sábado, 11 de noviembre de 2017

Celebran 45 años de relaciones diplomáticas México-China


Existe una deuda con la literatura china para que se conozcan sus obras en el mundo hispanohablante, particularmente en México, señalaron Gonzalo Celorio, Hernán Lara y Jorge Volpi, escritores y catedráticos de la Facultad de Filosofía y Letras, al participar en la Semana de Literatura Mexicana, organizada por la sede de la UNAM en China (Centro de Estudios Mexicanos).
En conmemoración de su quinto aniversario y los 45 años de relaciones diplomáticas y culturales entre México y China, también coincidieron en que actualmente existe una diversidad de voces y estilos narrativos que enriquecen las letras mexicanas.
Los universitarios han combinado su pasión por las letras con su vocación académica, y han formado a jóvenes tanto en las aulas como con sus obras, reconocidas con diversos premios, dijo en la inauguración Guillermo Pulido, director de la UNAM China.
Las actividades abrieron en la Universidad de Pekín, con el simposio de Literatura Mexicana y China, en donde los académicos estuvieron con algunos de los más destacados literatos, hispanistas y traductores chinos, como Zhao Deming, traductor al chino de obras de Carlos Fuentes, Mariano Azuela, Sergio Pitol y Alfonso Reyes, entre otros; y Zhao Zhenjiang, quien se ha dedicado a la traducción de poesía hispanoamericana, particularmente de Octavio Paz.
Jorge Volpi, coordinador de Difusión Cultural de la UNAM, se refirió a la literatura mexicana como una familia con una gran cantidad de miembros, con encuentros, desencuentros y disputas por la herencia literaria, en la que los pilares son Juan Rulfo y Juan José Arreola, uno en la novela y el otro en el cuento, junto con Rosario Castellanos.
Ellos conforman la primera generación de escritores que respondió al proceso revolucionario, y aunque sus obras son consideradas el estilo por antonomasia de lo mexicano, en realidad se oponían al discurso nacionalista de la época, a través de su imaginación. “Todos los escritores mexicanos somos herederos directos de ellos”, consideró el autor de En Busca de Klingsor.
La generación a la que Volpi pertenece publicó libros sin ninguna intención de cuestionar lo mexicano; algunas de las novelas ocurren en Alemania, en la Unión Soviética o en cualquier otro lugar imaginario.
En tanto, Hernán Lara observó dos momentos históricos del siglo XX: la Revolución Mexicana y el Movimiento Estudiantil del 68, un parteaguas para el desarrollo de la literatura mexicana, porque cambiaron no sólo al sistema político, sino también al mundo artístico y literario. Lara, autor de Península Península, consideró que las historias que ocurren en el campo mexicano siguen tan vigentes como las novelas en entornos urbanos.
Tras el éxito literario y editorial del boom, escritores como él y Celorio, ambos de la generación que vivió el 68, tuvieron un escenario más complicado para alcanzar los niveles de visibilidad en su literatura, además de que las técnicas narrativas y la experimentación del lenguaje en las novelas del realismo mágico se habían sobresaturado, subrayó.
Al respecto, Volpi indicó que “el tercer momento histórico clave y definitorio para la literatura mexicana actual es la guerra contra el narcotráfico, iniciada en el 2006, que abrió paso a la narcoliteratura”.
Gonzalo Celorio expuso que desde la independencia de España, los escritores mexicanos del siglo XIX buscaban la identidad nacional mediante la emancipación cultural en una lengua que se sentía extranjera, como el español, pero que los latinoamericanos se apropiaron.
A mediados del siglo pasado los escritores siguen ventilando el tema de la identidad nacional, entre ellos Octavio Paz, en “El laberinto de la soledad”. Pero fue Carlos Fuentes quien, en “La región más transparente”, resuelve el problema identitario: "gracias a él ya no necesitamos pasaporte de identidad nacional para viajar por el mundo de la literatura".
La Generación del crack (a la que pertenece Volpi) rompió con el realismo mágico, con el boom latinoamericano, refirió Celorio, autor de “Amor Propio”.
Los escritores también participaron en un conversatorio con estudiantes y catedráticos de la Universidad de Estudios Extranjeros de Beijing (entidad que aloja a la sede de la UNAM), considerada la cuna del hispanismo en el país asiático.
El cierre del diálogo literario fue en la Universidad de Lengua y Cultura de Beijing, en donde Celorio y Lara disertaron sobre la obra de Juan Rulfo, en conmemoración de los 100 años de su natalicio.
Deuda con la literatura china
La visita de los catedráticos a China representó una oportunidad para que el público, estudiantes y profesores, conozcan a los autores mexicanos contemporáneos y se abra la puerta a escritores jóvenes.
Los universitarios indicaron que existe una deuda con la literatura china para que se conozcan sus obras en el mundo hispanohablante, particularmente en México. Ello obedece a la falta de traducciones al español y al reducido número de lectores en comparación con el tamaño de la población.
No obstante, desde la Universidad Nacional se realizan esfuerzos para incrementar el estudio de la cultura y literatura china, ejemplo de ello es la creación de la Escuela Nacional de Lenguas, Lingüística y Traducción de la UNAM, comentó Volpi.
Finalmente, Lara, quien dirige la Colección Nuestros Clásicos de la UNAM, informó que están interesados en que la novela china “Sueño en el Pabellón Rojo” sea incluida en el catálogo universitario.

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