En el contexto de sociedades
bélicas como la mexica, su mayor interés era la expansión del territorio, por
lo que los niños debían ser preparados para el combate, y eso hacía la madre de
cada uno de ellos.
Había un reconocimiento a la capacidad
reproductiva de la mujer, pero tenía un papel subordinado vinculado con labores
domésticas.
Las evidencias arqueológicas y documentales
revelan la abundancia de representaciones que se hacían de las madres en la
época prehispánica, tanto en pictografías de códices y en figuras de arcilla,
como un reconocimiento a su capacidad reproductiva.
Sin embargo, en el contexto
de sociedades bélicas como la mexica, las mujeres tenían un papel subordinado,
siendo los varones los que, educados para ser guerreros, gozaban de mayor
prestigio, como lo demuestra su veneración a la deidad de Huitzilopochtli.
María J. Rodríguez-Shadow,
autora de libros como La mujer azteca y Las mujeres mayas de antaño, refirió
que siempre ha habido un debate sobre la situación social de las féminas en la
antigüedad, pero en su opinión, hay evidencias incontrovertibles sobre la
posición de subordinación femenina en las sociedades guerreras de Mesoamérica.
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