Con el uso de una técnica
propia de tomografía de resistividad eléctrica tridimensional (TRE-3D) para
estudiar el subsuelo de grandes monumentos históricos, única en el mundo,
científicos del Instituto de Geofísica (IGf) y de la Facultad de Ingeniería (FI)
de la UNAM elaboran una imagen tridimensional del subsuelo de la Pirámide de la
Luna, en Teotihuacán, sitio poco explorado hasta ahora.
El primer resultado de este
trabajo, explicaron René Chávez, del IGf, y Andrés Tejero, de la FI, es el
hallazgo de lo que podría ser un túnel bajo la Plaza de la Luna, que se dirige
hacia la parte baja de la estructura piramidal.
Desde 2015, los expertos de
la UNAM colaboran con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH)
en estudios similares en Chichén Itzá, donde descubrieron una segunda
estructura al interior de la Pirámide de Kukulkán, además de un cenote que se
encuentra por debajo de ésta.
Por invitación de Verónica
Ortega, del INAH y encargada del proyecto en la Plaza de la Luna, en junio
pasado los expertos comenzaron a hacer mediciones en el lugar.
“Primero estudiamos la Plaza
de la Luna, con una metodología 3D, colocando perfiles interconectados que nos
permitieron definir la existencia de estos túneles y saber las características
que tenían. La segunda parte fue un desafío para nosotros como geofísicos, pues
tuvimos que rodear la Pirámide de la Luna para caracterizar el subsuelo y saber
si bajo la estructura había algún tipo de cuerpo de interés para los
arqueólogos”, explicó Chávez.
El reto que el equipo
enfrentó en Teotihuacán fue realizar mediciones en un área superior a la de
Kukulkán, en donde se utilizaron 76 electrodos para un área de 75 metros por
lado.
Ante la situación, Alejandro
García, de la FI, así como Gerardo Cifuentes, Juan Esteban Hernández y
estudiantes de posgrado del IGf y de la licenciatura de Ingeniería Geofísica de
la Facultad de Ingeniería, tuvieron que hacer adaptaciones en el arreglo de
electrodos para cubrir un área de casi 150 metros por cada lado.
El posible túnel, dado a conocer
por el INAH en días pasados, pudo ser inferido en una de las primeras
interpretaciones preliminares de una secuencia de datos adquiridos en la plaza.
Actualmente los universitarios realizan el análisis de datos obtenidos bajo la
Pirámide de la Luna, añadió Chávez.
En estas secuencias “se
alcanza a ver una estructura con dirección Norte-Sur, y que parece dirigirse
hacia la pirámide, con una profundidad aproximada de ocho metros”, detalló.
El especialista expuso que
tan solo debajo de la Pirámide de la Luna deben analizar cerca de 10 mil puntos
de observación y, posteriormente, correlacionar los datos obtenidos en ambos
sitios (la plaza y la pirámide). Por lo tanto, estimó que en un par de meses
tendrán una idea más clara y el estudio que podría corroborar si la estructura
se dirige hacia abajo de la pirámide.
Posteriormente, enfatizó, el
INAH sería quien haga las excavaciones correspondientes para confirmar los
resultados obtenidos con los estudios de TRE-3D.
Al respecto, Andrés Tejero
resaltó que la posible existencia del túnel es muy importante, pues podría
ofrecer más información sobre la cultura teotihuacana. Lo que se descubra en el
sitio se podría comparar con otros hallazgos hechos bajo el templo de Quetzalcóatl.
Los investigadores esperan
que este trabajo abra más puertas a estudios en las pirámides mexicanas para
ampliar el conocimiento de nuestra historia.
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