desempeño satisfactorio.
Los EGEL son pruebas que
proporcionan evidencia al público en general que se suman a las implicadas en
los títulos profesionales, sobre que quien los sustenta posee los conocimientos
y habilidades necesarias para ejercer la profesión.
El panorama se complica
cuando la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)
revela que México ocupa el lugar 53 en nivel de rezago educativo entre los
países que la integran.
Y se insiste en que la
evaluación de los maestros es indispensable, pero la pregunta es ¿quién evalúa
a las autoridades? Cada seis años “mentes brillantes” reinventan la educación
en México, mientras que los resultados son cada vez más preocupantes.
Textualmente
hay que decirlo: México requiere de mejores condiciones de
enseñanza para los maestros, que deben ser actualizados constantemente, además
de un presupuesto adecuadamente distribuido para escuelas, pedagogía y preparación
de los niños.
En
Twitter: @Villasana10
No hay comentarios:
Publicar un comentario